Es histórico, en este sexenio, sí hay quinto malo

El dicho popular ’no hay quinto malo’, siempre lo he entendido como el señalamiento de que algo bueno está por llegar, de que los malos momentos ya terminaron. Por eso mismo hoy quisiera estar en esa línea, la del optimismo, de todo lo positivo, de que se acerca una serie de buenos sucesos. El proverbio mencionado tiene su origen en la fiesta brava, en las corridas de toros, pues los cronistas, historiadores y novelistas apuntan que cuando no había sorteo de toros para la lidia, el ganadero era quien seleccionaba al mejor burel para despacharlo en quinto lugar.
En la política mexicana, en que la lidia del gigante y monstruoso toro dura seis años, se decía en el siglo pasado, en el de los sexenios presidenciales (y en los ahora estatales) que el quinto año era el de la confirmación de una buena faena y el inicio de usar muy bien la muleta con la mano derecha y con la izquierda. El presidente en turno, como el torero en el ruedo, debe mostrar su triunfal recorrido comenzado con el capote, concluyendo con la espada o sea entregando obras de servicio al pueblo y prepararse para recibir la ovación.
Cuando no vivíamos en un país tan democrático, cuando la izquierda era izquierda de verdad y no se mezclaba con la derecha, cuando todo era producto de la Revolución Mexicana, el quinto año de gobierno era el decisivo para conocer el nombre de quien sería electo Presidente de México. ’El destape’ del precandidato priista ocurría entre septiembre y noviembre. Un 22 de septiembre fue lanzado el maestro José López Portillo; un 21 de octubre el triunfante era Luis Echeverría Álvarez y un 4 de octubre luego de confusiones, Jorge de la Vega Domínguez –líder del PRI- propuso a Carlos Salinas de Gortari; muchos años atrás, un 4 de noviembre fue ’destapado’ ’El Toluco’ Adolfo López Mateos.
Bueno, estamos terminando el 2016. En este 1 de diciembre principió el quinto año del sexenio de Enrique Peña Nieto, formado en la administración pública de la capital del Estado de México. Líder de la Legislatura Local, con sede en Toluca y calificado como buen gobernador, carismático, de aspecto juvenil y caricaturizado por peinarse con un notorio copete. Nos inspiró confianza y se esperaba mucho de él, después de los doce años de malos gobiernos panistas, pero pronto desilusionó a sus electores.
El medio día del 2 de diciembre de 2012 el espíritu de millones de mexicanos se alegró porque el Presidente de México retornaba, oficialmente, a Palacio Nacional, al edificio colonial de 11 patios y donde estuvo sesionando el Constituyente de 1857. Ahí, los presidentes nacionales de los tres partidos políticos mayoritarios firmaron el llamado Pacto por México, cuya finalidad era respaldar las iniciativas de reformas constitucionales promovidas por el propio Peña Nieto y que serían enviadas al Congreso de la Unión.
La noche del 26 de febrero de 2013 Peña asestó su primer golpe político. Agentes de la Procuraduría General de la República detuvieron a la profesora Elba Esther Gordillo Morales, hasta ese día la lideresa más fuerte del país como dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Su secretario particular, el jalisciense Juan Díaz de la Torre, la traicionó al entregar el itinerario de la chiapaneca que planeaba llegar a Guadalajara, Jalisco, a un congreso extraodinario. Tres días después, ella en prisión y Díaz de la Torre reconocido por el Presidente Peña Nieto como nuevo líder del SNTE. La profesora expulsada del PRI, sigue bajo procesos penales. Díaz de la Torre disfrutando el control de plazas, principalmente en la capital tapatía.
El Presidente de México, antiguamente llamado Primer Mandatario, en 2013 abrió su agenda para la realización de viajes al extranjero. El motivo o pretexto era lo de menos. Comerciantes, industriales, amigos, familiares y, por supuesto, miembros del gabinete y funcionarios menores forman las caravanas. En las fechas más recientes las giras de trabajo fueron para asistir a sepelios de jefes de Estado o concurrir como testigo de honor en firmas de armisticios de paz. El Estado Mexicano es laico, bueno desde 1992 parece que dejó de serlo. El Presidente Peña Nieto, su esposa y familiares estuvieron en actos oficiales en El Vaticano.
Desde luego de mayor relevancia, por afectar directamente a todos los mexicanos, están: la inseguridad, la corrupción, la impunidad, la violencia criminal, la devaluación permanente del peso, la ausencia de políticas definitivas en todos los órdenes y la incapacidad de los miembros del gabinete. Súmele que desde la residencia de Los Pinos salen todos los chismes de lo que ocurre tanto en las oficinas como en el ambiente familiar. Ya no hay discreción alguna.
Referir lo relativo a la corrupción es tan amplio como grave, Empezó con la adquisición de residencias, entre otras la ’casa blanca’ de las Lomas de Chapultepec. Los pillajes cometidos por los gobernadores de Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua. La impunidad de que gozan los exgobernadores Humberto Moreira Valdés, Fidel Herrera Beltrán y Juan Sabines, estos dos últimos protegidos, por orden presidencial, con nombramientos de diplomáticos.
La inexperiencia política del Presidente Peña Nieto está claramente demostrada en dos aspectos. En el nacional, el PRI ha perdido elecciones estatales y municipales en los últimos cuatros años. Se dejó llevar por las presiones de sus ’amigos y colaboradores’ para desplazar a Manlio Fabio Beltrones Rivera, un auténtico político dirigiendo el partido tricolor e imponer a un académico que no tiene la menor idea de lo que es un partido político. La próxima derrota puede definir la del 2018 o sea no ganar en el Estado de México, equivale al fracaso en la presidencial.
La recepción oficial del candidato republicano, en las oficinas del Presidente de México, reveló la nula concepción de lo que es la relación diplomática. Hasta ahora no se ha tenido una explicación precisa sobre el motivo de la invitación para traer a una persona que dedicó su campaña para atacar a los mexicanos radicados en territorio norteamericano, amenazar con la construcción de un muro en la frontera norte de México y que el gobierno de nuestro país la pague. Ese sujeto aún no tiene el poder en sus manos y ya procede contra México.
Pues bien, se inicia el penúltimo año de un gobierno priista con un balance negativo. No tiene ni siquiera un boceto de lo que hará, políticamente, en los dos años restantes. Peña Nieto ha debilitado al máximo a su secretario de Gobernación, a quien se ubica en las encuestas periodísticas como candidato del PRI ’para la grande’, pero permanece en el tercer lugar. Si intenta imponer a Luis Videgaray Caso en la gubernatura del Banco de México, el derrumbe financiero no tardará.
Como en estos cuatro años no dejan de decirnos que todo lo que hace Peña Nieto es histórico, lo aceptamos. Histórico será que en esta ocasión, el quinto de la tarde, perdón, del sexenio, no fue bueno ni el mejor.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿Qué le hicimos los mexicanos al mexiquense de Atlacomulco para que destruyera al país, dejando crecer todos los problemas y no dar solución a los más graves?
jherrerav@live.com.mx