Texcoco, Edoméx.- El discurso político es similar al modo como alguien canta blues.
Se requiere cierto dominio de la técnica, de la impostación de la voz, del fraseo… pero también, al abrir el alma y soltar un blues (aunque sea ranchero) es preciso ese charmín, ese modo neto de cautivar, de seducir a través de una voz que denota, a las claras, profunda certeza y sentimiento de lo que emite.
Por ejemplo, Betsy Pecanins, ese fuego azul que al cantar ardía por dentro, decía que para cantar blues se necesita haber sufrido, que el blues es una actitud ante la vida… y entonces al escucharla era la sintonía sólida, de cercanía apabullante, indiscutible. Más que creerle era su voz un estandarte, un surtidor de netas, de indiscutible sentimiento.
Por ejemplo, Alfredo del Mazo, ese hombre que su divisa priista es por herencia familiar y convicción propia, tiene una creciente elocuencia a la hora de hablar en cada uno de sus encuentros con las fuerzas vivas.
Lo acaba de refrendar el martes 21 de febrero en tierra texcocana. Sin embargo, aún es notorio que su discurso político está distante de repartir emoción y convencimiento pleno a sus partidarios, con todo y que las porras y las peticiones de tomarse una selfie se multipliquen de manera aceitada, oleaginosa.
En otras palabras, cuando escuchas cantar a Javier Solís, ese patrón digno del bolero ranchero, resulta indiscutible que su voz y su modo de transmitir sentimientos se convierten en vital experiencia de vida.
Es decir, cuando Alfredo del Mazo toma el micrófono y desarrolla un impecable ejercicio de cómo hablar con solvencia en público viene a cuenta aquella analogía: el discurso político es similar al modo como alguien canta blues.
De tal manera, luego de su encuentro con delegados de Atenco, Tezoyuca, Chiconcuac, Papalotla, Chiautla, Tepetlaoxtoc y Texcoco, quedó la sensación de que la dinámica del evento era una repetición de algo ya visto tiempo atrás, y por eso reporterosenmovimiento.com (uno de los portales más vistos en la región, junto a todotexcoco. com, por supuesto) destacó en su respectiva nota lo siguiente: ’Con el mismo discurso de Enrique Peña Nieto y de Eruviel Ávila Villegas, el precandidato del PRI a la gubernatura del Estado de México, Alfredo del Mazo, llegó a Texcoco, para ofrecer que la construcción del aeropuerto de la Ciudad de México beneficiará con empleo a miles de personas del Valle de México’.
Y, en el marco de la normatividad, Alfredo del Mazo no hizo propuestas programáticas, buscó el acercamiento con los asistentes al preguntarles acerca de las inquietudes y prioridades que requieren sus lugares de origen. Les pidió, eso sí, todo su respaldo para, en efecto, ratificar su postulación como candidato tricolor al gobierno del Edoméx.
Les habló de la conveniencia de mantener la unidad, de que el reto es conservar el Edoméx, y trabajar por el bienestar familiar.
Varias de las propuestas que se expresaron de manera verbal fueron las siguientes: apoyo al desempeño laboral de los jóvenes, ayuda a los adultos de la tercera edad, el mejoramiento de vialidades de localidades como Chiautla y la construcción de eficiente drenaje en Tezoyuca.
Al referirse al Nuevo Aeropuerto dijo que durante su construcción ha generado 120 mil empleos y se espera al entrar en operación genere 400 mil empleos a todo el Valle de México.
Nuestro partido tiene capacidad, experiencia y talento. Saldremos unidos, advirtió.
Al término de la reunión, varias, decenas de personas se tomaron la selfie de rigor y otras más le expusieron más prioridades sociales por resolver. Sus asistentes anotaban las peticiones populares.
