Las cuatro zancadillas de Acapulco

La fuerza política del Estado se aprecia con mucha claridad en las embestidas cíclicas contra la alcaldía de Acapulco, presidida por el perredista, Evodio Velázquez Aguirre. Y es evidente que las navajas comenzaron a ser amarradas en la coyuntura de la elección de julio de 2018, que ya está muy próxima. Y por ende, los actores tienden hacia la movilidad y la operación política. Pese a que ésta tenga que ser sucia. Hay puntos al respecto, que no pueden pasar desapercibidos en este carril.
CUATRO ACTORES CONTRA EVODIO.- En el horizonte político local, se divisan cuando menos cuatro actores que tienen muy metidos sus intereses de poder en Acapulco. 1.- El Partido Movimiento Ciudadano (MC) está convertido en un visible aliado del PRI. Y en consecuencia, adversario político declarado de Evodio. Su dirigente estatal y propietario, Luis Walton Aburto, no tiene intenciones reales de operar a favor de su partido, la sucesión en la alcaldía para el 2018, pues en la pasada elección de junio de 2015 el aspirante del MC, Víctor Jorrín Lozano, cayó hasta el cuarto lugar en preferencias electorales. Lo cual midió de algún modo, los propios niveles de rechazo ciudadano hacia Walton, en su calidad de ex alcalde. En todo caso, la tarea política del MC y de Walton, consisten en ayudar al PRI a recuperar esa alcaldía, saqueada financieramente por el último priísta que la gobernó y al que hoy irónicamente, Walton tendría que apoyar después de ventilar ese desaseo financiero en el pasado reciente: Manuel Añorve Baños. 2.- El ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, intenta maniobrar desde ya, con la intención de que su vástago, Ángel Aguirre Herrera, gane la postulación perredista a la alcaldía en 2018. De este grupo político, la contradicción es su fuerte. Porque: ¿Cómo es posible que la dirigencia estatal y las tribus perredistas le permitan operar al interior de ese partido, cuando el ex gobernador ya renunció a la militancia del sol azteca, desde el 11 de febrero de 2015? Nadie en su sano juicio se atreve a creer que Aguirre Herrera, se enlistó para esa disputa debido a su fuerza política. Porque lo que aparece detrás de él, es la sombra política de su padre. Y de ahí se entiende lo demás. Desde las maniobras soterradas para operar el desgaste del actual edil perredista. Hasta las alianzas políticas del propio grupo aguirrista, con el actual gobernador tricolor, Héctor Astudillo. 3.- En la maniobra que intenta dejar sin efecto el préstamo de los 158 millones de pesos gestionados por la alcaldía perredista de Acapulco, se percibe la mano del ex edil Manuel Añorve Baños, pues la mayoría de los regidores tricolores que se oponen a esa medida, pertenecen a su grupo político. Y amenazan esta vez, con acudir a la inútil y convenenciera Auditoría General del Estado (AGE) para impedirlo. El asunto es que el propio Añorve solicitó en su momento, un préstamo por 600 millones de pesos. Y luego, Luis Walton, cuando todavía no cumplía dos meses al frente de esa misma alcaldía, pidió 300 millones. Los ex gobernadores perredistas Zeferino Torreblanca y Ángel Aguirre, no hicieron el mismo ruido político y mediático que hoy se aprecia contra Evodio. Había una diferencia que lo explicó todo: tanto Añorve como Walton, eran amigos del poder. Y del gobernador en turno. 4.- En tareas de ayuda política, el gobernador Héctor Astudillo, ya le entró a esta disputa. Primero, le dio cuerda a su secretario de Finanzas, Héctor Apreza, con el fin de que ’cuestionara’ la ilegalidad de ese préstamo. Siguió con sus embestidas políticas desde el Congreso local. Y ahora ataca, a través de su vocero de seguridad, Roberto Álvarez Heredia, en el sentido de que el edil porteño no se ha sumado a los trabajos de Coordinación en materia de seguridad pública. ¿A quién le hace el caldo gordo el gobernador? ¿A Manuel Añorve? ¿O al propio Ángel Aguirre? Sin duda, es algo que tiene que aclarar.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Y por aquello de que la cultura priísta de los nepotismos está más vigente que nunca, en el Senado de la república acaban de nombrar presidente de la Mesa Directiva para el periodo ordinario que inicia el 1 de septiembre, al senador del Partido Verde, Pablo Escudero Morales. Todo estaría bien de no ser porque Pablo, es yerno del ex dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera. Qué tal.