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Hablemos de derrotas o contraofensivas

Hablemos de derrotas o contraofensivas
Periodismo
Diciembre 11, 2019 21:11 hrs.
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Sergio Enrique Castro Peña › guerrerohabla.com

Seguimos el hilo del tema iniciado en nuestra entrega anterior, en la cual analizamos la derrota que sufrieron los principales partidos políticos en las pasadas elecciones presidenciales efectuadas en julio del año anterior. En dicha pieza, nos centramos en la situación que guarda la institución más vapuleada, el PRI <centroizquierda>. Hoy, nos toca analizar al partido menos zarandeado, el Partido Acción Nacional (PAN) y su aliado apéndice el Partido de la Revolución Democrática (PRD). La importancia que pueda tener está alianza en la lucha que se avecina en que tienen la capacidad de hacerle frente a las acciones formales de carácter legal primordialmente las de carácter legal que pretenda realizar el parido en el gobierno. Lo anterior tiene su base en el nacimiento y desarrollo del PAN que tuvo sus inicios en la oposición, conservándose en ella, que un sustento en la vigilancia en la legalidad y el cumplimiento de sus normas, sus fundadores fueron prominentes abogados, juristas y constitucionalistas egresados de la Escuela Libre de Derecho, de corte prominentemente derechista.
En relación al PRD, que tuvo sus raíces en el PRI, fue a su vez el germen para que el hoy presidente de México y anterior presidente de dicho partido, candidato a la presidencia de la república y, que mediante un sismo político, de acuerdo a versiones que circularon en esos tiempos la razón fue la negativa de los principales dirigentes y miembros se opusieron a su pretensiones de perpetuarse en la dirigencia de ese partido, dando origen a lo que hoy identificamos Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), los triunfos electorales y el apoderamiento mediático propicio una desbandada del partido ’madre’ al reciente movimiento, llevándolo hasta lo que hoy identificamos como Morena. Su función, se esperaba, era la de canalizar su vena agresiva de corte de izquierda hacia sus antiguos compañeros, en función del conocimiento de sus trapos guardados, a fin de debilitarlos. Sin embargo, esa estrategia no produjo los resultados esperados, debido a que el partido fue tomado como un ’tonto idiota’ y un trampolín en las aspiraciones reales de sus dirigentes de congraciarse y afiliarse a la nueva corriente. El PRD, no tuvo la flexibilidad ni la fuerza para crear las oportunidades necesarias ni el convencimiento de los miembros que habían escalado a posiciones legislativas, otorgándole a Morena una representación camaral, a un costo prácticamente nulo.
El PAN ya había saboreado el poder durante dos períodos presidenciales, sin embargo, su valor ha sido más para apoyar las tesis de que sus orígenes de opositor quizás fueron demasiado fuertes y le impidieron desarrollarse como gobierno. Su necio afán por destruir al PRI ha sido un lastre que le ha impedido, y le imposibilita, para comportarse como partido en busca del poder y de imponer su ideología como forma de vida para la población. De igual forma, representaron el pináculo de su fuerza política, dado que su primer triunfo presidencial lo obtuvo con Vicente Fox en 2000, con una votación global del 42.52% y, que en su momento, los comentólogos le atribuyeron al triunfo panista como una manifestación de repudio, no solo de la población sino de las bases priistas que rechazaban el alejamiento, muchos lo identificaban como rechazo, del presidente de esas mismas bases. Fox, por su lado, con su comportamiento directo y franco mandaba el mensaje de que el ’sistema’ podía ser derrotado y con ello tomar el país. Por otra parte, Fox al no ser producto neto del sistema político, no estaba limitado por sus formas y podía actuar con mayor libertad, tanto en el arte de gobernar como en la comunicación con la población, sin embargo, a través de su gobierno, olvido a su partido y el proceso de elección de su sucesor. Tal olvido produjo, en el corto plazo unas elecciones presidenciales conflictivas y desaseadas, primero en la selección del candidato panista y posteriormente en la elección federal. El resultado fue una disputa agria que terminó por poner en duda la imparcialidad del Instituto Federal Electoral (IFE), por la información de los resultados dados a conocer en horas de la madrugada, los cuales fueron: Felipe de Jesús Calderon Hinojosa 35.91%, mientras que Andes Manuel López Obrador obtuvo el 35.29%, la diferencia porcentual sólo fue de un 0.62%. Éste incidente, mando un mensaje trascendental tanto a los partidos contendientes como a los dirigentes del PRD y aun a los ONG´s, de que su entonces candidato, y hoy presidente, no buscaba gobernar a México, sino que lo quería para él. No aceptaba las derrotas solo los triunfos a su favor tenían sentido aceptable.
Las elecciones presidenciales de 2012 y 2018 arrojaron datos en donde colocaban al PAN en su nicho tradicional <25.39 y 22.28% correspondientemente>, por eso la ola Lopezobradoristas no les afecto mayormente. Los coloca sí, en un partido testimonial, pero esa ha sido su función principal en la mayor parte de su vida como partido político. El reto al que se enfrentan es que si conservan esa gran capacidad, que sus antecesores tenían, para transmitir los errores y las modificaciones que debería realizar el poder para que ese poder no avasalle a la sociedad y nos lleven a un sistema paternalista-unipersonal.
