Opinión

Así percibían los inicios de la Revolución Mexicana los diplomáticos y la prensa estadounidense

Así percibían los inicios de la Revolución Mexicana los diplomáticos y la prensa estadounidense
Periodismo
Noviembre 19, 2016 22:08 hrs.
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Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com

Sabemos que en estos tiempos, cuando todos andan más preocupados por encontrar el ’buen fin’ o el puente coincidente que ni siquiera les preocupa a que se deba, ponerse a comentar sobre los inicios de la Revolución Mexicana luce como algo que, solamente algunos despistados pueden animarse a tratar. Sin embargo, este escribidor, necio como es, disfruta andar hurgando por los archivos y ofrecerle a usted, el único lector amable quien lo sigue, como lucía el inicio de la Revolución Mexicana a los ojos de algunos diplomáticos y diarios estadounidenses. Retrocedamos un siglo, un lustro y un año.

Eran los inicios de noviembre de 1910 y el peor embajador que hayan enviado los estadounidenses a México, el siempre mal recordado Henry Lane Wilson expresaba como, desde 1908, bandas de forajidos, así los llamaba, realizaban ataques a los pueblos fronterizos pequeños del lado mexicano. Ello había provocado que el gobierno estadounidense se viera en la necesidad de concentrar fuerzas militares a lo largo de su frontera con México para prevenir que los ’bandidos’ buscaran refugio en los EUA. Al mismo tiempo, el gobierno estadounidense había instaurado penas en contra de quienes violaran la ley de neutralidad y desde su territorio planearan ataques a las poblaciones al sur del Bravo. Sin embargo, una cooperación exitosa entre ambas naciones era difícil de darse porque el gobierno de EUA no había sido capaz de arrestar a los propagandistas y prohibir el tráfico de armas y municiones. Sin embargo, estos no eran los motivos únicos que tensionaban las relaciones entre ambas naciones.

El 31 de julio de 1910, un grupo de mexicanos cruzó la frontera a la altura de San Benito, Texas y asesinaron a un teniente Carnes y un sargento West tras de lo cual regresaron a México. En ese mismo contexto, durante esos días, un ciudadano mexicano, Antonio Rodríguez fue acusado de violar y asesinar a una mujer en Rock Springs, Texas. Como respuesta, los pobladores decidieron hacer justicia por mano propia y cuando lo capturaron lo quemaron vivo. Aunado a esto, la presencia de estadounidenses que venían a realizar negocios en nuestro país era mal vista. Con esta gama de ingredientes, las manifestaciones y ataques en contra de los intereses y personas de origen de aquel país se convirtieron en cosa de todos los días. Mientras tanto, las elecciones presidenciales en México, realizadas en junio, 26 ya habían dejado su estela. Francisco Ygnacio Madero González había sido capturado días antes de que se celebraran y no fue sino hasta el 6 de octubre cuando logra escapar y cruzar hacia los EUA. A ese país habían huido antes los revolucionarios, Ricardo y Enrique Flores Magón en donde fueron capturados, consignados y confinados a una celda por violar las leyes de neutralidad. Mientras tanto, en México, las tensiones aumentaban durante los primeros días de noviembre.

El 9 de noviembre, Lane Wilson dirigía un comunicado al ministro de relaciones exteriores de México, José Enrique Clay Ramón de Jesús Creel Cuilty, (bisabuelo del Santiago de hoy) demandándole que el gobierno mexicano tomara las medidas pertinentes para evitar que se continuaran dando los ataques como el perpetrado en contra del diario Mexican Herald de

propiedad estadounidense, así como las agresiones que sufrieron ciudadanos de ese país durante una manifestación realizada en la calle de San Francisco (hoy Madero) en la ciudad de México. De acuerdo al reporte del embajador, tras entrevistarse con Creel, este le aseguró que el gobierno tomaría las medidas necesarias para evitar se repitieran actos similares. A la par, en el norte de México, el 10 de noviembre, el consulado estadounidense en Ciudad Porfirio Díaz (Piedras Negras), Coahuila fue atacado. Dos días más tarde, en Chihuahua, se suscitó una demostración pacifica antiestadounidense. En San Luis Potosí, fue decretado un boicot a productos provenientes de aquella nación. Cuando el gobierno mexicano tomó medidas para evitar continuaran dándose estos actos, la población mexicana las interpretó, en palabras del felón futuro Lane Wilson, como ’muestra de un entendimiento entre los Científicos y los Gringos, lo cual dio por resultado un incremento en el número de aquellos quienes deseaban incorporase al ejército revolucionario.’ Dichas acciones no detuvieron las protestas.

