Lectura Política
Noé Mondragón Norato
En un país como México todo es posible. Desde la controversia constante en el sentido de que la corrupción se combata nada más en los discursos gubernamentales. Hasta que sus propios beneficiarios del pasado se sumen hoy, a la demanda de transparentar la aplicación de los recursos públicos. Lo cual revela un cinismo desbordante, casi rayando en lo enfermizo. Pero está ocurriendo. Así, el ex gobernador veracruzano Javier Duarte, está prófugo de la justicia, pero escribe y publica a través de su cuenta en Facebook, recordando que hace cuatro años se dio el timbrazo de colocación de certificados bursátiles de aquella entidad, en la Bolsa Mexicana de Valores. Y en Guerrero hay otros que, como él, no se miden en incongruencia y falsedad.
RENDÓN ROMERO: ¿CORRUPCIÓN OLVIDADA?- Ignacio Rendón Romero, fue el primer titular de la Auditoria General del Estado (AGE), creada en diciembre de 2002 por el ex gobernador y actual subsecretario de Gobierno en la Segob, René Juárez Cisneros, ante las inminentes señales de la alternancia partidista en el gobierno estatal. Y fue también, uno de los personajes que se vio rodeado por el escándalo y la polémica. Hoy fundó en Acapulco, el pomposamente llamado Observatorio Mexicano Nacional Contra la Corrupción. Pero sus hechos lo delatan. Se lee así: 1.- Durante su periodo como auditor, se ventiló reiteradamente que el propio funcionario arreglaba las cuentas públicas torcidas de casi la mayoría de los ediles municipales. A cambio por supuesto, de generosas prerrogativas financieras que lo convirtieron a la postre, en un funcionario acaudalado. Estas denuncias nunca fueron investigadas por las distintas legislaturas locales. Y se entendía la dinámica: muchos de los que ocupaban las curules locales, saltaron a las presidencias municipales. De esa manera, necesitan de los servicios de Ignacio Rendón, para componer su propia corrupción en las comunas. Y abrían necesariamente, la negociación política con el titular de la AGE. Los millones de pesos desfilaron una y otra vez. Cambiaron de manos. 2.- En su declaración ante la Procuraduría de Justicia, el lunes 25 de agosto de 2014, el dueño de la tribu perredista Grupo Guerrero (GG), David Jiménez Rumbo, vinculó a Ignacio Rendón Romero, con el crimen del extinto perredista, Armando Chavarría Barrera. Señaló textual: ’Sí hubo un incidente muy fuerte al principio de la administración del Congreso de Armando Chavarría Barrera. Él me confió que encontró cuando revisaron la actuación de la Auditoría, actos de corrupción y de chantaje a los alcaldes por parte de Ignacio Rendón. Entonces los diputados llamaron a este señor a cuentas, y que le ofreció 2 millones y medio de pesos para no tener ningún problema. Supe por boca de Chavarría que él no lo aceptó y seguramente eso puede ser una desavenencia. Se los digo porque hasta ahí terminó esa conversación, yo no supe más del tema’. 3.- Cuando concluyó su periodo al frente de la AGE en 2010, Rendón Romero intentó reelegirse en el cargo. Y al fracasar en ese intento, se asignó un bono por 4 millones de pesos por concepto de liquidación. Nadie se lo impidió. Ni el ex gobernador perredista de triste memoria democrática, Zeferino Torreblanca Galindo. Ni el Congreso local. Lo dejaron que se atascara con el presupuesto de la AGE. 4.- Detrás de la repentina y grotesca reaparición pública de Rendón Romero, podría estar escondida la mano de René Juárez, su impulsor inicial al frente de la AGE. Y al ser el aguirrista Victoriano Sánchez Carbajal, su compañero de ataque a la corrupción, se entiende que el mensaje político tiene un destinatario preciso: el edil perredista de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, ante la eventualidad de que opere su reelección en la alcaldía. Es decir, entre René y Aguirre, lo quieren frenar. Y en un país marcado por la impunidad, los corruptos -como los priístas Duarte, Humberto Moreira y el ex titular de la AGE aquí-, tienen cancha abierta para regresar a la vida pública. Sin ningún problema.
HOJEADAS DE PÁGINAS…En un aspecto le asiste la razón al obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza: más que policías y soldados, se necesita trabajo de inteligencia para neutralizar a la delincuencia organizada. Así como se hizo con la guerrilla de los años 70 y 80. Pero lo que no hay, es voluntad política para hacerlo. ¿Acaso por la existencia de elementales acuerdos soterrados e inconfesables?