El PAN, a diferencia del PRI, no sufrió una debacle electoral de proporciones catastróficas, <de 38.20 por ciento en 2012 16.41 por ciento en 2018>, pero sí puede alardear de que en gran parte contribuyo a dicha catástrofe. Sin embargo, ese triunfo tiene más tintes pírricos que de una victoria que le sirviera en su lucha electoral para ascender nuevamente a la presidencia, la contraofensiva, primordialmente del presidente Peña Nieto, para defender lo poco defendible de su gobierno puso a la luz pública, supuesta información que afectaba al candidato presidencial Ricardo Anaya Cortés. La estratega del presidente Peña Nieto estuvo más basada en su constante ignorancia en materia política y, por su parte, el PAN no mostró más madurez en esas cuestiones de esta materia, a pesar de que, en el 2017, le arrebato al PRI dos de las tres gubernaturas que estuvieron en juego. De igual manera, a pesar de la enorme presencia del PAN en el panorama estatal y central a lo largo de 2017. Pero a partir del accidente de la gobernadora de Puebla Martha Érika Alonso y su esposo en senador Rafael Moreno Valle, líder de la bancada de PAN en la Cámara de Senadores, en diciembre de 2018, en el estado de Puebla. Parece que esta tragedia fue como una terrible sacudida para el PAN de la cual sus seguidores y su dirigencia parecieran perder la brújula, su ideología base y su estrategia electoral.
Las tendencias, que trataremos con mayor detalle en entregas posteriores, relacionadas con la confianza que de la clase media y media baja con respecto al presidente , mismas que fue muy importantes para que el candidato de Morena se convirtiera en presidente, muestran un desencanto y un temor creciente sobre su futuro económico. No existe un sistema democrático, en donde ningún gobernante, por más querido y aceptado que sea que no tenga que pasar por la prueba de la realidad y, dentro de esas pruebas la más cruel e insidiosa es la económica porque ella nos dice si en realidad una población mejoró o no. La capacidad de esa población de disponer de dinero o de compra, tiene a su vez que demostrar en su hogar que tiene la posibilidad de proveer a su hogar los bienes y servicios necesarios. Los discursos y consignas encienden el alma de lucha pero son inútiles para satisfacer las necesidades cotidianas. Se dice ’que de pan no solo vive el hombre’, pero tampoco de solo palabras bonitas y consignas partidistas. O, como dicen por ahí,’ en cuanto escasea el dinero, el amor sale por la ventana.’ Esa inconformidad que actualmente solo se está manifestando silenciosamente son donde se están creando las oportunidades para el PAN. Ese tipo de situaciones son su nicho natural, son con los que se puede identificar, son los constantemente aludidos por el hoy poder como los responsables de lo que señala como una catástrofe, son los operadores del ’neo-liberalismo’.
El pequeño y medio empresario, comerciante, profesional y trabajador independiente agrupan la masa electoral que en realidad fueron el factor primordial para que el actual presidente superara su voto cautivo que lo ubicaba en 35.29% (2006) y 31.6% 2012, lo que nos da que en 2018 tuvo un incremento de votos de 21.59, cantidad similar a los votos perdidos por el PRI 21.79%. Sin embargo, es poco probable que el PRI, de seguir con su estrategia actual pueda recuperar ese voto y entrar en la contienda real por el poder. Siguiendo este razonamiento, podemos pensar que, en las próximas elecciones en 2021, para designar diputados federales, el PAN tendrá una base de electores que, salvo en las elecciones de Fox, no cambio sustancialmente su comportamiento. Mientras con respecto a Morena, si bien es cierto, por las leyes electorales vigentes para repartir curules por representación proporcional le otorgaron una sobre representación, que sus legisladores y su líder ha llegado a pensar son producto de la aceptación popular.
El panorama para el PAN dependerá de sus estrategias para cerrar heridas y desavenencias tanto tácticas como doctrinales y, en gran medida generacionales. De reconocer y evaluar las pasadas elecciones para encontrar el camino que amalgame lo práctico con lo ideológico, identificar a esos nuevos votantes que ahora entienden que la corrupción es más compleja que una cuestión de dinero o de formas de venderla. Los resultados electorales del triunfo presidencial si denotan un abismo considerable, pero en lo legislativo es otra historia, las diferencias numéricas de votos no son tan catastróficas, de tal manera que el presidente sabe que el control de la Cámara de Diputados en 2021 deje de ser el dócil instrumento a que está acostumbrado y, que más temprano que tarde la población sabrá que no es infalible, situación muy grave para un gobernante que se está acostumbrando a pensar que nunca se equivoca. La dirigencia del PAN debe entender que el pragmatismo político no es lo suyo, además de que su principal contrincante, el presidente, es como anteriormente he señalado, la encarnación actualizada de un ’PRI recargado’. Por otra parte, dadas las circunstancias, el área metropolitana está constituida por una masa electoral volátil en espera de ser representados en sus nuevas aspiraciones.
