opinión

Hablemos de México ante Trump y la guerra del siglo XXI / I DE II

Hablemos de México ante Trump y la guerra del siglo XXI / I DE II
Periodismo
Diciembre 28, 2016 13:54 hrs.
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Sergio Enrique Castro Peña › guerrerohabla.com

Diciembre ha sido, hasta ahora, un mes de una serie de hechos que tendrán en el futuro cercano de México, así como en el mundo, una relevancia que puede en muchos sentidos determinar un cambio en el rumbo del equilibrio de las fuerzas de poder, entre las que se encuentran las siguientes: la designación del Sr. Trump de los miembros del gabinete que lo acompañara durante su mandato; la reunión, en su residencia en el Estado de Florida, con el multimillonario, Carlos Slim Helu; y, la declaración, el día 19 de diciembre pasado, por el colegio electoral de los Estados Unidos, de que Donald Trump es el ganador de las elecciones presidenciales celebradas el mes de Noviembre.
El primer acontecimiento, la designación de su gabinete, por parte del Sr. Trump, el cual consiste en su gran mayoría de hombres de negocios y empresarios con poca experiencia en los vericuetos políticos pero con una reputación de ser conservadores a ultranza, en cuestiones empresariales, y de una gran capacidad negociadora. En otras palabras, los negocios y, principalmente los negocios de los norteamericanos serán una prioridad significativa para la administración de Trump, enviando un mensaje de que todos acuerdos comerciales firmados con anterioridad y los que están en proceso, serán revisados para ser adecuados a las nuevas circunstancias, privilegiando el fortalecimiento económico interno. De igual forma, sobresale la designación del nuevo secretario de Estado, responsable de la política exterior a Rex Tilerson, antiguo director de la petrolera Exxon Mobil, una de las famosas siete hermanas, y como secretario de defensa al general retirado, James Mattis. Con ello, se envía un mensaje al gobierno mexicano de que debe de revisar sus estrategias en cuanto a su política con el exterior y de manera señalada su estrategia de seguridad interna y su cuasi claudicación ante los organismos, nacionales e internacionales, que han sobrepasado su ámbito de operación en cuanto a la defensa de los derechos humanos con lo cual han enviado un mensaje equivocado al anteponer los derechos de los delincuentes están por encima de los de la población y maniatado y expuesto a los organismos que supuestamente están para defenderlos, el ejército. En este contexto, se dio el discurso del secretario de defensa de México, el general Salvador Cienfuegos Zepeda quien como repuesta a los constantes señalamientos de las comisiones de los derechos humanos, nacionales e interamericanos, manifestó que el ejército y sus soldados ’no fueron preparados para desempañar funciones de policías y que cundo intervenían en combatir la delincuencia terminaban siendo señalados como delincuentes.’ Por lo tanto, solicitaba que las tropas fueran regresadas a sus cuarteles. El CCE, los dueños de los grandes medios de comunicación y creadores de la opinión adversa sobre el ejército y, la tímida e ineficiente clase actualmente en el gobierno y en el poder legislativo, leyeron y comprendieron el mensaje entre líneas. Las cosas, en cuestiones de seguridad interna, deben de cambiar.
El segundo hecho, los constituye la intervención directa en política del hombre de negocios y multimillonario, Carlos Slim Helu. Dicha intervención, se inició con una declaración, que en principio nos pareció fuera de lugar y de tiempo, en donde expone que México debe de cambiar su estrategia de política económica y pensar en fortalecer su mercado interno. Sin embargo, días después nos enteramos que el negociante en cuestión se había reunido, en una cena privada, con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Esto, llama la atención, porque el Sr. Trump hace su primer contacto, no con la clase gobernante, no con el CCE, ni con el Presidente de México o con algún dirigente político, sino con un hombre de negocios, que a pesar de aparentemente apoyaba a la candidata demócrata. Sin embargo, eso parece concordar con la estrategia seguida por el Sr. Trump en sus negociaciones comerciales y de inversión, de solo realizarlas con personas que habían demostrado amplia capacidad, inteligencia. De igual forma, envía un mensaje, tanto a la clase política como a la supuesta empresarial, de que se requieren acuerdos comerciales, pero seleccionados, que funcionen, que aporten al desarrollo, que produzcan empleos, que fortalezcan país y que no solamente sirvan de trampolín para acceder al mercado estadounidense o, simplemente, para tener un lugar en los récores Guinness, como el país con el mayor número de acuerdos comerciales en el mundo.
