Opinión

Las reformas y la política exterior no prometían el paraíso…en los 1920s

Las reformas y la política exterior no prometían el paraíso…en los 1920s
Periodismo
Septiembre 02, 2016 17:50 hrs.
Periodismo ›
Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com

Como lo hemos mencionado anteriormente en este espacio, la edificación del estado mexicano moderno, bajo el cual el país creció y se desarrolló, consistió de cuatro etapas. El diseño de los planos, la promulgación de la Constitución Política de los Estados Mexicanos, corrió a cargo del Presidente Venustiano Carranza Garza. El desbroce del terreno, la pacificación inicial de un sinnúmero de generales aun rejegos, fue realizado por el Presidente Adolfo de la Huerta Marcor. La cimentación con la correspondiente elaboración de fosas profundas, o el establecimiento del orden institucional, correspondió al único general invicto de la Revolución Mexicana en funciones plenas de Presidente, Álvaro Obregón Salido. La erección del edificio, implantar las reformas que dieron pie a la creación de las instituciones políticas-económicas-sociales, correspondió realizarla al Estadista Plutarco Elías Calles durante la segunda mitad de los 1920s. Con ello en mente, demos un repaso breve al México de hoy para después retornar a lo que sucedía entonces.
Hoy, las cosas en nuestro país parecieran desarrollarse como si estuviéramos siendo testigos de un herradero, en donde peones y caporales no se distinguen de su patrón. Todos dan órdenes y, en su afán de quedar bien o mostrar que son los más cercanos al jefe, como ellos dicen, nadie respeta las parcelas de acción de los demás. Las reformas andan por los linderos del barranco. En materia de política exterior, la dignidad se mueve a nivel del surco árido y a quien se la tienen encomendada operarla la ignoran a la hora de las decisiones mismas que conoce a través de terceros. La economía sufre un ajuste hoy y varios mañana, pero eso si nada de utilizar razonable y productivamente el gasto público, mientras que el sector productivo continua adoptando el papel de pobrecito para encubrir las acciones oligopólicas que distorsionan la economía e impiden exista competencia real en los mercados. Quienes llegaron hace cuatro años al gobierno prometieron el paraíso terrenal en un santiamén una vez que las reformas fueran aprobadas. Sin embargo, aun cuando reconocemos que dichas reformas eran necesarias, siempre apuntamos que era imperioso saber operarlas y no tendrían efectos positivos inmediatos. Cuando escribimos que ’Las reformas no son actos separados, ni de corto plazo’ (Zócalo 04/01/14), dado que no pertenecemos a cofradía alguna, pues simplemente fuimos ignorados por seguidores y opositores. Desafortunadamente el tiempo nos dio la razón y hoy el cielo luce encapotado mientras presagia tormenta. Y para acabarla de fastidiar, los caporales andan más preocupados por ver quién se queda con el caballo de su patrón, aun cuando nada les asegure que puedan concretar la aspiración ya que hay otros, provenientes de ranchos vecinos, quienes también le echaron el ojo al corcel y hasta compraron la montura para ensillarlo. Mientras esto sucede en el país urbano de hoy, recordábamos cuando la nación era eminentemente rural y vivía los estertores de la tercera etapa, y la alborada de la cuarta, de la construcción de lo que sería el gran edificio del estado mexicano moderno erigido, como lo mencionamos en el párrafo inicial de esta colaboración, durante la segunda mitad de los 1920s.
