En las Nubes

Asesinato de un periodista

Asesinato de un periodista
Seguridad
Agosto 25, 2016 21:50 hrs.
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Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Con gratitud a Norma y a José Antonio Aspiros Villagómez.
Antonio Tabucchi, escritor italiano, nació en Pisa, Italia. Murió en Lisboa. En su novela ’Sostiene Pereira’, habla de la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar, en Portugal, en los treinta. Y la culmina con la denuncia del crimen, publicada sin autorización de los editores en ’El Lisboa’, tal y como ocurrió.
Lo presentamos íntegro en homenaje a los más de cien colegas muertos, y otro medio centenar desparecidos, en el ejercicio de esta profesión en que aún participamos, sin que nadie dice o hace algo.
Pero sobre todo este día en que el club Primera Plana reconoce la trayectoria en el ejercicio de la profesión ininterrumpida de ciento treinta y dos periodistas de México, en prensa, radio, televisión e internet. Desde veinticinco hasta, hoy, setenta años de ejercerla. El que aún escribe. O trata de hacerlo. Yo.
El asesinato de un periodista, fue el titulo con que apareció en ese diario al servicio de la dictadura.
’Se llamaba Francesco Monteiro Rossi, era de origen italiano. Colaboraba en nuestro periódico con artículos y necrológicas. Escribió textos sobre los grandes escritores de nuestra época, como Maiakovski, Marinetti, D’anunzio y García Lorca. Sus artículos no han sido publicados todavía, pero quizá algún día vean la luz. Era muchacho alegre, que amaba la vida pero que se le había encargado escribir sobre la muerte, labor a la que no se negó. Y esta noche la muerte ha ido a buscarle.
Ayer en la noche mientras cenaba en casa del director de la página cultura del Lisboa, el señor Pereira, autor de este artículo, tres hombres armados irrumpieron en el apartamento. Se presentaron como policía política, pero no exhibieron documentación alguna que avalara sus palabras. Debería excluirse que se trate de verdaderos policías porque iban de paisano y porque es de suponer que la policía de nuestro país no usa esos métodos. Eran malhechores que actuaban con la complicidad de no se sabe quién, y sería deseable que las autoridades investigaran sobre este vergonzoso suceso.
Los dirigía un hombre delgado y bajo, con bigote y perilla, al que los otros llamaban comandante. A los otros dos su comandante los llamó varias veces por sus nombres. Si los nombres no eran falsos, se llaman Fonseca y Lima, son dos hombres altos y robustos, de tez morena, con expresión poco inteligente.
Mientras el hombre delgado y bajo retenía con su pistola a quien esto escribe, Fonseca y Lima arrastraron a Monteiro Rossi hasta el dormitorio para interrogarlo, según ellos mismos declararon.
Quien esto escribe oyó golpes y gritos sofocados. Después los dos hombres dijeron que habían hecho su trabajo. Los tres abandonaron rápidamente el domicilio de quien esto escribe, amenazándolo de muerte si divulgaba el suceso.
Quien esto escribe se dirigió al dormitorio y no puso hacer nada más que constatar el fallecimiento del joven Monteiro Rossi.
Fue apaleado con saña, y los golpes propinados con una porra o la culata de una pistola, le hundieron el cráneo.
Su cadáver se encuentra actualmente en el segundo piso de la Rua da Saudade, número 22, en casa de quien esto escribe.
Monteiro Rossi era huérfano y no tenía parientes. Estaba enamorado de una muchacha bella y dulce, cuyo nombre desconocemos. Solo sabemos que tenía el cabello de color cobrizo y que amaba la cultura. A esta muchacha, si nos lee, le enviamos nuestro más sincero pésame y nuestro más afectuoso saludo.
Invitamos a las autoridades competentes a vigilar atentamente estos episodios de violencia, que a su sombre, y tal vez con la complicidad de alguien, se están perpetrando hoy, en Portugal’
Y firmó Pereira, solo su apellido, como todos lo conocían. Por sus crónicas que había escrito durante tantos años.
En paz descansen nuestros amigos periodistas asesinados, por no callar la verdad. Y a quienes no se ha hecho justicia. Pese a tantas peticiones a nuestro gobierno. Aún no dictadura. Y menos perfecta.
craveloygalindo@gmail.com

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