La vida como es… Hormonas, convalecencias

La mujer de un solo hombre

La mujer de un solo hombre
Entretenimiento
Julio 13, 2016 21:20 hrs.
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Octavio Raziel García › diarioalmomento.com

La mujer de un solo hombre

La hormona es la hormona; y la carne fresca retroalimenta al macho alfa.

Leída que fue la novela La mujer de un solo hombre (316 pp) de la canadiense, A.S.A Harrison, me ha dejado la sensación de satisfacción al correr por una trama del todo verosímil, actual, bien hilada y contrapuesta.

El caso de la autora es una triste historia. Fallece a los 65 años sin conocer el alcance de su éxito; más de un millón de ejemplares vendidos en países de habla inglesa.

Si la pareja ideal existiese, Jodi y Todd serían un modelo del género. Él, un próspero constructor y ella una psicoterapeuta que dedica medio tiempo a sus pacientes. Después de 20 años juntos, pero no casados, aparece la crisis de la infidelidad y la tentación del asesinato como consecuencia.

La novela nos va llevando desde el fortuito encuentro de la pareja hasta el enfrentamiento silencioso cuando la hija de un amigo cercano ha crecido y se ha convertido en una bella, aunque temperamental chica de veinte años, amante del esposo.

Dividida en capítulos alternos dedicados a Ella y a Él, La mujer de un solo hombre cuenta un asesinato anunciado, que al término del texto deja al lector tomar decisiones, escoger el final a la que su intuición le lleve.

Ella, es una psicoterapeuta con una preparación universitaria y prestigio; hija de un matrimonio católico que guarda siempre las formas. ’Lo importante es la fachada, la ilusión de que todo va bien’. Así, ella sabe que Todd la engaña con la hija de su mejor amigo y él sabe que ella lo sabe; pero Jodi, es una esposa encantadora, leal, enamorada de la estabilidad sin complicaciones. Su madre fue una mujer sumisa que aceptaba el silencio o el rechazo del esposo por meses. Si bien Él, el protagónico, nunca fue desagradable o cruel, seguía los pasos paternos en el alcoholismo y la infidelidad.

Jodi rescata de sus estudios de psicología que no se es la misma persona cuando sales de una relación que cuando entraste a ella y que en las familias la historia siempre se repite.

Enamorado, en los días laborables él se siente más enérgico y con metas más claras. Se coloca un tatuaje y cambia su vestuario y corte de cabello mientras la chica apresura los tiempos para la boda. El abogado trata de persuadir a Todd de esa relación y le recuerda que sus tres ex esposas le sacan dinero sin descaso. Rezo todos los días para que se mueran, le dice (Señor llévate a S; por favor, llévate a B; por favor llévate a K) Pero las tres no tienen prisa de dejar este mundo.

Hay cosas que abandonas, dice ella. Quizá esté olvidado, pero olvidar sólo es una costumbre. Jodi mira a su alrededor y acepta que la vida nunca es perfecta al cien por cien, y el noventa y nueve por ciento es pura suerte.

La novela se va como agua, aunque siempre prevalezca la idea de que, en la vida, las consecuencias de las acciones pueden ser muchas, pero en el caso de hormona mata neurona, todas son previsibles.

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