Juan Enrique Kramer Prida y Adriana Pastor San Roman llegaron a San Antonio hace dos años con un concepto sencillo y tradicional de locales pequeños que ofrecen comida con auténtico sabor mexicano, su experiencia ha sido muy positiva y su futuro pinta aún mejor
Hace 25 años Enrique Kramer comenzó con negocios de restaurantes y bares. Él y su esposa Adriana Pastor fueron dueños de Dubai The Cantabar establecido en Cancún, Quintana Roo, y en otras partes de la república. Actualmente es socio de los restaurantes y bares La Chilanguita en la Ciudad de México, y de Las Quekas, locales pequeños de comida típica mexicana con más de 80 sucursales en toda la república, principalmente en Cancún.
La primera sucursal de Las Quekas en Estados Unidos abrió en 2015 en San Antonio, la cual, por cuestiones de pronunciación, decidieron ponerle Las Quesadillas the Original Taste of México.
Adriana recuerda que iniciaron este giro de negocio porque consideraban que no existía esta variedad de antojitos mexicanos en Cancún.
“Una de mis vecinas y yo empezamos a cocinar en mi casa, y a preparar un kilo de carne y empezamos así a vender quesadillas. Nosotros hacíamos todo, mi hija nos ayudaba a limpiar mesas y a servir. Gracias a Dios fue un éxito, pudimos abrir en menos de un año cinco sucursales; después empezamos a vender franquicias: primero en Mérida, luego en Playa del Carmen, Tulum, Monterrey y Guadalajara. Actualmente tenemos 34 sucursales en (el área de) Cancún, algunas de ellas son franquicias.
“Yo no inventé las quesadillas, ni los guisos, simplemente las elaboramos de manera tradicional y las llevamos a los lugares donde no hay comida 100% mexicana, como aquí en Estados Unidos. En muchos lugares anuncian: restaurante 100 % mexicano, y no es cierto, es más bien comida tex-mex. Nosotros compramos todos los productos mexicanos que se venden aquí para que la gente los conozca”, asegura Adriana.
“Además brindamos trabajo a gente mexicoamericana, que aunque no siempre tienen estudios, tienen sus papeles en regla y muchas ganas de trabajar. La mayoría de nuestras empleadas son mujeres.
“Este concepto le ha gustado mucho a la gente, el proceso es muy personal, hacemos las quesadillas una por una, no compramos las tortillas en una tortillería o en el supermercado, es comida 100% casera”, explica.
Expandiendo sus horizontes
Adriana y Enrique llegaron a San Antonio hace dos años con la intención de hacer negocios, saliéndose de su zona de confort para emprender un nuevo reto. Eligieron San Antonio debido a que tienen familia aquí y porque consideraron que es un lugar donde viven muchos mexicanos y personas que les gusta esta cultura, y han podido comenzar desde aquí su empresa e ir introduciendo sus productos poco a poco en el mercado norteamericano.
Abrieron la primera sucursal en el sur de la ciudad hace un año e inmediatamente tuvo muy buena aceptación de los clientes.

“San Antonio nos recibió con las puertas abiertas, no hemos tenido problemas, hay un poco más de orden en los procesos y se toma más tiempo (abrir un negocio), pero te puedo decir que empezamos con el pie derecho”, asegura Enrique.
Adriana considera que los valores agregados de su comida son el sabor y calidad, así como la atención cálida y personalizada de mexicanos, tanto a mexicanos, como a su clientela norteamericana, que crece día con día.
Como la mayoría de los extranjeros que llegan a emprender a Estados Unidos, al principio ellos enfrentaron dificultades con la cultura, el idioma, y la diferencia de los precios, así como con las regulaciones en la industria por el manejo de comida, las cuales son muy puntuales. Sin embargo esto lo ven como algo positivo, ya que los ha hecho crecer.
“Se regula de manera detallada la higiene, el proceso del calentamiento de la comida, de la cocción, del enfriamiento, te enseñan a usar los termómetros, cómo se echa a perder la comida, cómo se contamina, etc.”, platica Adriana.
Esta pareja de empresarios asegura que han aprendido muchas cosas nuevas al desarrollar el negocio en este país: de contabilidad, empleados, impuestos, ventas, compras, gastos, etc. Por ejemplo, respecto al personal, en Estados Unidos, una persona no puede trabajar más de ocho horas al día, y esto fue complicado de manejar ya que su local abre de 8:00 de la mañana a 10:00 de la noche. Actualmente tienen de cuatro a seis personas por turno que se van relevando las labores, como hacer tortillas, ya que es muy pesado estar por largas jornadas en lo mismo.
Para Enrique, en el negocio de los restaurantes lo más complicado es la capacitación de empleados.
“En México, Estados Unidos y en cualquier lado, encontrar un buen personal, honesto, confiado y trabajador, es lo más complicado en nuestro negocio. Pero nos ha ido realmente bien en San Antonio. Yo pensé que iba a ser más complicado, pero no, mientras sigas el orden de las cosas, funciona todo bien”.
Más comida rica en su futuro
En México también son propietarios del restaurante Las Pescadillas, un negocio de variedad de ceviches, tostadas y tacos capeados de camarón y de pescado. Actualmente cuentan con cinco sucursales en Cancún, y planean abrir dos sucursales de este concepto en San Antonio. Respecto a sus planes a mediano y largo plazo el empresario nos comenta:
“Este verano abrimos La Cantinita, aquí en San Antonio, sobre Blanco Rd. Estaremos inaugurando cuatro unidades más de Las Quesadillas para San Antonio, además de las dos que están próximas a abrirse en Sonoma Ranch, entre Culebra y 1604, y la otra en Ingram Mall en el área de comida. En los próximos meses se abrirá otra en San Marcos y tres en Austin. Yo espero para el próximo año llegar a Houston y seguir expandiéndonos, queremos que sea como en México, una cadena con más de 80 sucursales bajo el esquema de franquicia”.
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Juan Enrique Kramer Prida