Cómo poner normas y límites para adolescentes

Cuando un hijo se droga’

Cuando un hijo se droga’
Educación
Diciembre 19, 2016 23:14 hrs.
Educación ›
Psicóloga Marina Castro Ricaño › diarioalmomento.com

La disciplina sigue siendo tan importante en la educación de un adolescente como durante el resto de la infancia.
La diferencia es que conforme se van haciendo cada vez mayores, los adolescentes cuestionan cada vez más las normas y límites que sus padres les imponen

Sin embargo la disciplina es una herramienta básica en la formación de una persona responsable y estable, así que es muy importante tener unas normas y límites bien definidos y exigir que todos los respeten.
Ayudarles a expresar sus sentimientos. Si un hijo adolescente le pega a un hermano menor, es importante preguntarle por qué lo ha hecho, y pensar en otras formas de desahogar su enfado
Expresar reconocimiento cuando su hijo adolescente logra comportarse como es debido. Si llega a casa a la hora acordada por ejemplo, darle las gracias. Si obtiene buenas notas en la escuela, darle la enhorabuena.
Permitir que participe tu adolescente cuando se fijen normas nuevas. Esto no sólo será una forma de enseñarle el arte de la negociación (algo que le servirá durante toda su vida), sino que le implicará de tal forma que se sentirá más obligado a cumplir con las reglas. Además, si nota que no eres intransigente y estás dispuesto a escuchar su opinión, aprenderá a hacer lo mismo.
Dar ejemplo. Si un padre o una madre le gritan a su hijo adolescente, está enseñándole indirectamente que es una opción válida en caso de desacuerdo, en vez de enseñarle negociar o debatir. En vez de gritar, pare y cuente hasta diez antes de hablar y enseñarle a tu hijo a discutir de forma sosegada e inteligente. Los gritos solamente alejarán más a su adolescente.
Darle alguna margen de decisión en el momento de organizar las tareas que debe realizar. Sentarse con su hijo, papel y lápiz, explicarle todas las tareas domésticas, y decidir conjuntamente cuáles serán sus responsabilidades
Ser siempre justos. Los padres somos humanos, y a veces nos exasperamos y imponemos una regla nueva o un castigo porque estamos cansados o hartos. Hay que evitar esta situación, pensarlo muy bien antes de introducir nuevas reglas o cambiar una existente, y explicar de forma sosegada el motivo a tu adolescente.
Ser muy consistentes y firmes. Por ejemplo, si la norma es hacer los deberes antes de jugar a la playstation, es importante ser inflexible y no cambiarlo nunca, incluso si tu adolescente llega a casa con amigos. Cuando tu adolescente aprende que no vas a ceder, dejará de insistir (aunque esto puede tardar años y supone uno de los aspectos más agotadores de ser padres de adolescentes). Si cedes, tu adolescente cuestionará no sólo esta norma repetidas veces, sino otras también.
Ser fiel a tus principios. Probablemente has escuchado muchas veces estos típicos reproches de hijos adolescentes: "Siempre soy la primera que se tiene que ir a casa"; "Pues los padres de Pedro le dejan hacerlo"; "Los padres de Marta la dejan hasta las 12.00...". Y es fácil tener la tentación de ceder. Pero todos tenemos nuestros propios valores, y es importante que nuestros hijos adolescentes aprendan a respetar los nuestros. Explícales que todos somos distintos, y cuando protestan y dicen que ojalá su familia fuese distinta, respira hondo y recuerda que ésta es una reacción típica en los adolescentes y realmente no piensan así. Simplemente forma parte de la adolescencia cuestionar el sistema que les sigue controlando e intentar mover los límites.

Cómo establecer reglas para su hijo adolescente

EL PROBLEMA
Su hijo adolescente se queja de que usted es muy estricto. Pero su instinto de padre le dice lo contrario. ’Si le aflojo las riendas —piensa—, enseguida se meterá en líos.’
Está bien que establezca reglas razonables para su hijo; pero, antes que nada, debe entender por qué a él le molestan tanto. *
LAS CAUSAS
Mito: Todo adolescente se rebela contra las reglas; es parte inevitable de la adolescencia.
Realidad: Cuando los padres fijan normas razonables y las comentan con su hijo, es menos probable que este se rebele.
Es cierto que existen múltiples factores que pueden hacer que un muchacho se rebele, y los padres pueden contribuir a ello sin darse cuenta si imponen reglas inflexibles o que no van con la edad. Veamos algunos ejemplos.
• Reglas inflexibles. Cuando los padres actúan de forma autoritaria y se cierran a cualquier posibilidad de diálogo, las reglas dejan de ser un cinturón de seguridad que protege al joven y se convierten en una camisa de fuerza que lo asfixia. Lo único que se consigue es que el hijo termine haciendo a escondidas justo lo que le han prohibido.

• Reglas que no van con la edad. Puede que a un niño le baste con un ’¡Porque lo digo yo y punto!’. Pero un adolescente necesita más: necesita razones. Al fin y al cabo, es probable que en un futuro cercano viva por su cuenta y tenga que tomar decisiones importantes. Por eso es mucho mejor que aprenda a razonar y a tomar buenas decisiones ahora, cuando todavía está bajo el cuidado de sus padres.
¿Y si parece que a su hijo le irritan todas las normas que le pone?
LO QUE PUEDE HACER
Primero debe comprender que los muchachos necesitan —y en el fondo desean— que les fijen límites. Por lo tanto, establezca reglas y asegúrese de que su hijo las entiende. ’Cuando los adolescentes tienen límites definidos y saben que sus padres los están supervisando, hay menos probabilidades de que se metan en problemas’, afirma el libro Letting Go With Love and Confidence (Déjelos volar con amor y confianza). En cambio, los padres que dejan a sus hijos a rienda suelta les dan la impresión de que no se interesan por ellos. Y esa es la fórmula perfecta para que se rebelen. (Principio bíblico: Proverbios 29:15.)
Ahora bien, hay que ser equilibrado. Deje que su hijo exprese lo que piensa sobre las reglas familiares. Si le pide, por ejemplo, que lo deje llegar más tarde, escúchelo mientras expone sus razones. El adolescente que se siente escuchado está más dispuesto a respetar las decisiones de sus padres —sea que esté de acuerdo o no— y a obedecerlos. (Principio bíblico: Santiago 1:19.)
Sin embargo, antes de tomar una decisión, recuerde: aunque los adolescentes tienden a pedir más libertad de la que deben, los padres tienden a dar menos de la que pueden. Así que, analice bien las peticiones de su hijo. ¿Ha mostrado ser un muchacho responsable? ¿Justifican las circunstancias que le conceda lo que pide? Esté dispuesto a ceder según el caso. (Principio bíblico: Génesis 19:17-22.)
Además de tomar en consideración los sentimientos de su hijo, exprésele sus preocupaciones. De este modo, le enseñará a no buscar solo su propia conveniencia, sino a pensar también en los demás. (Principio bíblico: 1 Corintios 10:24.)
Por último, tome una decisión y explíquele el porqué. Aun si no queda muy contento, lo más seguro es que agradezca tener padres que lo escuchan. Recuerde que su hijo adolescente está en camino de ser adulto. Y algo que le ayudará a convertirse en un adulto responsable es que usted establezca normas razonables y las comente con él.

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