Marzo de 2004, me jubilé de un trabajo agobiante y uno de mis propósitos fue el de retomar el sano ejercicio de escribir;.
Julio de 2014, hasta hoy he decidido introducirme de nuevo, en el universo ilimitado de las imágenes y entre las letras, darle forma y expresión a mis pensamientos, en prosa, si es posible con humor, lo voy a intentar, o en verso libre, pero ya hacerlo, hay tantos temas e imágenes acerca de los que debo escribir y describirlos.
Para la prosa, en donde me centraré mayormente en relatos de mi infancia y juventud, me es necesario definir un estilo con un lenguaje sencillo y coloquial, porque se tratarán situaciones de los años cincuentas y sesentas.
En la poesía estaba definiendo un estilo que empecé a dominar a principio de los años setentas y continuaré con él, porque se ajusta a mi forma de expresarme.
Confío que ambos funcionen y sean por lo menos, regularmente aceptados entre mis familiares y amistades con quienes los voy a compartir.
Han sido varias las voces y palabras de aliento de mis familiares y amistades, que me han despertado el sano gusto de volver a escribir:
Lucia mi esposa, me ha invitado a recopilar mis poemas de mas de 45 años, que no son muchos y menos los que conservo; Deyna Abril, mi hija como profesional del diseño gráfico, me ha ofrecido darle forma a la recopilación de escritos, mi hermana Belem emocionada me ha impulsado a escribir de nuevo, Lucila y Gisela, dos de mis queridas primas de igual forma me insisten en escribir poemas para memorizarlos y repetirlos en momentos suyos propicios para ello.
Mario Campa, Neftalí Celis, Javier Fernández, Pedro Flores, Armando Velasco en distintos momentos y de varias formas me han incitado a escribir, ya que ellos, con quienes estoy hermanado por una inolvidable experiencia universitaria y como profesionales de la comunicación, el periodismo y la literatura, han influido en lo que me sucede es este momento, en el que mis manos vuelan sobre el teclado, como si tuvieran voluntad propia.
No puedo olvidar a Patricia Jiménez Pons, también compañera y amiga de la facultad, por medio de la dedicatoria tan motivante que me escribió en uno de sus libros.
Salgo de mi escondite de imágenes que transitan por mi mente, con tantos sueños no realizados y voces apagadas por mi silencio, voy hacia la luz de mi libertad y frente al espejo me digo muchas verdades.
Aquí estoy, amigas letras, para tejer palabras que describan, metaforizando las imágenes deslumbrantes del horizonte que me llamen la atención; también para darle forma a algunas de mis emociones y sentimientos, así como describir y compartir mis muchos recuerdos de personas, lugares, momentos y situaciones que atesoro.
Aquí voy, dando ya los primeros pasos y tal parece que mis pisadas y mis manos, recordaron donde está el camino que ya no recorrieron.