Como tercer punto, tenemos la declaración, el 19 de diciembre, del organismo electoral de Estados Unidos y con ello la finalización del proceso electoral propiamente dicho, en donde anunciaba que el ganador de la contienda era el Sr. Trump, dándole paso a la finalización de dicho proceso y a la siguiente etapa que consiste en la juramentación y aceptación del Sr. Trump como el 45° presidente de esa nación. De igual manera, se inicia una etapa, que no solo no fue deseable, sino que tampoco fue predecible para nuestros grupos de poder, se tenía una seguridad, no casi, sino totalmente ciega del triunfo de la Sra. Clinton, y por lo tanto, que nunca pensaron en la necesidad de pensar o elaborar un ’Plan B’.
El triunfo, no esperado y menos deseado por nuestra clase gobernante, del Sr. Trump, tendrá repercusiones no solamente en los campos económicos y de comercio internacional, sino de igual manera en la conformación interna y externa de nuestros principales partidos políticos. Hasta antes de los resultados e n la elección presidencial de los Estados Unidos, el ordenamiento de las fichas, los actores en las diferentes fuerzas políticas y los más probables resultados de las contiendas del 2017 y 2018 estaban sin duda definidos, únicamente faltaba se dieran y se terminaran los tiempos y lo más interesante era conocer quien o quienes serian los beneficiados, principalmente por el PAN. Tema tratado en este mismo espacio el 17 de Agosto de 2016 bajo el título ’Hablemos del triunfo asegurado o de cómo del plato ala boca se puede caer la sopa’. Se señalada como punto de partida del cambio que se dará en los próximos meses en la composición de las fuerzas políticas en los partidos, al PAN porque la lucha interna para definir a su próximo candidato a la presidencia estaba en la disputa interna entre dos grupos, siendo el primero el encabezado por la Sra. Margarita Zavala, con el apoyo de una parte de la alta curia, bajo la atenta dirigencia de su marido el ex-presidente Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa. Tan seguros estaban del triunfo de la Sra. Clinton que hasta telenovela se había hecho, el título, ’La Señora Candidata.’ Más claro, ni el agua.
El otro suspirante era, lo decimos en tiempo pasado ya que los cambios en las circunstancias tampoco lo favorecen, el ’niño maravilla, el actual presidente del PAN, Ricardo Anaya. Apoyándose en la infraestructura del partido y su influencia dentro de las bases, hoy convenientemente depuradas, este personaje pensaba que su designación como candidato panista ,y posterior triunfo electoral para acceder a la presidencia, eran solamente un trámite rutinario a solventarse de manera expedita. Los dos grupos, desde nuestro punto de vista, enfocaron sus estrategias sin un ’Plan B.’ No consideraron una contingencia y la problemática que implicaría que sus preferencias, en una elección que no era de ellos, se realizarían de acuerdo a sus deseos. Estaban desguarnecidos cuando llegó el triunfo del candidato republicano el Sr. Trump. La cambiante, en los escenarios con el triunfo de Trump, dejaran fuera, por el carácter y la forma de negociar, tanto a la señora Zavala Gómez Del Campo, tanto porque su única y mayor experiencia en política ha sido fungir como primera dama con su marido, Calderón Hinojosa. Aquí habría que imaginarnos, dado la forma de actuar del futuro presidente de Estados Unidos, que indudablemente en sus entrevistas a nivel de mandatarios Trump no permitiría la presencia del ex-presidente Calderón como se puede suponer sucedería con la señora y el señor Clinton.
