(Carta a Don Héctor)

Epístolas Surianas

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Periodismo
Octubre 19, 2016 22:10 hrs.
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Julio Ayala Carlos › guerrerohabla.com

TIENE RAZÓN ÁNGEL AGUIRRE JR. De no ser porque su padre, Ángel Aguirre Rivero, dejó la gubernatura del estado, y él como diputado local dejó de lado sus aspiraciones políticas, Evodio Velázquez Aguirre no sería alcalde de Acapulco. Y es que de no ocurrir la matanza de Iguala, en donde además desaparecieron 43 normalistas, es indiscutible que Aguirre Rivero, Papa-Layo, para algunos, nunca hubiera dejado el cargo de gobernador del estado.

Cierto es que Evodio Velázquez aspiraba a ser candidato a alcalde, pero es, y era evidente que en ese entonces, quien iba a ser presidente municipal de Acapulco era Ángel Aguirre Herrera, quien además de ser diputado local, contaba con el apoyo, decidido e indiscutible, de su padre, el gobernador Ángel Aguirre Rivero, y por supuesto, el respaldo absoluto de la mayoría de las corrientes del PRD, incluida la que habían formado para tal fin: Izquierda Progresista de Guerrero.

Y no es que en ese entonces Aguirre Jr era el mejor para alcalde del puerto, y hoy sabemos, de acuerdo a los datos, que tampoco lo es el actual edil. Sin embargo, el gobernador Aguirre Rivero, como todo cacique, había decidido imponer a su hijo, no como el candidato de su partido, sino como presidente municipal del puerto.

Así las cosas, con todo y que en ese entonces Evodio Velázquez ya llevaba algunos años haciendo campaña, ni siquiera él estaba convencido de que sería candidato de su partido, ante el ’arrastre’ y poder que traía ’Angelito’. Y es que no solo tenía tras de sí la estructura del gobierno del estado, sino también el presupuesto, y como consecuencia, el trabajo de la mayoría de las corrientes políticas del PRD. En suma, era cuestión de tiempo para que el Junior se convirtiera en presidente municipal de Acapulco.

Pero ocurrió lo de Iguala. La matanza de seis personas, entre ellas tres normalistas y un niño jugador de futbol. Y ocurrió también, esa noche del 26, y madrugada del 27 de septiembre, la desaparición de 43 estudiantes, y entonces, y entonces…

Entonces Ángel Aguirre Rivero dejó la gubernatura del estado, y en consecuencia, su hijo, Ángel Aguirre Herrera, dejó de lado su aspiración. Y entonces, Evodio Velázquez Aguirre, quien no tenía ni esperanzas de convertirse en candidato, se convirtió, de la noche a la mañana, porque no había otro, en el único abanderado del PRD al gobierno municipal de Acapulco.

Cierto es que Evodio Velázquez ganó la elección. Pero es muy cierto que lo hizo con un escaso margen, no más de dos mil votos, en alianza y contra un candidato del PRI desconocido, el Dr. Terán Porcayo, que de haber impugnado la elección, por el cochinero ocurrido en Acapulco, los resultados hubieran cambiado. Tan seguro estaba de ello el hoy alcalde porteño, que se apresuró a reconocer los resultados de la elección de gobernador.

En fin que tiene razón Ángel Aguirre hijo. Si su padre no hubiera dejado la gubernatura, como consecuencia de lo ocurrido en Iguala, él sería el presidente municipal de Acapulco y no Evodio Velázquez Aguirre.

Obvio, otro de los beneficiarios directos de la tragedia de Iguala, circunstancialmente lo fue Rogelio Ortega Martínez, de quien se dice operó como gobernador interino para que Evodio Velázquez ganara la elección en Acapulco.

EN OTRO ASUNTO, DE EXISTIR cordura, honestidad y responsabilidad, el presidente de la Comisión de Examen Previo del Congreso del estado, el diputado Saúl Beltrán, debería excusarse en el Caso Apango, pues los hechos demuestran que su actuar, al menos ahí, es parcial.

Y no es porque sea del PRI, sino porque es evidente que está a favor de una de las partes en ese conflicto, entre un grupo de regidores, y la alcaldesa de ese municipio, cuando su actuación tendría que ser, equilibrada, imparcial.

Dos hechos así lo demuestran. El primer dictamen elaborado sobre el caso, que daba entrada al juicio político en contra de la alcaldesa de Mártir de Cuilapan, lo elaboró de manera imparcial, sin darle oportunidad a la parte imputada a comparecer ni a mostrar las pruebas en descargo, de ahí que ante la irregularidad cometida, a la que además le daba veracidad, el dictamen de referencia fue desechado.

Dos. Durante su visita a Apango, ’comprobó’ irregularidades por cuatro millones de pesos en obras, lo cual también es una acción sesgada, pues ni siquiera un perito puede dictaminar, con solo una visita superficial, la calidad de una obra. Y es que además, es la Auditoría General del Estado la encargada de auditar las obras, y ésta instancia no había dicho nada al respecto. En suma, el presidente la citada comisión del Congreso local no puede ser juez y parte.

Comentarios: julio651220@hotmail.com

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