Hasta tres nóminas había en Finanzas

* Hasta tres nóminas había en Finanzas

* Siguen aflorando desvíos y corruptelas

* Explicable, la grave crisis en Finanzas



La ’herencia maldita’ de Rogelio Ortega Martínez y su secretario de Finanzas, Eliseo Moyao, es de proporciones épicas, jamás vistas al recurso económico de una entidad empobrecida, marginal.

Datos reveladores del fenómeno de la corrupción –que sigue en espera de presuntas y dudosas auditorías, por parte de la Secretaría de la Contraloría— enquistado en la Secretaría de Finanzas y Administración durante el periodo de Moyao, dan cuenta de hasta tres nóminas: la formal, donde había sobres mecanizados; la ’secreta’, donde se percibía un sobresueldo y la lista de raya.

Así, un director que cobraba mensualmente 32 mil pesos, tenía un sobresueldo de 20 mil pesos y además en la lista de raya cobraba otros 20 mil: total 72 mil pesos mensuales se llevaba un director general de área, por decir un ejemplo, el de Fiscalización.

Tan oprobioso es este dato imputable a la laxitud y corrupción del propio titular de Finanzas, en el desgobierno de Ortega, que otros disque servidores públicos prácticamente saquearon lo que pudieron, con absoluta impunidad. Nadie los ha requerido, ni los ha molestado.

Han transcurrido casi 10 meses y la estela de corrupción que dejaron funcionarios del gobierno orteguista sigue causando estupor, asombro, porque no disimularon. Ni siquiera desaparecieron evidencias de las nóminas y las listas de rayas.

Todo esto refleja el alto grado de corrupción que imperó en el año que cubrió el interinato de Ortega Martínez. Pero lo imperdonable es que haya sido cínico y completamente impune el latrocinio a las arcas municipales.

Es explicable el discurso de Héctor Apreza Patrón cuando advierte toda una suerte de trapecismos que tiene que hacer para conseguir recursos y pagar deudas a acreedores, proveedores y sueldos de la burocracia. El desorden presupuestal y administrativo está documentado, pero inexplicablemente no hay acusados, ni tampoco hay gente sometida a proceso penal o judicial por actos de corrupción.

Apreza tiene la encomienda de mirar al frente y no detenerse a perder el tiempo. Es correcto, en cuanto a no sentir venganza. Pero es impreciso, legalmente, que se tienda un manto de impunidad a quienes dolosa y arteramente socavaron los recursos y dispusieron del dinero como suyo, cuando miles de guerrerenses padecen hambruna, desnutrición, son analfabetas y otros están desempleados y sin dinero.

Es entendible que a Eliseo Moyao y un séquito de subalternos les hayan ’perdonado’ en los hechos toda clase de bribonadas, pero siquiera el contralor de utilería debería de proceder a declararlos inhabilitados en la función pública y sentar precedente de sus comportamientos y conductas corruptas.

No creo que alguien vaya a bloquear la Autopista del Sol por defender a esta runfla de voraces asaltantes de las nóminas. Tampoco creo en Mario Ramos del Carmen como el paladín de la honradez. Creo, eso sí, en las conciencias de los hombres y mujeres que ahora padecen los efectos de ese fenómeno de la corrupción que brilló con intensidad durante un año de pesadilla, donde el rio revuelto dejó ganancias a prevaricadores.

Se explica, ahora, cuando se sabe el modus operandi de los bribones, cómo dilapidaron los fondos públicos en sueldos. Ahora se conoce a las señoras que engrosaron las nóminas, cuando eran amasias y queridas de los jefes, que les daban sueldos de 30 mil pesos al mes, por ser sus secretarias. Uno de esos móndrigos, tuvo hasta tres empleadas de 30 mil, cada una… Y su dotación de viagra, centrum y ginseg era parte de su dieta diaria, hasta que comprobó que tenía disfunción eréctil.

Nos leemos…. SIN MEDIAS TINTAS.