LECTURA POLÍTICA

Si de ineficacias y corruptelas se trata, en la administración estatal presidida por el priísta Héctor Astudillo Flores, comienzan a brotar por todos lados. La propia dinámica de la agenda pública hace impensable que el mandatario estatal pueda atender por sí mismo, todos los asuntos. Pero sus secretarios de despacho le ayudan muy poco. Y los urgentes cambios y enroques en su gabinete, deslizados en corrillos políticos para concretarse en el mes de agosto, simplemente no llegaron. Generando una percepción de inercias y de que todo marcha por muy buen camino. Aunque en la realidad real –no virtual ni de discursos-, todos los indicadores señalen exactamente lo contrario. Basta con ubicar algunos casos en específico.
SECRETARIOS: NO DAR EL ANCHO.- Hay funcionarios del gabinete astudillista que de plano, no dan el ancho. Y se ubican con facilidad: 1.- El secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos, duerme placenteramente en el presupuesto y en la inacción, mientras los casos de Zika y Chikungunya crecen exponencialmente en toda la entidad. Y para confirmar su marcada indolencia, se niega a desactivar una bomba que tiene a la vuelta de la esquina. Es decir, a solo unos pasos de la Secretaría de Salud: en el edificio del ex Ineban se acumularon lagunas de agua por la parte del sótano de ese inmueble, que han generado la proliferación del mosquito transmisor de ambas enfermedades. Y por esa razón y ante las amenazas de que la infección por picadura se expanda en los infantes, las maestras del Cendi 1 Isabel Guevara Catalán, no han iniciado el ciclo escolar. Y han solicitado reiteradamente ante dicha dependencia, la intervención de los fumigadores del abate. Pero sin obtener respuestas positivas. Si esa actitud tortuguesca para atender un problema cercano, muestra el secretario de la Peña Pintos, ¿qué podrá esperarse de él en otros lugares más lejanos de la entidad? Una sola cosa: la prolongación aguda de su propia incompetencia. 2.- La secretaria de Desarrollo Social, Alicia Zamora Villalba, no puede con el conflicto al interior de esa secretaría. Y la mejor prueba de ello, es que no ha logrado empujar un acuerdo consensuado e inteligente entre las organizaciones que integran el Fondo de Apoyo a los Periodistas (FAP), un instrumento político que ha servido para una sola cosa: afiliar a una mínima parte de los verdaderos periodistas guerrerenses. Y saturar el padrón con una gran cantidad de simuladores de la información, convirtiéndolo así, en jugoso botín de eternos lucradores y reincidentes chantajistas. Como resumen de lo anterior, la violencia apareció recientemente, en la disputa por esas parcelas de poder. ¿Qué hizo Alicia Zamora para evitarla? Nada. Más que sentarse a ver el espectáculo. ¿Planea desaparecer –que a estas alturas, sería lo mejor- el FAP? ¿Esa es la política de entendimientos, con un mínimo sector de la prensa local? ¿Así le ayuda a su jefe político, el gobernador Astudillo? 3.- En la Secretaría General de Gobierno, Florencio Salazar Adame, aparece como el funcionario inoperante. Un dato es revelador: en el reciente conflicto político en el municipio de Apango, Florencio fue de los actores que no participaron en la silenciosa y sospechosa tregua pactada entre ambos bandos. Y como responsable de la política interna, tampoco le ha interesado la evolución de la investigación, en torno al crimen del ex edil perredista calentano, Ambrosio Soto Duarte. Ni se ha percibido la acción de su mano, en la contención de la vandálica movilidad magisterial en el inicio del ciclo escolar. Ni de la Peña Pintos ni Alicia Zamora ni Florencio Salazar, le echan el hombro al gobernador Astudillo. Y con ello, la gobernabilidad ciudadana se le escurre de las manos. Ese es el punto.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Al cumplirse ayer un mes del asesinato del ex edil de Pungarabato, el perredista Ambrosio Soto Duarte, el diputado local y primo de la víctima, Isidro Duarte Cabrera, hizo un llamado a la unidad en Guerrero y en la Tierra Caliente en particular. Demandó ’un gran acuerdo de todas las fuerzas sociales, políticas y económicas para ganarle terreno a la violencia’ asumiendo que coadyuvará a que se castigue a los culpables de los hechos delictivos. Pero encontró oídos sordos del gobierno estatal.