Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, fue calificado como un “intelectual de alto riesgo” por quien fuera el primer director del penal de alta seguridad de Almoloya de Juárez, hoy del Altiplano y quien fue arteramente asesinado, Juan Pablo de Tavira. Él, en entrevista poco después de que el jefe del narcotráfico abandonara ese centro de reclusión tras cumplir una mínima pena por delitos contra la salud, lo definió como un estratega, un negociador eficaz y de bajo perfil en el mundo de la delincuencia organizada.
El rumor sobre su presunto fallecimiento, su muerte simulada o su jubilación anticipada, representaría una sensible baja para el Cártel de Sinaloa, más importante, incluso que la captura de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, ya que como estratega logró que el narcotráfico se convirtiera en una verdadera empresa transnacional.
El semanario sinaloense “Ríodoce” consignó en una nota informativa el presunto fallecimiento de Esparragoza Moreno, a consecuencia de un infarto, incluso, menciona que su cadáver fue incinerado, de acuerdo con versiones obtenidas en los círculos familiares del jefe del narcotráfico.
Todo ello ocurre en momentos en que se habla de una alianza entre los cárteles de Sinaloa y el Golfo para acabar con los Zetas y, lograr con ello, la disminución de matanzas, ejecuciones, extorsiones y secuestros, así como mantener el control en el negocio del narcotráfico.
Tal alianza no hubiera sido posible sin la intermediación de “El Azul”. De hecho, Esparragoza fue fundamental en la consolidación del cártel de Guadalajara a finales de los años 70 y principios de los 80, junto con sus socios Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo; fue el brazo derecho de Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos” en la conformación de la llamada “Federación” que aglutinó a importantes grupos delictivos del país, y que permitió al crimen organizado mexicano ampliar su poder en el extranjero.
Tras la muerte de “El Señor de los Cielos”, Esparragoza Moreno trató de mantener la unidad de “Federación”, sin embargo ésta se fraccionó con la salida de los hermanos Beltrán Leyva y el alejamiento paulatino de Ignacio Coronel y de Vicente Carrillo Fuentes.
Junto con Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera llevaron a su máxima expresión al cártel de Sinaloa como el grupo delictivo mexicano con mayor influencia en el mundo.
Parece oportuna la muerte de “El Azul”. Aunque fue capturado “El Chapo” Guzmán se mantiene el liderazgo de “El Mayo” Zambada, quien posiblemente recibirá todo el apoyo de Rafael Caro Quintero; la alianza entre los cárteles de Sinaloa y del Golfo abren nuevas posibilidades en toda la frontera para el crimen organizado, siempre y cuando aniquilen a “Los Zetas”; todo ello permitiría que el narcotráfico adquiriera nuevamente el bajo perfil que tenía antes de la guerra decretada por Felipe Calderón.
Si la supuesta muerte de “El Azul” fue planeada, difícilmente las autoridades podrán confirmarla o negarla pues con la cremación sería imposible confirmar su identidad. Si realmente falleció, habría terminado una leyenda del crimen organizado y, si se jubiló, estará en plenitud de gozar todo aquello que ilícitamente obtuvo y adquirió. Tal vez, al tiempo, haya un nuevo capítulo de este “intelectual de alto riesgo”.
