Los Miguel Ángel

Existe una evidente crisis de timón en los partidos políticos mexicanos. Porque ante la muerte, por decreto, de las ideologías, ni siquiera los líderes de los diferentes institutos políticos del país han sabido diferenciarse de su contrincante y menos aún de su similar en espera de un frente común electoral que les otorgue el triunfo en las urnas.
El Pacto por México sólo fue la Premiere de un espectáculo deprimente de la agonía de los partidos políticos del país, donde sus cúpulas se juraron fidelidad y similitud de criterios por la eternidad.
Ahora uno de los firmantes del Pacto por México, en su momento líder de lo que queda del PRD, Jesús Zambrano Grijalva, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, y los mandatarios de Michoacán, Silvano Aureoles, y de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, compartieron el discurso del gobierno de Enrique Peña Nieto contra la CNTE: ’Debe aplicarse la ley’, como sinónimo de represión, de actuar violentamente contra la disidencia.
El ex coordinador del PRD en San Lázaro y a quien se le identifica cercano al priista Manlio Fabio Beltrones, el gobernador Silvano Aureoles, fue tajante: ’La ley se cumple’. Todos ellos, sin diferencias puntos de vista ni interpretaciones de la realidad, ponderan la importancia de elevar a la candidatura a la Presidencia de la República a Miguel Ángel Mancera, ese híbrido político prohijado por el PRD y el PRI; pero que se niega a afiliarse, por ahora, a partido político alguno.
Pero el segundo pacto por México está a la vuelta de la esquina a través de la conclusión, consensuada entre partidos del conflicto magisterial, y ahora no podrá apelarse a la ingenuidad de la opinión pública ni a su desmemoria. LA represión se dice justificada, también recrudecida. El fantasma del mal merodeando el país, real o ficticio, crea pretextos para tener un enemigo común y cerrar filas en nombre de la tranquilidad, la paz y la aplicación de la ley. Es decir, la ley adaptada a las necesidades de intereses, representados por el gobierno federal, pero ordenados desde la OCDE, como es el caso de la reforma educativa. Ésta colocará dos frentes políticos dentro del gobierno.
Por un lado, el eufemismo de la aplicación de la justicia que comparten PRD y PRI, teniendo como mínimo común denominador a Miguel Ángel Mancera, alfil violento que puede recibir los golpes del PRI, para dejar su lugar en la antesala del poder a otro priísta sorpresa; el otro frente, la visión aparente del diálogo, conciliadora y aparentemente democrática ,encabezada por otro Miguel Ángel, éste se apellida Osorio Chong, quien aseguró que en el gobierno federal, hay un compromiso de que se castiguen ’sin miramiento’ las violaciones a los derechos humanos, cuando éstas sean comprobadas, a fin de que no haya impunidad para los responsables.
Al participar en la instalación del 55 periodo extraordinario de sesiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, señaló Osorio Chong que los derechos humanos no son una opción, sino la única vía para consolidar nuestro país como una nación libre, igualitaria e incluyente.
Así defensa de derechos humanos y aplicación de la ley, tomen como campo de batalla la reforma educativa. Donde las partes enfrentadas sólo serán carne de cañón y un útil distractor para lograr un espacio propio en la candidatura del PRI a la Presidencia de la República.