Lectura Política
Noé Mondragón Norato
El punto es irreversible: las tribus en el PRD están regresando a la vida pública, solo para continuar haciéndose pedazos. Y así, lo único que conseguirán será una sola cosa: hacerle las cosas más fáciles al PRI en la elección de julio de 2018, pese a las recurrentes y cada vez más agudas crisis de gobernabilidad proyectadas tanto por el presidente Enrique Peña Nieto, como por el gobernador Héctor Astudillo. Un breve repaso a las inacabadas y permanentes pugnas perredistas permite visualizar de lleno la película.
PRD: PUGNAS ETERNAS.- Hay por lo menos cuatro momentos que permiten entender las crisis internas perredistas: 1.- Con el presupuesto abierto del gobierno estatal, el grupo aguirrista llegó a desplazar a las tribus perredistas dominantes con la creación de Izquierda Progresista Guerrerense (IPG), que hasta después de la elección federal de 2012, estaban integradas por el Grupo Guerrero (GG) de David Jiménez Rumbo; Nueva Izquierda (NI) de Sebastián de la Rosa Peláez; Unidad de Izquierda Guerrerense (UIG) de Víctor Aguirre Alcaide; y Nueva Mayoría (NM) de Evodio Velázquez Aguirre. Se les llamó Los Cuatro Fantásticos. El tiempo y las circunstancias se encargarían de disolverlas. O unirlas. Pero sin renunciar a sus diferencias internas. 2.- El domingo 23 de agosto de 2015, se presentó una nueva tribu: Alternativa Democrática Guerrerense (ADG), que derivó de una fisura del GG. Su objetivo –sostuvo Celestino Cesáreo Guzmán, uno de sus creadores y también dirigente estatal del PRD-, era fortalecer a ese partido’y preparar la arena rumbo al 2018’. Junto con Celestino, renunció al GG el ex edil de La Unión y dos veces diputado local, Carlos Reyes Torres. Ambos crecieron bajo la sombra del extinto Armando Chavarría. Y luego se plegaron a Jiménez Rumbo. Pero esta ruptura se observó en realidad, como el natural cobro de facturas políticas hacia David Jiménez Rumbo, por cuando menos tres cosas: no se sumó a la campaña de gobernador de Beatriz Mojica Morga; pidió apresurado, el reconocimiento al triunfo del priísta Héctor Astudillo Flores, en la contienda por el gobierno estatal; y se hizo a un lado también, en la campaña electoral de Evodio Velázquez, por la alcaldía de Acapulco. 3.- Casi cuatro meses después –el 6 de diciembre de 2015-, el ex diputado local Bernardo Ortega Jiménez y el ex secretario de Salud y frustrado aspirante a gobernador por el Morena, Lázaro Mazón Alonso, abandonaron la corriente Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas (CODUC) de NI, encabezada por Sebastián de la Rosa Peláez. Y fundaron la tribu Movimiento Alternativo Social (MAS). Esta ruptura se asoció a una circunstancia en concreto: la tribu los chuchos de NI, dejó fuera de la candidatura por la diputación federal en el distrito 7 a Bernardo Ortega. Y a Mazón Alonso, lo marginó por los hechos de Iguala, un evento en donde se le acusó de complicidad con el defenestrado edil perredista, José Luis Abarca Velázquez. 4.- En la coyuntura, la IPG de Ángel Aguirre Herrera, busca recuperar sus añejas clientelas. Desde luego, para ir por más poder. Pero el CODUC de Sebastián de la Rosa –débil y plegado ya al gobernador Astudillo-, se alejó visiblemente del aguirrismo desde aquel memorable encuentro que sostuvo con Aguirre Rivero en la ciudad de México, los primeros días de junio de este año, junto con otros nueve diputados locales. Una reunión a la que calificó ’de amigos’. El GG y su propietario, David Jiménez Rumbo, ya anunció que ’le hará una guerra política sin tregua ni cuartel y perseguirá a donde vaya, al ex gobernador Aguirre’. Y se entiende que la relación con el edil de Acapulco, Evodio Velázquez no está rota, pero sí distante y fría. Y tiene en la bolsa al principal activo de la UIG: Víctor Aguirre Alcaide, quien se desempeña en la comuna porteña, como secretario de Desarrollo Social. ¿Cómo y de qué manera unirá la IPG a las izquierdas? Sin duda, el aguirrismo no la tiene nada fácil.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Pese a la promesa de realizar cambios en su gabinete tras rendir su primer Informe de Gobierno, Héctor Astudillo no ha realizado más que el de una simple subsecretaría en el sector Salud. Y mandó comparecer al Congreso local, a sus secretarios de despacho. Como si lo estuviera pensando demasiado. ¿O será que espera la línea política dictada por Miguel Ángel Osorio Chong, o el propio presidente Peña Nieto?