En aquellos años, el 21 de octubre de 1923, el entonces candidato a la presidencia de la república, Plutarco Elías Calles declaraba ante los obreros que no estaba ahí ’para ofrecerles nada nuevo o hacerles promesas milagrosas o juramentos de reformas quiméricas. No busco obtener el voto ofreciéndoles un programa que promete realizar reformas en diez años, las cuales no pueden ser materializadas en dos siglos…’ Bajo esa premisa, una vez en el gobierno, Elías Calles simplemente procedió a realizar los cambios requeridos. Los asuntos del campo los enfrentó desde la perspectiva de que este debería de ser generador de riqueza y para ello era requerido proporcionar agua, crédito, implementos de labranza y sobre todo preparar al campesinado para que en el futuro pudiera tener acceso a los avances tecnológicos, lo cual solamente sería posible mediante la elevación de los niveles educativos. En ese contexto, en materia de financiamiento al campo, en 1926, fundó el Banco Nacional de Crédito Rural, el Banco Cooperativo Agrícola y promulgó la Ley de Bancos Agrícolas Ejidales. Asimismo, se crearon las Escuelas Centrales Agrícolas y las Escuelas Normales Rurales. En igual forma, fue puesta en marcha la Comisión Nacional de Irrigación bajo cuya egida fueron construidas diversas presas. De las distorsiones que en todo esto sucedió, ni modo de responsabilizarlo, cuando llegó el Presidente Cárdenas Del Río creyó conveniente organizar aquello con fines electoreros. Al final de cuentas, el campesinado ni fueron entes productores de riqueza y quienes sí lo hicieron, para sí mismos, fueron algunos bandidos que operaron en las instituciones de crédito mencionadas. Pero como Elías Calles había prometido que solamente realizaría reformas que eran factibles, pues continúo el proceso de edificación.
Promulgó la Ley General de Pensiones del Retiro y puso énfasis especial en el desarrollo de las comunicaciones. Para ello, amplio los servicios telefónicos y creo la Comisión Nacional de Caminos la cual fue la encargada de la construcción de carreteras nuevas. Y para quienes todavía sueñan que el proyecto educativo de México fue diseñado por el cobarde-gigoló-sinarquista-nazi, José Vasconcelos, muy conveniente es recordar que la idea original fue del Presidente Obregón Salido y el estadista Elías Calles fue quien creo las escuelas secundarias, a la par que creaba la dirección de enseñanza técnica, industrial y comercial cuyo objetivo era fomentar la instrucción para que se formaran obreros calificados que prestaran sus servicios en el sector industrial. Sabedor que ninguna economía puede operar si no tiene reglas claras en materia fiscal y financiera procedió en consecuencia.
Un proyecto de código fiscal fue puesto en práctica, mientras se instrumentaba la forma de operar el impuesto sobre la renta como base de una incipiente reforma fiscal. Acto seguido fue promulgada la Ley General de Instituciones de Crédito y Establecimientos Bancarios. Apenas iniciando su gobierno, procedido a crear la Comisión Nacional Bancaria, reorganizó la Comisión Monetaria que habría de operar la Casa de Moneda. Con ese fundamento, durante la segunda mitad de 1925, fundó el Banco de México, un proceso en el cual tuvo un papel fundamental Manuel Gómez Morín quien por entonces, ya había sido agente financiero en New York del gobierno del presidente Obregón Salido, alquilaba sus servicios al gobierno revolucionario, después pasaría a ser agente soviético y más tarde sería sinarquista destacado y fundador del Partido Acción Nacional.
Para quienes hoy todo lo ven novedoso en materia de equidad de género, el estadista Elías Calles también se ocupó de ello. En 1928, se reformó el Código Civil y en él se incorporó la igualdad jurídica entre el hombre y la mujer, además de dar trato legal similar a los hijos legítimos y los llamados naturales. Y por supuesto, no podemos dejar de lado como validó la separación Estado-iglesia, aun cuando se haya excedido en eso de que las autoridades determinaran el número de sacerdotes por localidad, lo cual sirvió de pretexto para que la curia lanzara a sus seguidores a una reyerta estúpida cuya única finalidad era matarse unos a otros en aras de una supuesta defensa de derechos religiosos que nunca fueron conculcados por el gobierno del estadista Elías Calles. Pero lo concerniente a las relaciones con otros estados lo dejo muy claro en un discurso pronunciado en 1924 en el Teatro Ocampo de Morelia.