El 11 de noviembre, el estadounidense George C. Carothers fue atacado en su casa de Guadalajara, lo cual lo obligó a defenderse, matando a una persona e hiriendo a otra. Respecto a estas y otras acciones violentas, Lane Wilson reportaba al secretario de estado, Philander C. Knox que el presidente Díaz Mori consideraba dichos ataques como parte de las acciones de los revolucionarios quienes estaban actuando en toda la república, pero que, de continuar, serian suprimidas con toda la fuerza disponible. En ese contexto, Lane Wilson comentaba su entrevista con el presidente Díaz para quien las manifestaciones eran simplemente expresiones oportunistas de grupos estudiantiles. A la par, el mandatario mexicano manifestó su queja porque Madero y Flores Magón estaban comprando armas en los EUA, sin que el gobierno de ese país hiciera nada para evitar eso o la difusión de propaganda revolucionaria. Por ello, ya se había instruido al embajador mexicano en Washington para que llevara el asunto ante el presidente William Howard Taft. En ese entorno, el 16 de noviembre, el embajador mexicano, Francisco León De La Barra comunicó al secretario Knox que ’el gobierno de México había recibido información confiable relacionada con el hecho de que ayer las autoridades federales en San Antonio, Texas, encontraron 100 carabinas de calibre 45 y 5 mil cartuchos en posesión de un ciudadano estadounidense amigo de Madero. Aun cuando se trató de requisarlas, el posesionario arguyó que las adquirió legalmente…Sin embargo, demandaba que se investigara, determinara a quien pertenecían y tomaran las medidas necesarias para prevenir la comisión de hechos que pudieran resultar contrarios a la paz en México.’ Sin embargo, León De La Barra no paraba ahí.

El embajador argüía ante el gobierno estadounidense que su contraparte mexicana tenia documentos mediante los cuales Madero se declaraba presidente de México, nombraba a Manuel Urquidi como gobernador de Tlaxcala y le solicitaba un préstamo al hombre de negocios, José M. Ortiz. Al mismo tiempo, en la capital del país habían sido requisados cincuenta rifles adquiridos por un agente de Madero. Dado que este vivía en los EUA, solicitaba a las autoridades estadounidenses tomar las acciones requeridas para que desde su territorio se ’atentara en contra de la paz de México.’ Mientras tanto, el 18 de noviembre, Lane Wilson reportaba que el gobierno mexicano estaba realizando redadas a lo largo del

país en donde la conspiración se extiende, aun cuando carece de cohesión. Reportaba que Madero desde San Antonio estaba enviando armas a sus seguidores en México. Por ello, mencionaba al secretario de estado que el gobierno de Díaz agradecería se tomaran las medidas pertinentes para acusarlos de intentar subvertir el orden en una nación amiga de los EUA. El inicio de la revuelta era inminente.

El 19, León De La Barra alertaba a Knox que en varios puntos de la frontera con Texas estaban reclutándose bandas de rebeldes y que los sitios más peligrosos eran ’Naco, El Paso, Presidio, Boquilla y Eagle Pass.’ Le pedía que movilizara fuerzas para evitar se unieran los sublevados y exportaran armas hacia México, el paso de bandas hacia uno u otro lado y sobre todo evitar que se altera la paz en nuestro país. La respuesta que recibió fue que ya se había turnado su memorándum al departamento de guerra y al procurador de justicia para que tomaran las medidas pertinentes. En ese contexto, llegó el 20 de noviembre y he aquí lo que la prensa estadounidense reportó.