Con respecto al señor Anaya, la carencia de una personalidad fuerte e independiente no lo hacen un gobernante idóneo para contender y defender una posición que favorezcan o, por lo menos le sean menos onerosas a la posición de México tanto en el contexto de comercio internacional como en la política exterior. Otro de los factores que jugaría en contra de la posición tanto de Zavala, como de Anaya, es que de resultar ganadores de la contienda electoral, lo harían con un partido dividido, un poder legislativo fragmentado y posiblemente sin contar con una mayoría parlamentaria, una clase empresarial en disputa por la supremacía cupular y una curia enfrascada en una lucha entre el grupo, hasta ese momento dominante por los Jesuitas apoyados por el Papa, pero, con el triunfo del señor Trump, los católicos votaron por la señora Clinton, la facción religiosa contraria, el Opus Dei, equilibra los momios con lo cual la disputa puede transformarse en más violenta. La debilidad y la disminución de las posibilidades de los dos candidatos Zavala y Anaya propicia que otros dos contendientes, de origen no blanquiazul, se consideren con oportunidad. Uno es el aun gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas y el otro, recién estrenado gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares. Mientras que Moreno Valle cuenta con mayor ’militancia’, después de pertenecer al PRI, fue senador y hoy gobernador por el PAN, el gobernador Yunes, a pesar de contender y ganar la gubernatura por ese mismo partido, difícilmente se puede decir que sus convicciones son muy fuertes y no producto del oportunismo político aprendido de su mentora la profesora Elba Esther Gordillo Morales.
Mientras esto acontece en el PAN, la izquierda, en sus dos vertientes, pasan por sus propias crisis existenciales. En el PRD, con una división interna que a cada paso amenaza con una ruptura que pondría en riesgo sus posibilidades para el 2018 y con un candidato que se identifica con él únicamente en sus ambiciones electorales tomando como base la jefatura de la Ciudad de México. Sin embargo, esta ambigüedad del Dr. Miguel Ángel Mancera recibir y utilizar al PRD pero definiéndose como independiente ha propiciado un retroceso de la presencia del PRD como fuerza dominante en la Ciudad de México y un avance sustancial de la otra izquierda, MORENA. Esta circunstancia ha hecho que el jefe de gobierno de la Ciudad de México anunciara que ’si las preferencias no le favorecían estaba dispuesto a declinar la candidatura’, lo cual en realidad representa un retiro en dicha carrera. Sin embargo, a pesar de estas circunstancias Movimiento Ciudadano ha manifestado su intención de formar una alianza con él PRD. Con respecto a MORENA, sus preocupaciones son de otra índole y se concentran, no en quien puede ser su candidato eso esta simplemente implícito, Andrés Manuel López, sus temores, no ventilados en los medios de comunicación, se circunscriben al nivel de la salud de su candidato y si está en condiciones de sobrellevar el esfuerzo que requiere una campaña electoral presidencial. La izquierda en México y sus partidos políticos, también sufrirán un reacomodo en sus expectativas por la elección del Sr. Trump, dada las intenciones de atender y controlar ’su patio’ adecuándolo a sus aspiraciones a realizar, no solamente en un período presidencial, en Estados Unidos son de cuatro años con posibilidades de reelegirse por un período más. De igual manera, el Sr. Trump conoce que no es conveniente realizar un reacomodo sustancial en el equilibrio de fuerzas en México, pero sí, es deseable que el partido político que apoye gane pero no con la suficiente fuerza que le impida ser manejable para sus intereses.