Ahí, apunto: ’No deseamos que otras naciones intervengan en nuestros asuntos internos para imponernos sus condiciones y métodos en una forma que favorezcan sus intereses. Somos soberanos y tenemos el derecho de arreglar nuestros asuntos internos libremente alejados de cualquier influencia externa. Deseamos que las relaciones con otros países se caractericen por el respeto mutuo…’ Y bajo esa premisa se desarrolló la política exterior mexicana durante su mandato. Cuando el embajador estadounidense, James R. Sheffield quiso crear problemas y exhibir al gobierno de México como un nido de conspiradores en contra del de su país, el estadista Elías Calles le recetó una lección, mientras que jugaba política con las relaciones exteriores. Sheffield, el segundo peor embajador que hayan tenido los EUA en México ya que el primero en ese renglón es indiscutiblemente Henry Lane Wilson, decidió jugar al espionaje y se enganchó con un viejo conocido de los gobiernos mexicanos, un tal Miguel R. Ávila. Este sujeto quien se decía nativo de Saltillo, Coahuila, aun cuando era nacido en Texas, actuaba como agente doble y tenía libre acceso a la embajada estadounidense. Con la ayuda de John Page, el corresponsal de la ’International News Services,’ proveían a Sheffield de documentos ’extraídos’ de las oficinas del gobierno mexicano. Cuando uno los lee, inmediatamente se percata de que son tan reales como una moneda de S2.50, la redacción es típica de alguien cuya lengua materna no es el español. En contraparte, Ávila recibía recompensas por parte del líder de la CROM, Luis Napoleón Morones a quien le llevaba copias de los documentos oficiales recibidos y generados por la embajada y el Departamento de Estado de los EUA, claro sin faltar aquellos cuya redacción era ambigua, pero muy útil para crear teorías conspiracionistas. Cuando surge el escándalo de que la embajada estadounidense era objeto de espionaje, el embajador toma la decisión de que a partir de ese momento las gavetas serían cerradas con candados. Mientras tanto, Ávila sigue circulando libremente por los pasillos de dicha representación diplomática. Y como había documentos del attaché militar redactados en forma tal que podían interpretarse al libe albedrio, el estadista Elías Calles, a quien ya le habían llevado el fajo de trescientos documentos, decidió jugar la carta nacionalista. Arguyendo que en varios de esos papeles se hablaba de una posible invasión militar estadounidense, cosa que en su lectura nunca se ve, ordenó al gobernador de Tamaulipas, Emilio Portes Gil que en caso de que eso sucediera ordenara al encargado de la zona militar, general Lázaro Cárdenas Del Río que volara los pozos petroleros. Al mismo tiempo, Elias Calles, se ocupaba de armar un paquete con las copias de los trescientos documentos para enviarlo, a través del reportero del New York Evening Post, George Barr Baker, al Presidente Calvin Coolidge, mientras los mantenía alejados de la prensa la cual únicamente escribía acerca de rumores. Una vez que el objeto del espionaje estaba en Washington, el presidente Coolidge se negó a revisarlos y dejó el asunto en manos del Secretario de Estado, Frank B. Kellogg. Ello no fue impedimento para que después el embajador mexicano Manuel Téllez tuviera una reunión con el presidente y el secretario para ’explicarles’ que no sabía el origen de aquellos documentos que llegaron al escritorio del presidente mexicano quien les aseguraba que todo sería tratado de manera confidencial. Y ahí, las relaciones México-EUA tomaron otro giro. Sheffield fue relevado más tarde y llegaría el mejor embajador que hayan enviado los estadounidenses a México, Dwight W. Morrow. Con él, las cosas cambiaron ciento ochenta grados, aun cuando no pudo evitar el coletazo de Sheffield y asociados quienes embarcaron a William Randolph Hearst en una campaña periodística fallida. Entre fines de noviembre y principios de diciembre de 1927, los diarios de Hearst publicaron documentos presuntamente en los cuales México estaba patrocinando una revuelta mundial en contra de lo EUA, al respecto tenemos un artículo próximo a publicarse en una revista importante. Cuando el ataque arreciaba, el cónsul de México en New York, Arturo Elías, preguntó que cual debería de ser la respuesta, le contestaron que guardara silencio, todo habría de caer por su propio peso tal y como sucedió. Hearst acabó tragándose, por mentiroso, su orgullo enfrente de una comisión en el Senado estadounidense.
