¡Qué conste... son reflexiones!

El invierno de la vida

El invierno de la vida
Política
Noviembre 26, 2016 20:14 hrs.
Política ›
Sócrates A. Campos Lemus › diarioalmomento.com

HAY DÍAS TAN FRÍOS QUE SE HIELA EL CORAZÓN Y LAS LÁGRIMAS SON BLOQUES DE HIELO…ES EL INVIERNO DE LA VIDA…
Hay tiempos que son de malos presagios, como que todos los astros se alinean para dejar paso al camino del mal, para que los hombres necios y malnacidos puedan dar rienda suelta a sus bajas pasiones ante la mirada cobarde de los más, cuando los menos son los que rompen los lazos de la buena relación y la paz entre los hombres de buena voluntad. Este parece ser uno de esos tiempos. Yo nací al final de la segunda guerra mundial, lo que escuché fueron las historias de horror después de pasadas las tragedias, supimos de la bomba atómica y su magnitud era de tal manera inmensa en la perversidad y la maldad que todos quedamos aterrados por su uso y manejo, por su alto nivel de destrucción. Supimos de los esfuerzos de muchos guerrilleros para salvar a algunos de sus compatriotas y poner piedritas en el camino a los ejércitos del fascismo y vimos los ejércitos triunfantes ocultos en el triunfo, cuando solamente defendían no a los pueblos sino a los intereses de los grandes capitales… esto generó la confusión de los tiempos y las ideas se fueron torciendo entre la nueva música, los movimientos de paz y de años y de la aparición masiva de las drogas como una forma de control y sumisión a los más en beneficio de los menos.
Así, con pasos suaves se fueron colocando las piezas para que el armamentismo diera paso a la violencia general en los pueblos, se perdiera la buena relación entre los habitantes y se generara la desconfianza y el miedo entre las familias y las sociedades. El individualismo fluyó como la fórmula de salvación y esto contribuye a la destrucción del tejido social que sea fuerte para beneficiar a todos y no deje en la indefensión a los más débiles. El yo y el yo antes que el nosotros, suple hasta el lenguaje y nubla la vista de la solidaridad.
Cada quién para su santo. El que no transa no avanza, el que pega primero pega dos veces, el agandalle como misión y finalidad forman a las nuevas generaciones y el estudio es una forma de cerrazón y no de liberación. Las universidades son las forjadoras de los dictadores y represores no de los libertadores. Las iglesias protegen a los pederastas y no a las almas buenas, los gobiernos ocultan a los corruptos y transas y no a los servidores públicos, las ideas se degeneran hasta convertirse en simples dichos sin sentido y sin valor. Las palabras se fugan en la nada y no valen. Los hombres se pierden en la desesperación y entran a la violencia por temor y por terror y esto y más presagian los malos tiempos. No se piense que soy un pesimista, no, al contrario soy un optimista, pero también nos cansamos de labrar en la nada y hablar al vacío porque los corazones no solamente están rotos sino que carecen de amor.
A lo mejor es el frío del invierno que desploma el calor y el color, se van cayendo las hojas de las plantas, las flores se esconden entre el nuevo invierno y la primavera, las palabras se acompañan con las volutas de vapor y como que esconden sus emociones, los cuerpos se tapan con prendas y abrigos de los que pueden y de sacos de papel y camas de cartón para los solitarios que vagan en la soledad y la tragedia, y yo, sigo con este dolor inexplicable en el corazón, entre dolor y tristeza, del no saber por qué y la desesperanza. A lo mejor es como una soledad que entra por la planta de los pies al contacto del frío del piso y creo que hay que preocuparse, son como avisos de la muerte cercana, del final de los tiempos. No se crea que hay temor a la muerte o desprecio de sus huellas, no, solamente hay como que algo falta porque no hemos terminado lo que creemos o lo que queremos hacer, por desgracia, sabemos qué hacer cuando los tiempos se acortan y contamos con la experiencia y el valor para concentrarnos en algo que sería útil a nosotros y a los que queremos. Así es la vida y así se debe de afrontar. Creo que el paso del tiempo es como correr al revés, dejando al tiempo avanzar y llegar a la nada, al vacío, a lo que tememos o a lo que añoramos y amamos…en la vejez como que platicamos más con nosotros que con los demás, quisiéramos poder hablar con todos los que amamos en los mejores términos y en los buenos momentos, pero como que se camina en dos sentidos y en dos velocidades, los jóvenes caminan de prisa y los viejos caminan de cansancio, sin ganas, el valor del tiempo viejo es que obliga a pensar con el corazón y no con la emoción y este es un lenguaje diferente al que solamente se le comprende al paso de los años, como cuando caen las hojas de los árboles o los copos de la nieve o las gotas de la lluvia y no de la tormenta. Como que su música es diferente sola y triste, de viento y de penar.
Las generaciones son así, una suben y otras bajan y es lo que forjan los equilibrios. Hagamos el amor y no la guerra sigue siendo válido en la actualidad porque todavía hay los que creen que la imaginación toma el poder o cuando menos sirve para joder y total, queramos o no reconocerlo, vivimos en tiempos de guerra, a cada calle hay muertos y sangre y violencia, a cada casa hay miedo y soledad, aislamiento y desconfianza a los demás. Esto muestra lo terrible de los tiempos nuevos y solamente nosotros, despertando música y recuerdos, espacios y momentos lograremos romper los hechizos de la guerra y las guadañas de la muerte. Sabemos que los pocos tienen el control de la violencia y los más tenemos el control de la paz y de la solidaridad y ahora veremos de qué valor son las palabras de amor o de cual barro son las de la destrucción y del odio, desesperanza y egoísmos… estamos en el filo de la definición.

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