Texcoco, Edoméx.- UNO. Lo que nunca lograron los Bolcheviques del Soviet Supremo. Lo que nunca pasó en la URSS (Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas). Lo que fue el sueño idealizado de ciertos sujetos extremosos desde la Comuna de París hasta el 68 francés.
Lo que menos se esperaban los habitantes del oriente de la Mega Urbe y mucho menos los de la zona Texcoco-Chapingo y la autopista Peñón-Texcoco se ha vuelto una realidad cotidiana que sufren y padecen los que vive y circulan en esas zonas y, sobre todo, los alumnos, trabajadores y profesores de la Universidad Autónoma Chapingo y que tienen que soportar y padece diariamente: Los Materialista dominan la zona y por lo visto no hay poder humano que los meta en cintura, ni municipal, ni estatal, ni federal, sencillamente hacen lo que quieren.
DOS. Pero no estoy escribiendo sobre los contrarios al Idealismo que criticó Karl Marx en el ’18 Brumario’ o lo propone en ’La ideología Alemana’ y ’La Sagrada familia’, que me imagino que son libros que leyó nuestro culto presidente Peña Nieto antes de enfilarse a Alemania y pararse frente a lo que queda del muro de Berlin, ni estoy comentando lo que son las enseñanzas del marxismo en la vida cotidiana, ni siquiera en que Higinio Martínez y su equipo, quienes gobiernan Texcoco, sean de la línea dura ideológica e implanten sus modos de gobernar de manera pragmática y fuera de toda humanidad, sencillamente me refiero a esa nueva y auténtica plaga que azota la zona y sus alrededores desde que se anunció la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) por estos lares: Los Camioneros Materialistas.
TRES. Y sí, en efecto, los materialistas dominan la zona: con sus enormes armatostes rebasan por la derecha, van en doble fila, no respetan semáforos, tiran grava y cascajo -una de esas desparrramadas ya causó un accidente fatal en San Bernardino, en el cual falleció una mujer que llevaba a sus niños a la escuela- y acaban paulatinamente pero seguro con pavimentos, sobre todo en la Avenida Úrsulo Galván y buena parte de la carísima y mal trazada Autopista Peñón-Texcoco, pero además no son algunos sino cientos que circulan de día y de noche sacando y trayendo material de la zona donde se edificara un aeropuerto pésimamente planeado y que ya está causando muchos problemas a los habitantes de la zona.
CUATRO. Y es que es increíble la falta de tacto y de previsión de las autoridades federales que, desde que comenzaron con esa magna obra, no hallan pensado en todas la incomodidades que les causarán a los (antes) pacíficos habitantes de esta zona que nunca antes había vivido estas condiciones extremas. Hace algunos años, los vecinos de la Avenida Úrsulo Galván pusieron agujas para controlar el paso de esos pesados vehículos, y en ese entonces eran apenas algunos que se podían contar con los dedos; pero ahora son cientos que van y vienen, que llevan material y sacan material, para una obra pésimamente planeada y que de ella sólo se espera molestias e incertidumbre.
CINCO. Pero esto de los pesados camiones materialista no es cualquier cosa: quienes los conducen son sujetos que están lo más cercano y lo más lejano a la Edad de Piedra, ese es su material y por eso ellos son materialistas. Es probable que sean humanos, pero nunca se les ve el cuerpo, la cara, suben a sus armatostes y pierden todo rasgo de humanidad: arriba se vuelven poderosos y entonces hacen lo que quieren y como quieren. ¿Qué hacer si uno de ellos se estaciona frente a tu casa en la salida de tu carro? ¿Llamas a una grúa? ¿Municipal, estatal, federal? Es casi película de ciencia ficción ver cómo manejan, cómo rebasan, cómo se pasan los altos, cómo van tirando piedras por el camino -se supone que es obligatorio el uso de una lona para cubrir los residuos que transportan- y como éstas van causando desasosiego entre los automovilistas. Sencillamente se han vuelto una pesadilla y creo que se debería de hacer una película titulada ’Santo contra los Materialista Diabólicos’. La calma de nuestra Universidad Autónoma Chapingo y de los lugares cercanos a Texcoco ha sido rota y esto durará ¿uno, dos, tres años? Creo que no lo merecemos pero ya lo padecemos.
SEIS. Mientras tanto, siguen las protestas contra el Nuevo Aeropuerto, el cual está siendo instalado en un lugar donde hay que meter millones de toneladas de material para nivel el terreno y hay que sacar miles de toneladas de fango para afianzar el terreno. No es por nada, pero en Tizayuca, Hidalgo, el terreno está plano y listo para construcciones de este calibre, pero si no hay obras no hay sobras, y en este sexenio de los amigos, Higa como Higa sido, es necesario una construcción ostentosa, faraónica, enorme para que se crea que sí hay obras de gobierno. Todo esto en la medida inversa a la estatura moral de quien lo ha mandado hacer. De pequeñas dimensiones el hombre, de gran tamaño la obra. Ver para creer.
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* Profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo y miembro del IISEHMER de la misma institución. Sus más recientes títulos publicados son: Donde la piel canta (poemas, Antología, 2011), Coyotes sin corazón (cuentos, Antología, 2011), Sombras de las letras (ensayos, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2012. 136 pp.) El tren de la ausencia (cuentos, antología, Cofradía de Coyotes, 2012), Perros melancólicos (cuentos policiacos, antología, Cofradía de Coyotes, 2012), Árbol afuera (poemas, antología, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2013. 124 pp.), Amar es perder la piel (Ed. Molino de Letras-UACH, México, 2013. 194 pp.), Lámpara sin luz (novela, Fondo Editorial Mexiquense, México, 2013. 267 pp.), Árbol afuera (poemas, antología, Cofradía de Coyotes, México, 2013. 108 pp), Abrevadero de Dinosaurios (antología de minicuentos, Ed. Cofradía de Coyotes,