Así era por aquellos tiempos, nada de andar prometiendo paraísos derivados de las reformas. Simplemente, se instrumentaban, eran puestas en práctica y a buscar cómo podían dar los mejores resultados. En materia de relaciones externas, nada de engancharse en dimes y diretes. Con pocos recursos, pero imaginación sobrada, fue factible ganarse el respeto de otras naciones. En la relación con los EUA, se aceptaba en donde estábamos y bajo la premisa del nacionalismo pragmático buscaban como obtener los beneficios mayores que permitieran apuntalar la creación del estado mexicano moderno y vaya que tuvieron éxito, durante setenta años el país creció y se desarrolló, con todos los negativos y positivos que se le quieran colgar, hasta que el modelo ya no dio para más y se quedó atorado en la falta de reformas y cuando estas fueron llevadas al papel y aprobadas por el Congreso, fallaron los operadores. Hoy no tenemos ni resultados que se reflejen en el crecimiento económico y en materia de política exterior perdimos la brújula. Al parecer quienes estudiaron el periodo del Presidente Álvaro Obregón Salido obviaron algunas cosas y no tuvieron a bien darle una revisada al del Estadista Plutarco Elías Calles, de mucho provecho les hubiera sido. Aun cuando, suponemos, entonces, ni se imaginaban que pudieran acabar enganchados en un proceso reformista. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (1): Hace un par de días veíamos la película ’Money Monster’ cuya calidad oscila entre mediocre y mala. En una de las escenas últimas aparece un líder sindical en Sudáfrica, quien encabezaba una huelga, pronunciando un discurso rabioso en contra de los propietarios de las minas. Acto seguido, se presenta al mismo sujeto discutiendo con un especulador multimillonario quien era su patrocinador. Afortunadamente eso sucede solamente en la ficción y en países muy lejanos al nuestro.
Añadido (2): Eso debería de haber hecho desde el principio, dialogar con los dos candidatos, obviamente desde una posición de dignidad, y no andar de matraqueros entrometidos apoyando a ella. Quien sea electo será un asunto de los ciudadanos estadounidenses y gústenos o no tendremos que convivir con su selección. Esperemos que ya tengan un par de planes para ver cómo van a lidiar con el eventual triunfo de uno u otra.
Añadido (3): ¿Porque si habían tratado sobre quien pagaba el muro, nada dijo cuándo el otro mentía? Lo tenía a un par de metros para exhibirlo. ¿Por qué esperase dos horas, cuando el visitante ya había abandonado territorio nacional, para hacer aclaraciones? Así, ni quien pueda defenderlo.
Añadido (4) El jueves anterior, en la página 2 de Impacto El Diario apareció la columna La Teoría del Caos firmada por Hugo Páez. Acompañando al escrito, hay un par de fotografías que presentan la imagen de cinco personajes que pareciera acuden a un funeral.
Añadido (5): En la UNAM, los adalides de la libertad de expresión mostraron que esta existe ahí siempre y cuando se diga lo que ellos quieren escuchar. Pero como seremos pen…santes, olvidábamos que, en el original, por ellos siempre hablara el espíritu santo.

Ver nota completa...

Suscríbete

Recibe en tu correo la información más relevante una vez al mes y las noticias más impactantes al momento.

Recibe solo las noticias más impactantes en el momento preciso.

Las reformas y la política exterior no prometían el paraíso…en los 1920s

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.