Si estoy triste
me haces reír;
cuando quiero dormir...
tú me despiertas.
Cuando quiero morir...
tu risa me rescata.
Tu magia me envuelve
y vuelvo a vivir,
vuelvo a reír, vuelvo a soñar, resucito, renazco,
me lleno de frescura, de risa, de alegría,
y espero cada día
volver a estar frente
a ti,
frente a mi grupo
de adolescentes; de ojos
brillantes,
de sonrisa espontánea...
de magia.