Día del Ingeniero Agrónomo en Oaxaca, con fondo musical de Álvaro Carrillo


El doctor Raúl Nieto Ángel fue reconocido con el Mérito Agronómico por su Trayectoria Agrícola. El experto en poda de frutales se reencontró con viejos colegas y estableció contacto con el hijo de Álvaro Carrillo.

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Febrero 25, 2019 18:41 hrs.
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Alex Sanciprián › todotexcoco.com

Texcoco, Edomex.- Chapingo es crisol de cultura popular y aspiraciones crecientes de quienes han pasado y estado en sus aulas.

Chapingo ha sido punto de encuentro de jóvenes mexicanos de todo el pais que buscan la realización profesional en sus múltiples carreras vinculadas a la agricultura.

Chapingo es una marca indeleble de quienes han compartido y comparten afanes, desdichas y saberes propios de sus pueblos originales.

Identidad y arraigo son signos vitales a la vuelta de los días y los años.

Hombres y mujeres que llevan en su corazón su paso por Chapingo se identifican, se ubican, se reencuentran con el intercambio que conlleva la calidez de un abrazo, un ramillete de sonrisas matizadas al poco rato con el desgrane de anécdotas.

Cuando los colegas de Chapingo se encuentran no faltan las temáticas alusivas a los viajes de estudio, profesores de imborrable recuerdo, temporadas de exámenes, y del forjamiento de una actitud colectiva: el empoderamiento y las ganas inmensas de emprender sueños y propósitos que se convierten en proyectos de vida. Todo ello al amparo de las canciones de Alvaro Carrillo, eventualmente.

Así ocurrió hace unos días durante la celebración del Día del Agrónomo en el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR), Unidad Oaxaca.

A propósito de esa celebración el doctor Raúl Nieto Ángel, reconocido fitotecnista apunta lo siguiente: ’… el 23 de febrero y en ocasión de la celebración del Día del Agrónomo, tuve la gran satisfacción de recibir, del gremio Agronómico Oaxaqueño, el Reconocimiento al "Mérito Agronómico 2019" en la Categoría "Trayectoria Profesional".

Durante ese evento se le entregó a Mario Alberto Carrillo, hijo de Álvaro Carrillo, un reconocimiento por el paso de su padre por Chapingo.

Posteriormente, interpretó algunas de sus canciones e intercaló anécdotas que su padre le dijo alguna vez acerca de cómo nacieron algunas de sus imperdibles canciones.

Al respecto, vale la pena recordar que cada año, en octubre, la Universidad Autónoma Chapingo le rinde honor con el concurso Festival de la Canción de Aficionados Álvaro Carrillo, en el que participan alumnos de la institución en las categorías de composición poética e interpretación de sus canciones. El evento se lleva a cabo en el auditorio universitario que lleva el nombre del cantautor, y habitualmente asisten quienes fueron sus compañeros de estudios en la ENA.

Asimismo, es pertinente que en este año se celebra el centenario de su nacimiento y los 50 años de su partida.

Álvaro Carrillo nació el 2 de diciembre de 1919. Sus padres fueron Francisco José y María Carrillo Jiménez ―originario de Cacahuatepec, Oaxaca, y doña Candelaria Morales, mulata, originaria de Juchitán (Oaxaca), quien falleció cuando Álvaro Carrillo era todavía un niño. Después de la muerte de doña Candelaria, don José María Carrillo se trasladó a Cacahuatepec y contrajo nupcias con doña Teodora de Alarcón, de la cual el maestro Carrillo tomaría su segundo apellido.

El compositor ingresó a la Escuela Nacional de Agricultura (ENA) en Chapingo, después de aprobar exitosamente el examen de admisión, a pesar de que el reglamento de la ENA en aquel tiempo solo permitía participar en el examen de admisión a los alumnos que hubieran terminado la escuela secundaria; el reglamento se modificó para dar igual oportunidad a los alumnos que provinieran de los internados agrícolas. Fue así como el compositor pudo ingresar a esa escuela, aun sin haber cursado la escuela secundaria.

Cuando Carrillo cursó sus estudios en la ENA lo hizo en la etapa en que existía el régimen militarizado. Su afición por las canciones lo llevó a escapar frecuentemente de la escuela y, por consiguiente, a acumular varias amonestaciones. Fue tal su pasión por la composición y la música que abandonó el estudio durante un año. El director lo convenció de que terminara la carrera de agrónomo. Así lo hizo, y recibió el título de ingeniero agrónomo en 1945. Dejó a su escuela una canción de despedida, que es como un himno para esa institución: "Adiós a Chapingo".

Sin embargo, Álvaro Carrillo demostró su capacidad para el estudio, pero no para la agricultura. Fue un bohemio, un gran compositor, intérprete de sus canciones, y en este ámbito llegó a ser uno de los más grandes artistas mexicanos, de fama internacional.

Orgulloso por su escuela, bautizaría a una de sus hijas con el nombre del plantel: Ena. No obstante, su vocación de cancionero pudo más que la ingeniería, y decidió dedicarse por completo a la música.

Mientras tanto, la celebración del Día del Ingeniero Agrónomo se llevó a cabo con alta dosis de emotividad en Oaxaca por el recuerdo, el reconocimiento de sus méritos académicos y el sentimiento compartido que derramó Álvaro Carrillo en su trayectoria por Chapingo.

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