Acuse de recibo

Fluir

Fluir
Salud
Septiembre 09, 2013 15:52 hrs.
Salud ›
Octavio Raziel › diarioalmomento.com

El “fluir” es un estado mental y físico que alcanzamos cuando nos implicamos de tal forma en una actividad que perdemos la noción del tiempo y del espacio. Leer, escribir y amar me permiten crear día a día; es un estado en el que la atención, la motivación y la situación se conjugan, permitiéndome la armonía productiva o retroalimentación.
Escribir es la búsqueda de la felicidad; dejar fluir mis emociones. Crear todos los días mediante la lectura, investigación, búsqueda de temas variados, simplemente por el placer de hacerlo. Alargar mi felicidad mientras golpeo las letras del teclado. Imaginar la vida y reflejarla en forma de cuentos y reflexiones.
El fluir, me mantiene absorto en esa actividad por el propio placer y disfrute, mientras el tiempo parece volar y las acciones, pensamientos y movimiento se suceden sin pausa.
Agradezco a mi amigo Juan Francisco Íñigo me haya recomendado el libro “Fluir: La Psicología de la felicidad”, de Mihaly Csikszentmihal (Edit. Kairós) que nos enseña que la vida no es vivir por vivir, sino el hacerlo conscientemente.
Cada quién es feliz a su manera. En la soledad o la compañía, atesorando dinero o dilapidándolo. La felicidad, me comenta Juan Francisco, es entrar en «estado de flujo», es decir, que todas tus actividades tengan sentido y sientas que trasciendes, que eres útil, que eres un humilde “creador”.
Mihaly observó que los seres humanos no somos felices cuando no hacemos nada; pero también, no somos conscientes de qué es lo que nos hace felices. Así, desarrolló el concepto de fluir, un estado de euforia placentera producto de un alto rendimiento.
Recomienda no perseguir el éxito o la felicidad como meta; mientras más lo busquemos y lo convirtamos en una obsesión, habrá menos probabilidades de conseguirlo. Eso debe ser una consecuencia de la dedicación personal hacia algo más grande que uno mismo. Si hacemos algo con fluidez, no tememos cometer errores; pensamos que va a salir bien, y si no, no importa porque es parte de algo positivo. Debemos, dice, intentar hacer cada tarea como si fuera un juego; concentrarse plenamente en ella y buscar la máxima eficacia, no el máximo esfuerzo.
Para Csikszentmihalyi el estado de flujo es esencialmente la capacidad de concentrar la energía psíquica y la atención en planes y objetivos de nuestra elección, y que se siente que vale la pena realizarlos porque se ha decidido ese tipo de vida, y se disfruta cada momento en lo que se hace. Condición prima son la alta atención y concentración. Es algo que todos hemos percibido más de una vez, y se caracteriza por una sensación de gran libertad, gozo, compromiso y habilidad, durante la cual las sensaciones temporales (la hora, la comida y el yo) suelen ignorarse. Existe cuando la concentración es tan completa que no hay nada extra para pensar en otras cosas innecesarias o preocuparse por otros problemas. Escritores, pintores, músicos o jugadores de ajedrez, por ejemplo, pueden estar tan absortos en sus esfuerzos creativos que, para ellos, el tiempo desaparece.
Csikszentmihalyi esboza su teoría de que la gente es más feliz cuando está en un estado de "fluir", sumergiéndose en cada actividad, concentrándose en lo que está sucediendo y aprendiendo a disfrutar las experiencias inmediatas.
“La felicidad que sentimos de vivir, depende al final de cómo la mente filtra e interpreta las experiencias diarias. El universo no es hostil, tampoco es amigable. Simplemente es diferente. Entonces –pregunta- ¿Cómo podemos vivir felices y creativos en un universo diferente? La única manera de hacerlo es controlando nuestra consciencia y reestructurándola. Gastamos mucha energía física tratando de impresionar a los demás o influenciarlos”.
Las personas que son exitosas generalmente disfrutan de aquello que realizan. Se concentran en cada paso que dan y no en el final; producen un flujo en el que nuevas habilidades pueden ser desarrolladas. La energía física se incrementa y cada acción se integra de manera que se hace meta ella misma. De esta forma se puede hablar del sentido de vida.
En el taoísmo se ha observado que la manera correcta de vivir se encuentra en vivir y fluir espontáneamente, sin esperar ningún reconocimiento pero moviéndonos totalmente comprometidos con cada acción que realizamos.
Finalmente Csikszentmihalyi (1934, Croacia) describe en su libro que el fluir es como "el hecho de sentirse completamente comprometido con la actividad por sí misma. El ego desaparece. El tiempo vuela. Toda acción, movimiento o pensamiento surgen inevitablemente de la acción, del movimiento y del pensamiento previo”.

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