Acercarse a la organización de la Naciones Unidad como una fuente de información histórica y Guía para las posibilidades de desarrollo, debería ser algo cotidiano no solo para quienes ostentan alguna responsabilidad de gobierno, sino para cualquier líder de la humanidad.
Una colorada (vale más que cien descoloridas)
El pasado 5 de este mes –primer sábado de julio- acorde con lo establecido en la resolución 47/90 de diciembre de 1992, se celebró el día internacional de las cooperativas.
Las personas en etapa formativa, poco han oído hablar de una forma de asociación basada en la auto ayuda, la auto-responsabilidad y la gestión empresarial democrática. Quizá algunos sexa o septuagenarios recuerden las cooperativas pesqueras en México, liquidadas a lo largo de gobiernos poco responsables que lejos de defender a quienes vivían de la comercialización del atún o el camarón, entre muchas otras especies, simple y llanamente se sometieron a los designios de tratados y boicots internacionales.
Ante la galopante crisis de hambre en el planeta, hace dos años se ocuparon 365 días a fin de lograr el desarrollo sostenible para todos a través de las empresas cooperativas. ¿Cuántas conoce usted en México además de refrescos pascual? ¿Sabía que en tales líneas de productividad, este año se impulsa la agricultura familiar? ¿Recuerda los huertos familiares que en la década de los setenta impulsó doña Esther Zuño de Echeverría?
Pero las cooperativas en el mundo no solo se ocupan de procesos productivos agropecuarios o manufactureros –hay cooperativas en África, Asia e incluso Europa para la industria textil- cuyos asociados trabajan en conjunto para mantener condiciones de vida favorables a partir del éxito de una empresa de propiedad conjunta. No se trata de socios capitalistas como en las corporaciones anónimas o de capital variable, lo interesante son los valores comunitarios de este modelo en el cual cada uno vale lo mismo –un voto- en términos de la toma de decisiones, independientemente del monto de su aportación al capital[1] de la cooperativa formada por un número ilimitado de adherentes voluntarios dispuestos a otorgar servicios diversos aceptando al mismo tiempo las responsabilidades que implica el ser socios.
Sin tanto bombo y gasto publicitario como el que hemos visto para las leyes secundarias de la telecomunicación, donde los gigantes de los medios lograron una manipulación Fast trak y masiva sensacional con el argumento de que vamos a ahorrar -¿quienes?- miles de millones de pesos por el uso de celulares y conexión a Internet, se ha legislado sobre cooperativismo para lograr impulsar estas organizaciones cuyo principio fundamental es la gestión democrática de las mismas ¿Por qué entonces no se han restablecido las otrora exitosas empresas pesqueras? ¿Cuántos agentes del imperio participaron en la campaña de desprestigio acusando a sus socios de comunistas? ¿Qué hace el gobierno para impulsar la agricultura familiar a efecto de convertirla en empresas comunitarias bajo el esquema de cooperativas? ¿Cómo afectaría a los productores trasnacionales de transgénicos este modelo, donde puede ser socio cualquier individuo sin discriminación de clase social, credo religioso, afiliación política o sexo?
Además del principio de autonomía, que les permite suscribir convenios para obtener capital externo –no por la vía de crédito bancario tradicional que en términos generales es confiscatorio y de usura- en ruta diversa a como lo viene a proponer el FMI, los cooperativistas pueden capacitarse[2]. Para los cooperativistas la formación, educación e información a los miembros, es una responsabilidad básica a cumplir sobre todo para los directivos, esta responsabilidad es además de a su organización, hacia el público que consume sus productos y a los jóvenes como futuros impulsores del modelo, cuyo motor fundamental es lograr el desarrollo sostenible de las comunidades en las cuales están insertos.
Para aquellos que consideran las cooperativas como un modelo de países subdesarrollados es bueno recordar que en Alemania desde el siglo pasado el modelo se ha impulsado incluso para otorgar microcréditos. La fuerza de estas cooperativas en el sector financiero –ahorro y crédito- se ha extendido a muchos países de América Latina e incluso su organización se ha constituido en una confederación de cooperativas, a la cual pertenecen algunos mexicanos[3]. El número de ninis, la frustración por la falta de empleo formal, el aumento en el reclutamiento de jóvenes para actividades criminales, disminuiría notablemente si se impulsa el modelo de las cooperativas en diversos ámbitos de la economía ¿Qué hace falta para que ello ocurra? ¿Usted estaría dispuesto a ser parte de un sistema empresarial que el año antepasado se movió bajo el lema “Las empresas cooperativas ayudan a construir un mundo mejor”?
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[1] La contribución del socio es equitativa al capital. Por lo menos parte de ese capital normalmente es propiedad común de la cooperativa. Los socios reciben una compensación, si la hay, limitada sobre el capital entregado, aunque asignan los excedentes para todos o alguno de los fines de la empresa como es el caso de: establecimiento de reservas para el propio desarrollo de la cooperativa, beneficios a los socios en proporción a sus operaciones con la cooperativa; y el apoyo de otras actividades aprobadas por los socios.
[2] En el sexenio de José López Portillo, se tuvo acceso a estos recursos que lamentablemente las instancias operativas corrompieron, gastando el dinero en ayudas para “alimentación” disfrazadas de enseñanza .
[3] A partir de enero del 2012, la Confederación Alemana de Cooperativas -DGR- participa en una nueva y tercera fase del Programa de Asistencia Técnica a las Microfinanzas Rurales -PAMIR-, ejecutado en México por el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros BANSEFI.
