Postigo
José García Sánchez
Las elecciones del sindicato del ISSSTE sucederán una vez más en medio de cuestionamientos al servicio ineficiente y un proceso lento pero contundente de privatización de sus servicios.
A pesar de este proceso es el cuarto gremio más numeroso de la burocracia, con más de 80 mil afiliados.
Dentro de un año deberá haber un nuevo líder de los trabajadores de esta estructura de salud que auxilia la burocracia con tres precandidatos hasta el momento, el primero de ellos es el actual vicepresidente Roberto Ruvalcaba Reyna, cuya desventaja radica en que perdió las últimas elecciones en su sección, correspondiente al Hospital Adolfo López mateos.
La segunda aspirante es Blanca Pérez Viramontes, actual secretaria de Asuntos Jurídicos, quien carga dos pesados antecedentes, el primero de ellos, es que en la sección 41 del Fovissste, no supera los 500 trabajadores, siendo ésta su plataforma de despegue; por otro lado, se afirma que llegaría a la secretaría general con ánimos de venganza contra su ex marido, José Luis Acosta quien fuera secretario general de este gremio. Ella se jacta de contar con el apoyo de Joel Ayala Almeida, líder de la FSTSE.
La tercera precandidata para sustituir a Luis Miguel Victoria Ranfla, es la Dra. Marisol Galindo Iturribarria, actual secretaria de Finanzas, quien ya fue vicepresidenta del gremio; tiene la gran ventaja de provenir de la Sección III, Clínicas de Medicina Familiar, de las más numerosas del gremio.
Dentro de este esquema de sucesión pueden advertirse algunos problemas dentro de la estructura de esta organización, como es el caso de la Comisión Nacional de Auxilios, a cargo de Carlos Fermín García Culebro, que apoya al trabajador con 42 mil pesos en su retiro. Esta es la única erogación que tiene la sección de tal manera que ha acumulado la cantidad de $913’395,493.40, de los cuales dan cuenta sus responsables puntualmente, pero de lo que no informan es de los intereses que genera esta cantidad, y cuyas cantidades y destinos se extravían en la vorágine de la lucha sindical.
En menos de 12 meses habrá una nueva dirigencia del sindicato del ISSSTE, y pasará de nuevo inadvertida una cantidad de dinero que se convierte en un hoy negro de la economía gremial que termina por enriquecer a quienes manejas estos fondos pero que se convierte en un secreto en cada sucesión de poderes. Unos tras otros guardan hermetismo sobre el destino de los intereses de más de 913 millones de pesos, un hermetismo que más allá de la competencia electoral, los hermana la complicidad y los contrincantes se vuelven herederos de un secreto que no trasciende las fronteras de un área del sindicato, como sucede con otras que se convierten en verdaderos hoyos negros de la administración de los dineros de los trabajadores que nunca ven reflejado en sus beneficios, luego de que cada uno de ellos es desprovisto de $76.32 por quincena para estos fines y la cifra sigue creciendo y sobre ella montada la complicidad de aparentes contrincantes en detrimento del patrimonio de los trabajadores.