El domingo 20 de noviembre de 1910, el San Antonio Light and Gazette reportaba un telegrama del Presidente Dáz Mori quien respondiendo al cuestionamiento de un grupo de turistas emitía una declaración apuntando que los desórdenes habían sido provocados por anarquistas quienes ya estaban bajo custodia de las autoridades. Justo en la parte inferior en la misma columna, apuntaba que a pesar de que el secretario Creel señalaba que nada sucedería, ellos contaban con información de que la revolución estallaría en la frontera. Madero habría de cruzar el ’Río Grande’ para unirse a los hombres que lo esperan del otro lado. Se estimaba que alrededor de 700 hombres armados estaban en la localidad de Las Vacas (Ciudad Acuña, Coahuila) listos para atacar la guarnición del ejército. A la media noche del 19 se suscitó una manifestación en Ciudad Porfirio Díaz en contra del gobierno mexicano. En Eagle Pass, el cónsul Elsworthy había implementado toda una serie de medidas para impedir que Madero cruzara hacia México y esperaba arrestarlo por violar las leyes de neutralidad. En Cd. Porfirio Díaz las tropas patrullan las calles y dispersan cualquier reunión que se suscite. Una nota proveniente de Carrizo Springs indicaba que un grupo encabezado por un tal Ignacio González había adquirido siete caballos, lo cual provocó que un alguacil los persiguiera al presumir que Gonzales no era otro sino Madero, lo cual fue desmentido al periódico por el presunto acusado. Ello no impidió al alguacil afirmar que él no dejaría que Madero cruzara hacia Mexico.

The New York Times (NYT) que aún era un diario fiable y no adquiría el nombre de ’The New York Slimes,’ como lo identifican ahora un gran número de estadounidenses, reportaba en su edición del 21 de noviembre que la insurrección planeada para un día antes no se materializó, excepto por un pequeño incidente ocurrido en Guerrero, Coahuila que fue resuelto inmediatamente. Ahí, las fuerzas federales tomaron control de la situación e implantaron ley marcial. Asimismo, apuntaba que lugares como Veracruz, Puebla, Orizaba y Pachuca estaban en calma. Sin embargo, sin precisar fechas, daba cuenta de la muerte de más de cuarenta personas ocurrida en un enfrentamiento en la casa de Aquiles Serdán, él incluido, y alrededor de 145 heridos. Igualmente relataba que al no haber incidentes mayores(¡!) la comunidad extranjera en México había recobrado la calma y acerca de Madero

nadie sabía nada. Pero vayamos a otra versión de los eventos publicada el mismo 21 de noviembre.

Según el reportero del San Antonio Light and Gazette en Eagle Pass, a las cuatro de la mañana Madero había cruzado hacia México por un lugar (el rancho El Indio) ubicado a seis millas al sur de dicha población. Se afirmaba, sin confirmar, que los rebeldes encabezados por el coahuilense habían tomado la población de Guerrero. En igual forma, se reportaban incidentes en Allende y El Fénix y las autoridades estadounidenses reportaban movilizaciones al norte de Del Río, Texas. A la vez, el gobierno mexicano anunciaba que los mil efectivos destacamentados en Matamoros, Tamaulipas serian reforzados con 300 más lo cual permitiría seguir teniendo el control absoluto de la ciudad.

En un editorial del NYT, entonces las opiniones las colocaba en esa sección y no en la primera plana, titulado ’Madero’s Little War’ (La guerrita de Madero) señalaba entre otras cosas: ’La Conquista de México por Madero es una broma. Él es un político débil con pocos seguidores y ninguna de renombre. No pertenece a la herencia histórica de Hidalgo, Morelos, Guerrero y Juárez. Carece de la fuerza personal y las habilidades militares de un revolucionario tipo Santa Anna y (Juan) Álvarez. Ni aun pudiera compararse con los sanguinarios mercenarios, Miramón y Márquez. Tal vez si tuviera el apoyo de la iglesia católica y un ejército fuerte pudiera convertirse en una imitación pequeña de Iturbide…’ Ya encaminado, el editor afirmaba que ’Lo más rápido que el general Díaz pueda silenciar a Madero, mejor será para la paz y el crédito del país… Los incidentes suscitados en Puebla el viernes pasado (18 de noviembre) pudieran haber significado algo en otros tiempos, pero ahora son simples actos rabiosos y fútiles…’ Como podemos leer, ya desde entonces The New York Times no era muy acertado en sus predicciones, excepto que, lo repetimos, las enviaba a la sección de opinión y no las colocaba disfrazadas de noticias. Así eran reportadas las noticias al día siguiente de los acontecimientos del 20 de noviembre de 1910, entonces no había ni celulares, ni correos electrónicos, ni twitters, ni whatsapp, ni Facebook. De haber existido nuestros ancestros se habrían enterado de lo que realmente ocurrió aquel domingo en las inmediaciones del Bravo.

