Los indocumentados

Escándalo en puerta en Oaxaca y en el país ante la detención en los Estados Unidos de Luis Carlos Castillo, ’El Rey de los Dragones’, por lavado de dinero, desde 2012, este personaje recibió contratos en Oaxaca y se rumora que hay muchos enredos y cochupos con funcionarios y gobernadores… así que desde Peña Nieto (gobernador), Humberto Moreira, Oscar Lubert, Rodrigo Medina, Natividad González Parás, Ulises Ruíz, Ramiro Garza Cantú y otros muchos que saldrán a la luz, tendrán que explicar su relación y sus negocios… más de acá (México), que de allá (EEUU), donde tienen sus fortunas…
’LA UNIÓN HACE LA FUERZA, NO DEBEMOS PERMITIR QUE NOS SEPARE EL MIEDO. HA LLEGADO EL MOMENTO DE LOS HÉROES. EN LAS ÉPOCAS MÁS OSCURAS ES CUANDO SURGEN LOS HÉROES, LOS REVOLUCIONARIOS QUE NOS GUÍEN EN LA LUCHA’ Diana Delgado, indocumentada de origen peruano que se graduó con la hija de Trump, con honores. (Sin Embargo.com)
Un conmovedor y claro reportaje aparecido en www.sinembargo.com, firmado por Octavio Rivera López, NOS MUESTRA LA ANGUSTIA DE SER UN EMPLEADO QUE LLEGA CONTRATADO DESDE SU país de origen en América Latina y después del atentado (o auto atentado ) terrorista del 11 de septiembre, de pronto, miles de profesionistas fueron despedidos de sus trabajo y se vinieron a dar cuenta que todo el ’sueño americano’ se iba por la coladera ya que allá, los títulos y los conocimientos no cuentan si vas de otro país y se les brinda un trato de terror y horror, porque primeramente están con el miedo de ser deportados porque al perder sus empleos quedan como indocumentados, y después, al no poder ingresar a la fuerza de trabajo capacitada se convierten en simples lavatrastos, meseros o jardineros. Así están ahora más de once millones de personas en los Estados Unidos y ven en su futuro las deportaciones masivas, ’familias separadas y campos de detención que podrían ser la materialización de muchos horrores.’
Diana, esta chica que se gradúa con honores en la misma universidad que una de las hijas de Trump, escribe una parte de sus sufrimientos y discriminación que se sufre en los Estados Unidos y que al parecer no vemos los mexicanos desde acá, pensando en que ’ya la hicieron’ y que traen a sus familias dólares y algo más que les hemos negado en nuestro país, su país, expulsados por el hambre y la desocupación, ahora, tienen el miedo de la deportación y esto es lo que cuenta Diana: ’La mañana en que mi papá tenía agendada una entrevista en Jack-in-the-Box, mamá tendió el saco más bonito que tenía mi papá, bellamente planchado, a los pies de la cama. ’Siempre debes ponerte tus mejores ropas para ir a una entrevista, no importa que sea muy humilde’. Y así fue como mi padre entró al establecimiento con todo el orgullo de un hombre hecho a sí mismo, con la espalda recta y altivo, y fue confundido con un solicitante para un puesto de administración. Cuando explicó, le dieron trabajo de inmediato y le entregaron un tonto mandil rojo y el gorro. Se puso el mandil sobre su saco. Pasó todo el día aprendiendo cómo freír hamburguesas y pollo empanizado, con su saco. Y Cuando llegó finalmente a casa grasiento y exhausto, empezó a pasar sus dedos por todos los pequeños orificios en el frente de sus saco que hizo el aceite al brincar, Mi mamá se sonrió con culpa, él sólo la miró’.
RECUERDO HACE ALGUNOS AÑOS en que esperando que me recibieran en el módulo de boletos para volar al DF desde Oaxaca, estaba un hombre fuerte, grande, robusto, digno, llorando, manteniendo entre sus brazos a una de sus niñas a las que tenía que dejar al lado de su familia, porque él tenía que volar a Estados Unidos para continuar trabajando y le decía con una voz cariñosa que no se preocupara, porque él trabajaría mucho para poder terminar su casa y para juntar un poco de dinero para retornar a México para estar a su lado… el llanto se generalizó y todos sentíamos un nudo en la garganta. Al subir al avión quedamos en la misma fila de asientos y me dijo que desde que nació su pequeña hija a los pocos días tuvo que salir para EU a continuar trabajando, había estudiado para maestro y después con becas estudió en el IPN para ingeniero y se graduó con honores, pero jamás pudo contratarse en ningún lado porque no tenía las relaciones o el dinero que le pedían para darle un puesto de trabajo así prefirió salir indocumentado, pagando al pollero, jugándosela en las calles de la frontera y al final, después de días, pudo conseguir empleo y estar en un grupo de ayudantes de albañilería y fue aprendiendo y subiendo, ahora era una especie de medio contratista que trabajaba para los gringos , le pagaban mucho menos que a los norteamericanos haciendo el mismo trabajo. Pero la chamba era la chamba, y así se la venía jugando. Me comentó que en alguna ocasión un gringo para no pagarle por su trabajo lo denunció a la migra y lo sacaron de EEUU, robándole sus cosas y dinero, y cuando llegó a México, lo trataban como un apestado y lloraba en las calles donde caminaba con el hambre y el dolor a cuestas. Un buen día, un gabacho que andaba borracho le pidió que manejara al otro lado y él se la jugó y pasó, ahí, nuevamente, a luchar y duró varios años sin venir a México, enviando los dólares a su familia y pudo venir a ver a sus niñas y la pequeña no quería dejarlo… lloraba al platicarme esto y se lamentaba de que en nuestro país se les negara la oportunidad para el empleo y por ser otro expulsado por el hambre y las injusticias se iba llorando y rumiando su dolor, mentando madres en contra de los políticos, sobre todo, cuando recordó que uno de ellos, ahora, era un funcionario de la SEP y fue el que le pidió dinero para darle la plaza que había ganado, pero como no pudo pagarle lo despidieron… y cuando al pasar los años le reclamó, el funcionario le dijo que eso le sucedió por ser un pendejo pobre y chismoso y que pusiera su queja que al fin y al cabo él tenía dinero y poder para joderlo más… así son las historias de la tragedia y tendremos muchas oportunidades de conocerlas ahora que vayan siendo expulsados por la intolerancia y la discriminación y el odio racial millones de mexicanos que vendrán a su país para darse cuenta de que al paso del tiempo todo sigue igual, por culpa de políticos, empresarios, banqueros y funcionarios… y tendremos que llorar juntos hasta que se laven las penas…No compremos mercancías gringas. Consumamos las del país. Vayamos a los mercados con nuestras marchantas… Es lo menos que debemos hacer para apoyar a nuestros hermanos indocumentados…