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DE FRENTE Y DE PERFIL

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Periodismo
Noviembre 09, 2016 18:54 hrs.
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RAMÓN ZURITA SAHAGÚN › guerrerohabla.com

El resultado de la elección presidencial en Estados Unidos provoca que miles de estudiosos y entendidos de la política internacional, de las encuestas, de las percepciones, de los sondeos, de la psicología y hasta de la arqueología, encuentren tema de análisis y dedicarán largo tiempo a devanarse los sesos, para comprender el por qué ganó Donald Trump, cuando todos ellos daban una lectura diferente al resultado electoral.
Ninguno de ellos reconocerá que se equivocó en sus apreciaciones y que, finalmente, ninguno de los que no fueran ellos comprendieron lo que las señales les decían, ya que todo estaba claro.
El voto oculto les provoca dolores de cabeza a quienes se dedican a explorar los terrenos de las previsiones y confían en que los electores potenciales les dicen la verdad.
Nuevamente las encuestas fallaron y mostraron su fragilidad al hacer sus escenarios sobre lo que sucederá en una elección, ya que al cierre de las casillas continuaban haciendo sus cuentas alegres sobre un resultado que nunca ocurrió.
Y aunque cueste trabajo reconocerlo, el triunfo de Trump se debió a algo simple que pasa en Estados Unidos, en México y en otras naciones: los electores están cansados de los políticos tradicionales y les gustan los candidatos estridentes, con los tonos amenazantes que lanzan.
Guardando proporciones, en Estados Unidos sucedió algo similar a lo ocurrido en México en el año dos mil con un candidato echado para adelante, sin respeto para nadie, provocador, lenguaraz e incumplido como lo fue Vicente Fox Quesada.
Los electores mexicanos ávidos de un cambio votaron por él, quien no mostraba nada de lo que los políticos le ofrecían y hasta, en algunos casos, parecía simpático, pendenciero y sumamente rústico.
Enfrente tenía un candidato apocado, sin carisma, metido de emergente, ante la carencia de prospectos por parte del PRI: Francisco Labastida Ochoa, quien mostró su falta de personalidad cuando se quejó de los ataques y la mofa que hacía su adversario panista sobre su persona.
Algo parecido sucedió en Estados Unidos, Trump tuvo enfrente una candidata sin carisma, que nunca supo aprovechar los dislates del Republicano y que traía encima la carga de ser la primera candidata mujer al gobierno de su país.
Donald Trump aseguró que sabe cómo resolver diversas situaciones bélicas, tal y como Vicente Fox afirmó que el asunto de Chiapas lo arreglaba en quince minutos, lo que nunca pudo concretar en seis años.
Dicen lo misóginos que el mayor enemigo de una mujer es otra mujer y, tal vez, tengan razón en algún punto.
Hay alarmistas que ya ven venir una andanada en contra de México por quien asumirá el gobierno de Estados Unidos el próximo 20 de enero, sin que México cuente con un plan ’B’, ya que se dice apostaba por el triunfo de Hillary Clinton.
Con todo y ello, hay señales muy claras para todos aquellos que se encontraban pegados a la eventual victoria de Clinton.
No hay queja posible si desde Estados Unidos congresistas, senadores o cualquier otro tipo de políticos mandan mensajes a favor o en contra de alguno de los candidatos presidenciales mexicanos en el 2018.
La intromisión de políticos mexicanos fue muy clara y aunque desde las instancias gubernamentales nieguen injerencia, si la hubo.
Se olvidó la Doctrina Estrada, principalmente, por parte de algunos senadores mexicanos.
Otra que resentirá la derrota de Clinton es Margarita Zavala Gómez del Campo, quien confiaba en que el triunfo de la esposa de Bill Clinton revaloraría el papel de una mujer candidata y eventual presidenta de México.
Su partido ya la tuvo y el resultado fue terrible. Josefina Vázquez Mota quedó en tercer lugar, siendo la candidata del partido gobernante, algo insólito en la política nacional.
Clinton no ganó y ahora Margarita tendrá que buscar otra bandera para competir y jalar simpatías del electorado, pero principalmente dentro de su partido, donde no consigue penetrar.
Rafael Moreno Valle resulta beneficiado en ese sentido.
Quien puede jalar adeptos, después del triunfo de Trump es Andrés Manuel López Obrador, a quien malamente se le pretendió comparar con el candidato republicano.
Los memes y fotografías de uno y otro, mostrando supuesta semejanzas aparecieron a lo largo de toda la campaña, dejando ver lo supuestamente peor de cada uno de ellos, lo que repercutiría en la eventual derrota del republicano y del moreno.
Y es que si en Estados Unidos parte de la victoria de Trump se gestó en el respaldado dado por los desposeídos y esa clase media marginada, harta ya de tanto ser despreciada.
En México la elección del pasado cinco de junio mostró el hartazgo de los electores sobre un partido cuyos gobernantes cometen abusos al por mayor, especialmente el de desvío de recursos y enriquecimiento desde las estructuras del poder.
Tanto así que varios de ellos están siendo procesados o investigados por una serie de ilícitos y otros más pronto lo serán.


VIDEGARAY EL MEJOR RELACIONADO



Si alguien tiene nexos con el equipo de Donald Trump es el ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien estableció los vínculos con el equipo y fue el artífice de la visita del ahora candidato triunfador al Presidente de México.

Por eso, la experiencia política de Videgaray podría ser usada en un puesto clave como lo es la secretaría de Relaciones Exteriores, en la que Claudia Ruiz ha mostrado le quedó grande el cargo.

Claudia con su sueño de convertirse en candidata presidencial del PRI, olvidó la parte sensible de la diplomacia, por lo que su relevo podría darse pronto.



Email: ramonzurita44@hotmail.com

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