Madero no pudo cruzar el rio, se quedó en el Indio esperando a que su tío Catarino Benavides llegara con los rifles y los hombres que le había prometido. Como eso no sucedió, se regresó a San Antonio. Sin embargo, el inicio del fin del gobierno del presidente Diaz Mori había dado principio. Más tarde, en marzo de 1911, habría de negociarse la transición pactada, misma que se materializó en mayo de ese año. Despues, Madero fue electo presidente y parecía que los cambios se realizarían de manera ordenada a pesar de ciertas resistencias. Sin embargo, se abrieron los apetitos de poder de algunos y en febrero de 1913, la trinca infernal compuesta por el embajador estadounidense, Henry Lane Wilson; el felón, Victoriano Huerta; y, no lo olvidemos nunca, embozados tras las sombras los miembros de la curia católica, habrían de efectuar la asonada que costó la vida a Madero y con ello se reviviría la llama de la insurrección que había sido encendida en una fecha que los herederos de la cistiada y el sinarquismo han querido sumir en el olvido para no recordar que al amparo de ella nacería el estado mexicano moderno aquel que permitió al país crecer y desarrollarse, crear instituciones, formar la clase media y generar la movilidad social. Sí, todo aquello que

hoy molesta a algunos, inclusive quienes gracias a eso que hoy critican pueden tener una situación económica-educativa-social que jamás hubieran alcanzado de no haber sucedido aquello que dio principio el 20 de noviembre de 1910. vimarisch53@hotmail.com

Añadido (1) Entre acordes de ’pa’ y ’pos,’ sin niña que lo corrija, el chico, quien se cree grande, da consejos para enfrentar el problema de los mexicanos ilegales en los EUA y de cómo ha de prepararse el presidente de México para entrevistarse con el electo en aquel país. Al parecer, la contaminación ambiental ya hizo efecto en sus neuronas. Ha olvidado que, gracias a sus berrinches y la ignorancia de su jefe, el problema se agravó cuando era factible empezar a armar una solución.

Añadido (2) Después de escucharlo, nos percatamos porque lo echaron de la embajada de México en Washington. Al decir que había que unirnos con los chinos, y con todo aquel a quien haya ofendido el candidato triunfante, se quedó a un paso de incitar a tomar el fusil para declararles la guerra a nuestros vecinos al norte.

Añadido (3) ¿Por qué será que cierto comunicador exhibe un comportamiento muy benevolente con el truhan blanquiazul y al tricolor de catadura similar lo quiere crucificar? ¿Sera un asunto de filias partidistas? No queremos imaginar que haya otras razones de pesos mayores.

Añadido (4) Para algunos es sorpresa que, de pronto, Ernesto Guillermo Ruffo Appel haya lanzado el buscapiés de aspirar a la candidatura de la presidencia de la república por el PAN. Sin embargo, para los herederos de Miramar en su versión Siglo XXI, este sería el candidato ideal. Ya no tendrían que cruzar el Bravo para cumplir su sueño, recordemos que este ciudadano nació en San Diego, California en donde fue registrado como Ernest Ruffo Jr.

Añadido (5) Todo el escándalo que prevalece en Veracruz lo ha armado quien va a llegar. En cuanto arribe, todo habrá de solucionarse y buscara exhibirse como el gran componedor. Ese es un truco muy añejo para impresionar almas cándidas.

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