Anteriormente, se había señalado que uno de los principales objetivos del Sr. Trump consistía en reagrupar la capacidad económica de Estados Unidos y que el medio idóneo para lograrlo sería una revisión del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) con la participación de la Unión Americana, Canadá y nuestro país. Sí evaluamos el tratado en términos de intercambio comercial se percibe que en los primeros treinta años se obtuvo un crecimiento sustancial y represento el mercado internacional más grande e importante. Sin embargo, con el paso de los años esa ventaja se fue perdiendo, tanto en términos absolutos como en valores relativos y, de igual forma, como un medio de lograr un desarrollo mayor y como creador de fuentes de trabajo. México, por su frontera de más de 2,000 Km. cuenta con una ventaja comparativa que no ha podido transformar en una competitiva y por lo tanto, en ser un motor con efectos multiplicadores para toda la región en su conjunto. De ahí, la importancia que le da el Sr. Trump a modificar los términos y el sentido de (TLCAN) para convertirlo en un mercado regional, como un bloque que le permita hacerle frente al Imperio Chino. Esta estrategia del Sr. Trump nos pone directamente en la confrontación del siglo XXI.
Nosotros no buscamos esta confrontación, simplemente la enfrentamos como resultado de la posición geográfica. Sin embargo no tenemos o, aparentemente, no se conoce que exista una estrategia para hacer frente esta contingencia. Pero ello, no nos salva de la necesidad que recuperar el tiempo perdido y tener que reacomodar nuestras prioridades y lo que es más relevante, reconocer que más allá de las rencillas internas debemos comenzar a encarar la nueva realidad que representa la presidencia del Sr. Trump y sus políticas económicas e internacionales. Tenemos alternativas y ventajas que nos da el comercio bilateral y la frontera en común con los Estados Unidos. Debemos conocer nuestras fortalezas y las debilidades pero, de igual manera debemos considerar que a pesar de ser la primera potencia militar y económica, los Estados Unidos también están relacionados tanto con Canadá como con nosotros y no son completamente autosuficientes por lo que requieren de nuestra aportación en todos los ámbitos. Ellos podrán tener muchas cartas para negociar con ventaja, pero no cuentan con todas las cartas, nosotros también tenemos algunas cartas y su valor consiste tanto en lo intrínseco como en la forma de utilizarlas. De igual manera, estamos en la posición de dejar de ser actores pasivos y tomar nuestro rol no importando el tamaño de este. La guerra del siglo XXI no permitirá bandos neutrales y por nuestra posición geográfica no podemos considerar esa alternativa.
Este, es el contexto político que encontrara el Sr. Trump en uno de sus socios principales y vecino en su lucha en contra de un sistema de globalización, en todos los sentidos, por ellos promovido, pero, que no ha sido tan beneficioso, ni para el país, ni para sus transnacionales. Un socio, dividido en todos los sentidos, enajenado por unas ideas géocentristas que hasta ahora le han impedido pensar en la problemática que se avecina y cuya respuesta ha sido en descalificar al futuro presidente de Estados Unidos. Partiendo de la premisa, el PAN y el PRD, de que un triunfo por medio de una alianza, fundada más en el ’espanto’ que en una unificación o coincidencia ideológica, les proporcionara una ventaja para hacer frente a las nuevas circunstancias. Sin embargo, no toman en cuenta que el Sr. Trump es un hombre de negocios y por lo tanto más práctico que ideológico, que prefiere los tratos a los rezos, lograr soluciones, no combatir corrupciones. Se guía por su olfato de la oportunidad. Por lo tanto un México y su sociedad gobernante separada, más por rencillas tribales que por un afán de unificar un frente para tener un mejor desempeño y un lugar más relevante en la ’Guerra de Siglo XXI’, habrá de hacer que nuestro país no actué un socio y enfrentemos los retos un divididos, lo cual no deja otra disyuntiva sino actuar de manera obediente como lo hace un subordinado débil. El actual partido en el poder el PRI fueron los promotores y firmantes del todavía vigente TLC, son el partido que cuenta con la experiencia y los contactos adecuados, Videgaray, para renegociar un nuevo tratado, lo cual será el tema de una segunda entrega. sergiocastro6@yahoo.com.mx

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