El sabor español-árabe

Décima parte

Hemos visitado y disfrutado Sevilla, Córdoba y Granada, sin embargo para saborear el Al-Andaluz, vocablo con el que se define al territorio de la península ibérica y de la Septimania -región occidental de la provincia romana de Galia Narbonense que pasó bajo control del reino visigodo-, y se realizó bajo ese poder musulmán durante la Edad Media, entre los años 711 y 1492, es sólo visitando los Pueblos Blancos de España.

Imposible referirnos a todos, por lo que invitamos a recorrer la llamada Ruta de los pueblos blancos en la serranía de Andalucía, España, que comprende gran parte de los pueblos de la comarca de la Sierra y algunos de la comarca de la Janda de la provincia de Cádiz y de la Serranía de Ronda, en la provincia de Málaga.

Su nombre proviene de encalar las paredes de sus casas para repeler el calor. Ahora sí que, ’Entre sierras y montañas y bajo un cielo azul’, agregaríamos entre ríos, como cantara a Guanajuato, el desaparecido y llorado maestro Jesús Elizarraras, se encuentran los 20 pueblos blancos de España y es Andalucía donde la mezcla cultural, que la vuelve irresistible, se disfruta el sabor español con toques de cultura árabe.

El clima cálido de Andalucía y la consecuente necesidad de protegerse del calor, hicieron que muchos de sus pueblos se convirtieran en un manto blanco de casas pintadas con cal, y decoradas con macetas y flores en sus fachadas que se levantan en angostas callejuelas, muchas de ellas adosadas a la piedra de las montañas, que en su parte interna es una pared más. Observamos casas que cuentan con apenas uno o tres metros delante de la pared rocosa.

La visita a los pueblos blancos resulta impresionante, la vida cotidiana de Al-Ándalus trascurre cotidiana en el trazado sinuoso y de pendientes peligrosas y sin embargo la entrega al trabajo en el cultivo de los olivos, la fabricación del mejor aceite, la producción artesana de artículos de piel y los dulces postres andalusíes aseguran su desarrollo económico.

Setenil de las Bodegas es un municipio de la provincia de Cádiz, Andalucía, Es conocido por su pintoresco entramado urbano, declarado Conjunto Histórico, que está incrustado en el tajo que forma el río Guadalporcún a su paso por la ciudad.

Según la crónica de Bernáldez sobre la Reconquista, la toma de la villa de Setenil fue fundamental para la corona castellana en su avance hacia Granada, y el sitio de 1407 no proporcionó el fruto deseado. Desde ese momento, Setenil fue considerado casi inexpugnable, constituyendo una puerta fundamental para la reconquista del reino nazarí. Desde los tiempos de Juan II de Castilla hasta el reinado de los Reyes Católicos se produjeron siete sitios -de ahí el nombre de la ciudad, Septem nihil-, siendo el último, el de 21 de septiembre de 1848 el que condujo a la victoria.

Y sobre Arcos de la Frontera les diremos que es una población ubicada en un barranco, con un impresionante tajo con el río Guadalete debajo. Imprescindible observar las vistas que la población tiene a sus pies desde El Mirador de la Peña Nueva. Dominando las vistas a lo alto tenemos El Alcázar. Para conocer la esencia del lugar, hay que realizar un recorrido por la Casa-Palacio del Mayorazgo, el Callejón de las Monjas, y las diversas plazas, jardines y bellos rincones con arcos. Aquí admiramos un pesebre que tiene la cualidad, con su juego de luces, de enmarcarlo en la noche y en el día.

En fin, aquí se conjugan, la magia, el talento por la supervivencia y el trabajo estabilizador. CONTINUARÁ.