Jálalo que es pargo!

Nos han dicho que se ha reformado la Ley de Bienestar Animal y seguimos viendo nuestras famosas calandrias jaladas por caballos sobre la avenida costera Miguel Alemán de Acapulco. Pretenden informarnos como un gran logro el que ya no se den bolsas de plástico en tiendas de autoservicio, pero seguimos inundados de ese material por todos lados.

Recordemos cuando se festejó como un gran logro la iniciativa de los estacionamientos gratuitos en restaurantes y centros comerciales, seguimos pagando tarifas muchas veces elevadas y francamente excesivas. Por lo tanto, nos han hecho creer muchas cosas que a final de cuentas resultan tomadas de pelo.

El problema de la gran mayoría de nuestros representantes populares radica en que sus acciones son motivadas por ocurrencia o por un mero afán protagónico, olvidándose incluso del sentido común, ya no digamos del beneficio colectivo que pudieran traer sus propuestas o iniciativas.

Ese afán protagónico ha provocado, por ejemplo, que no hayan considerado qué alternativa se dará a los calandrieros que eventualmente serían afectados con el retiro de los caballos, o a los ’cerillitos’, en el caso de las bolsas de plástico, pues ya no se justifica su permanencia en las cajas registradoras.

Necesitamos representantes populares que asuman seriamente su responsabilidad, que sus acciones impacten e incidan puntualmente en el colectivo ciudadano. Pretender saturar de ocurrencias el Congreso local o los cabildos solamente por figurar en los medios de comunicación y redes sociales, demerita esos cargos, de por sí cuestionados por los elevados salarios que perciben, además de otras prerrogativas y canongías.

Pasemos del protagonismo y la ocurrencia, a tener un papel responsable, digno, humilde y decoroso.

Mientras tanto... ¡Jálalo que es pargo!