Las oportunidades para un partido como el PAN pueden parecer halagüeñas, pero esas oportunidades solo podrán tener posibilidades de materializarse si encuentran el camino y razón de ser como partido, la unificación ante un fin, con una narrativa distinta ante los nuevos paradigmas internos y externos. Nuestra economía está ligada a los vaivenes internacionales, mismos que pueden atenuar o acentuar las acciones de asuntos internos. La confianza o desconfianza que se tenga de un gobernante, no dependen de situaciones externas sino exclusivamente del accionar de ese gobernante ante problemas u oportunidades ya sean estas internas o externas. En lo va del año, tanto el PAN como el PRI han mantenido una sana distancia ante un gobernante que ha prolongado su relación simbiótica con sus bases y con ello dar la sensación que esa relación. Sin embargo, poco a poco, esa relación fuerte aparentemente ha iniciado una especie de agotamiento, principalmente con las clases medias, primordialmente las que tradicionalmente habían apoyado al PRI, pero se mantienen cautelosas ante su eterna posición de considerar globalmente a todo lo que se relaciones con ese partido como sinónimo de corrupción.
El PAN, conserva todavía una ventaja que desde nuestro punto de vista está subutilizada y está consiste en conservar en sus bases dirigentes, presidente de la Cámara de Diputados, presidente de la Cámara de Senadores y presidente del partido a gente proveniente del anterior candidato del PAN Ricardo Anaya Cortés, candidato, que posteriormente se aparto del panorama político nacional. La salida del ex-presidente Felipe calderón Hinojosa, lejos de debilitar al PAN, no hizo más que reafirmar a los dirigentes débiles y, en cierta manera, poner en evidencia la necesidad de un líder, que los dirija a una lucha de confrontación ante un presidente, que cada vez es más errático, más evasivo, en cuanto a problemática que no domina, principalmente la económica, más alejada de un sector que no vive, ni le interesa el pasado y ve que la corrupción ha sido más una guía para saldar cuentas personales que de combatirla, que espera, en todos los niveles, tanto de política pública como legal, señales de que el actual gobierno, además del pasado, está interesado en el futuro. Aunado a todo esto, no puede tampoco identificarse generacionalmente, un presidente que cada vez denota un deterioro físico en apenas el final de su primer año de gobierno.
Desde nuestro particular punto de vista, la estrategia de Anaya es la correcta, primero dentro de su partido porque manifiesta la necesidad de un liderazgo, que de manera indirecta tiene en el PAN, así como de aprovechar el trabajo que han realizado sus colaboradores al mantener al partido, en un nivel aceptable de cohesión y de presencia en la arena política nacional. El tiempo para que el PAN y en este caso Anaya debe de iniciar su incursión en la política sería a mediados del 2020, dado que en esa fecha, la lucha por la Cámara de Diputados será el tema que prevalecerá, teniendo una ventaja sobre Morena porque el presidente, pensando que su aceptación personal es igual a la de sus diputados, seguirá manipulando y acaparando los medios de comunicación en detrimento de sus 300 candidatos. El PRI, por su parte, sabe que su estrategia de contraofensiva debe consistir en centrar sus esfuerzos y recursos en recuperar lo que Diego Peterson Farah llama ’la gran virtud’ que consistía ’en entender la política como un oficio que se aprendía y se ejercía en las calles, con la gente’, primero, en aquellas áreas y distritos en donde todavía conserva una presencia, visible o no, sin olvidar a las demás, con el propósito de recuperar curules e incrementa su presencia en la Cámara para las elecciones del 2021 y posteriormente en el 2024.
Morena y el presidente todavía no superan la borrachera del triunfo y siguen teniendo manifestaciones de ’perdonavidas’ y de condescendencia con los partidos derrotados, especialmente con el PRI. Sin embargo, el enemigo de Morena más expuesto y cada vez más desgastado es el propio presidente con errores, generalidades y en algunas ocasiones con respuestas, a preguntas para que no venía preparado, que tienen más tinte de erróneas que de falta de claridad o certeza, sino de evasiones en todo el sentido de la palabra. Pero, estos asuntos permítanme sean tratados en una entrega posterior. sergiocastro6@yahoo.com.mx
Anexo: Da vergüenza ver al presidente manifestar su ignorancia en materia económica y de la situación de nuestros que tienen que emigrar a los EU. El primer error es confundir las remesas de esos emigrantes como un triunfo de su administración en materia económica cuando en realidad son manifestación de su incapacidad de crear las condiciones de trabajo para que no tengan necesidad de encontrarlas en otro país y pagar con ello vejaciones y explotación. El segundo, es pretender esconder con esa información, no es fake, sino netamente oportunista, de tratar de esconder el fracaso evidente de esa política, que él se aferra en mantener.
Anexo 2: Todo parece que existen indicios de problemas en las alturas Morenistas y la amenaza del presidente de crear un nuevo partido para contrarrestar las insubordinaciones, es más seria de lo que en principio se creyó.

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