Este día es de luto

Gracias...¿De qué?

Gracias...¿De qué?
Política
Noviembre 24, 2016 19:59 hrs.
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Jose Rosovsky › diarioalmomento.com

Día de Acción de Gracias en los EEUU. Fiesta nacional desde la presidencia de Taft. De hecho, todos deberíamos celebrar, no uno al año, sino cada día como acción de gracias (y de perdón), para no cargar demonios ni fantasmas frívolos.
Agradecer que estamos vivos, con salud, con capacidad creativa, afectiva y racional crítica, con personas que nos quieren y a quienes queremos, sin importar la distancia ni el tiempo...
La leyenda de este día habla de unos Padres Peregrinos que en realidad eran unos avariciosos inversionistas holandeses (podían ser de cualquier otro sitio) que adquirieron un barco en común y tocaron tierra en la punta de Manhattan para hacerse de tierras y riquezas ajenas en un continente que les era desconocido, como ya lo habían hecho antes de ellos otros aventureros, españoles, portugueses y franceses, y piratas ingleses.
No obstante, fueron bien recibidos por los nativos del lugar y al poco tiempo esos muertos de hambre ya les estaban saqueando a estos las ofrendas de comida que, como nosotros aún hoy aquí, dejaban en las tumbas de sus muertos para festejarlos.
Quiso el destino que este día fuera el del gran banquete anual del final de la cosecha, que se llamaba "Nikomosaolchaniawaidul" en honor de la Madre Tierra, la Pachamama, la Tonantzin hoy Guadalupe, la Naturaleza o ecología, a quien los pueblos nativos de todo este continente agradecían sus favores y rendían tributo. Invitados los aventureros al festín, comieron por primera vez guajolote (pavo) y los frutos de la milpa, hasta que se hartaron, y eso es lo que celebran sus descendientes y seguidores de origen europeo, o más bien vikingo, godo, turcomano, magiar y demás pueblos invasores (¿in-migrantes?) transuralianos (de los antiguos iberos, griegos, romanos, celtas, pictos, hititas y prusianos ya no quedan más que huellas y ruinas), quienes después diezmaron en el mayor genocidio de la historia a los pueblos anfitriones, esclavizando a los que pudieron y asesinando a los demás, con la misma mala leche con que ahora se ensañan contra la inmigración negra (a la que trajeron a fuerzas para venderla como esclavos), asiática, mexicana (cuando están ocupando la mitad de nuestro territorio nacional original) y los que no son de ascendencia caucásica ni de las religiones cristianas.
No saben ni por qué están dando gracias, a lo mejor por el consumismo de mañana. En cambio, para los remanentes de los pueblos anfitriones, los originarios de Aridamérica y más al norte, este día es de luto, y también debemos agradecer su sacrificio, que ha dado lugar a la modernidad y a esta caótica postmodernidad:

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