’ Esforzaos en entrar por la puerta estrecha ’



El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad

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’ Esforzaos en entrar por la puerta estrecha ’
Religión
Octubre 26, 2021 23:17 hrs.
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La Palabra de Dios

Miércoles 27 octubre 2021

Primera Lectura
Rom 8, 26-30
Hermanos: El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen.

Ya sabemos que todo contribuye para bien de los que aman a Dios, de aquellos que han sido llamados por él según su designio salvador.

En efecto, a quienes conoce de antemano, los predestina para que reproduzcan en sí mismos la imagen de su propio Hijo, a fin de que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A quienes predestina, los llama; a quienes llama, los justifica; y a quienes justifica, los glorifica.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor

Salmo Responsorial
Salmo 12, 4-5. 6
R. (6a) Confío, Señor, en tu bondad.
Atiende y respóndeme, Señor, Dios mío;
Sigue dando luz a mis ojos
y líbrame del sueño de la muerte,
para que no digan mis adversarios que me han vencido
ni se alegren de mi derrota. R.
R. Confío, Señor, en tu bondad.
Pues yo confío en tu lealtad,
mi corazón se alegra con tu salvación
y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho. R.
R. Confío, Señor, en tu bondad.

Aclamación antes del Evangelio
Cfr 2 Tes 2, 14
R. Aleluya, aleluya.
Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio,
a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
R. Aleluya.

Evangelio
Lk 13, 22-30
En aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: ’Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?’

Jesús le respondió: ’Esfuércense en entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Pero él les responderá: ‘No sé quiénes son ustedes’. Entonces le dirán con insistencia: ‘Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas’. Pero él replicará: ‘Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes. Apártense de mí, todos ustedes los que hacen el mal’. Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera. Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios.

Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos’.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad
Magnífico texto oímos en esta primera lectura. Texto para repensar nuestra oración, en concreto la de petición. Sabemos que Jesús invitó a sus discípulos a orar, a pedir al Padre bueno: ’pedid, llamad, buscad’. (No pasemos por alto el ’buscar’, que no se limita a pedir, sino a poner de nuestra parte lo que podamos para alcanzar lo que pedimos). El problema en la oración de petición es saber cuándo pedimos ’pan y no piedras, peces y no serpientes, huevos y no escorpiones’. ’No sabéis lo que pedís’ dice a los Hijos del Zebedeo cuando piden -ellos o su madre- sentarse a su derecha e izquierda en el Reino. Pablo es claro: necesitamos que el Espíritu nos ayude a saber lo que hemos de pedir, o sea lo que ’nos conviene’. En la versión de Lucas cuando Jesús habla de la petición, dice ’¿qué padre entre vosotros si su hijo le pide un pez le dará una serpiente… y termina: ’si vosotros que sois malos sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el espíritu Santo a los que se lo piden’. Esa es la petición esencial que el Espíritu Santo nos ayude a saber qué hemos de pedir. Decía santa Teresa de Jesús ’¡Qué bajo quedaríamos si conforme a nuestro pedir fuese vuestro dar!’. Quedémonos con la afirmación de Pablo: ’a los que aman a Dios todo les sirve para el bien’. Es una gran petición: que sepamos descubrir el bien donde lo que aflora es el mal, al considerarlo desde un Padre que nos ama.

¿No merece la pena que analicemos nuestra oración, en concreto la de petición? Pablo nos invita a ello en la lectura de hoy.

Esforzaos en entrar por la puerta estrecha
¡Cuántas veces aparece en los Evangelios, la expresión con la que termina el texto de hoy: ’hay últimos serán primeros y primeros serán últimos!’. Como ’los que se humillan, será exaltados, y los que se exaltan humillados. Sí, Jesús invierte valores vigentes en la sociedad de entonces y de ahora. Y eso nos es duro, es entrar por la ’puerta estrecha’. La amplia es la del aplauso por lo que somos o hacemos, las satisfacciones inmediatas, la ausencia de dificultad, la negación de todo dolor, también del de compasión por quien sufre; en fin, querer que todo discurra como nos gusta sin que nadie ni nada, ni principios ni personas dificulten nuestros gustos...

No se trata de buscar el dolor o el fracaso o la renuncia sin más a lo que nos gusta, sino saber que todo eso pertenece a nuestro vivir humano, a la realidad de lo que somos. Se trata de ser sinceros con la vida, la nuestra y la de los demás, no engañarnos. Se trata de buscar lo noble, aunque lo menos noble o innoble sería más fácil y compensatorio… de momento. Se trata de buscar lo bueno, lo humanamente bueno, a la luz del Evangelio…, aunque cueste, y no sea valorado por los demás; o sea nadar contra corriente. También para esto necesitamos el Espíritu Santo, que nos ilumine y dé energía para vivir en la verdad. Hemos de pedirle, como decía Pablo, y promete Jesús, que venga en nuestra ayuda. Lo que hemos escuchado en la primera lectura sobre lo que hemos de pedir, es necesario para vivir de acuerdo con lo que nos dice el texto evangélico. ¿Somos capaces de entenderlo y aplicarlo a nuestro vivir?

Fray Juan José de León Lastra O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

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