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Ciudadanos de segunda, sin escucha

Ciudadanos de segunda, sin escucha
Política
Mayo 05, 2014 20:27 hrs.
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Jorge Herrera Valenzuela › diarioalmomento.com

La afirmación de Carlos Cuarón en el sentido de que “los mexicanos de segunda” no son escuchados por el Presidente de la República, es tan cierta y va más allá pues tampoco pueden atenderlos, personalmente, los secretarios de Despacho (integrantes de los gabinetes legal y ampliado), tampoco los senadores ni lo diputados federales, al igual de ocupados están los gobernadores, los secretarios de gobierno, los diputados locales y los presidentes municipales de las “grandes ciudades”. Tampoco el ciudadano común y corriente es escuchado “en vivo” por un asambleísta del Distrito Federal, menos por un jefe delegacional o “delegado político” en la Ciudad de México.

Carlos es el hermano de Alfonso, quien el último lunes publicó en varios diarios un desplegado con 10 preguntas, dirigidas al Presidente de México, relacionadas con la reforma constitucional sobre los energéticos. La primera e inmediata respuesta presidencial se conoció en redes sociales y Enrique Peña Nieto escribió: “Agradezco las preguntas que me ha enviado el cineasta Alfonso Cuarón. Preguntas que muchos mexicanos comparten sobre la #ReformaEnergética. El @gobrep responderá puntualmente a todas ellas, una vez que sean presentadas las Leyes Secundarias de la #ReformaEnergética”.

A esa contestación, vía Twitter, el hermano del ganador del Oscar por la película Gravedad afirmó, según nota publicada en el diario Reforma, que “La respuesta de Peña Nieto, para mí, lo dice todo. Es atole con el dedo, es muy triste. Más triste que tenga que ser una figura pública internacional para que sea escuchado por el Presidente” y añadió: “Me parece tristísimo que ninguno de nosotros como ciudadanos que somos podamos ser escuchados por el Presidente, porque para toda la clase política somos ciudadanos de segunda”.

Independientemente de que el decálogo redactado por Alfonso Cuarón sea detenidamente analizado junto con las respuestas que dieron dos voceros del gobierno federal el miércoles, en las redes sociales, es importante releer las afirmaciones de Carlos Cuarón porque es un hecho real que los funcionarios federales, estatales y municipales, cuando están en campaña y buscan el voto de la ciudadanía prometen “el oro y el moro”, aseguran que las puertas de sus oficinas estarán abiertas “a todos” e inclusive recordamos que Vicente Fox Quesada en la búsqueda del voto gritó que la residencia presidencial de Los Pinos sería “la casa del pueblo”; unos días después de instalarse en ese lugar el nuevo inquilino ordenó reforzar todas las entradas y no pasaba ni el aire y jamás estuvo abierta “la casa del pueblo”.

En los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado me consta que había gobernadores que no solamente recibían a sus gobernados sino que iba a donde ellos se encontraban, en comercios, en fábricas, en el campo. Había comunicación directa, sin guaruras civiles o militares. En Chihuahua, Teófilo Borunda y Oscar Flores Sánchez; en Jalisco, Juan Gil Preciado; José Isabel Rodríguez Elías, “Chabelo”, en Zacatecas; en Sinaloa, Leopoldo Sánchez Celis, en Tlaxcala, Emilio Sánchez Piedras. ¡Ah!, era la época del dominio priista.

Este es un diálogo real, no ficticio, no inventado. El escenario es la oficina de un “delegado político”, a quien un ciudadano desea plantearle un asunto relacionado con la seguridad en la colonia donde reside.

--Buenos días, deseo una audiencia con el señor delegado.
--¿Cuál es el asunto que desea tratarle?
-- Está relacionado con la falta de vigilancia en la calle donde vivo y se han cometido varios robos a casa habitación.
--Mire, usted debe saber que ese no es un asunto del señor delegado, porque la policía no depende de él. Así es que acuda a donde corresponde.
--Mi deseo es hablar con delegado y que él me dé una respuesta.
--Imposible, el señor tiene una agenda muy complicada y….
--Bueno, anúncieme con su secretario.
--El atiende solo con citas y ahora no está.

El ciudadano que votó por quien ahora es el “señor delegado” recordó el ofrecimiento que este le hizo en campaña, pero ahora que está con el poder en la mano no tiene tiempo para atender a la ciudadanía. Lo peor del caso es que una empleada, ubicada en la puerta de la oficina, es la que por órdenes de su jefe actúa con mayúscula prepotencia.

Si usted busca ser recibido por un Secretario de Despacho, olvídelo. El señor siempre está en acuerdo, siempre tiene múltiples problemas que atender, siempre estará de gira. Intente plantearle su problema fiscal al Secretario de Hacienda y Crédito Público, ni el gato del gato del gato que tiene en la oficina le va a hacer el menor caso. Esa es la realidad, el mexicano es un ser humano “de segunda”. No es figura deportiva, no es estrella de la televisión, no es periodista de radio y televisión, ni sueñe en que las puertas del despacho de un funcionario se abran para usted.

PREGUNTA PARA MEDITAR:

¿Habrá algún funcionario que directa o indirectamente, por medio de su vocero, me haga el favor de desmentirme y compruebe que si atiende a quien es un simple ciudadano “al corriente en el pago de sus impuestos”?


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