Opinión

Manifiesto del héroe marginado durante las celebraciones, Vicente Ramón Guerrero Saldaña

Manifiesto del héroe marginado durante las celebraciones, Vicente Ramón Guerrero Saldaña
Periodismo
Octubre 02, 2021 05:16 hrs.
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Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com

En medio de alegatos de sí España debiera de ofrecer disculpas y de una carta ambigua del líder del catolicismo, de esas que son muy buenos para generar y en las que parece que dicen algo, pero en realidad todo es fraseo para que cada uno lo interprete como le venga en gana, se conmemoró el aniversario número doscientos de la consumación de la independencia. El evento asemejó una fiesta entre ’cuates’ ya que, más allá de los confines del Zócalo, en el resto del país, a muy poca gente le importó. Quienes andaban felices eran los miembros de la curia pues su criatura, Agustín Cosme Damián (el criollo quien se sintió noble y vivió en un palacio, cuyos restos descansan en la catedral metropolitana), fue entronizado como la figura central. Una vez más, Vicente Ramón Guerrero Saldaña fue relegado a un plano secundario. En lo personal, a este personaje siempre lo hemos tenido presente. Nuestra infancia y adolescencia la vivimos, allá en el pueblo, en la calle que lleva su nombre. Aunado a ello, el dia que cumplíamos tres semanas de haber ingresado a la educación primaria, el 25 de septiembre de 1961, ahí nos tienen, al infante de entonces, representando el papel del héroe, mientras nuestro condiscípulo Mario Frausto Puente actuaba el rol de Juan Pedro Guerrero, en aquella escena de ’tu voz es padre para mi sagrada, pero mi patria es primero.’ Hoy, gracias a la gentileza del periodista don José Arroyo Reyes, uno de los sitios en donde aparecen estos escritos es www.guerrerohabla.com . Ante esto, no podíamos dejar pasar el bicentenario de la independencia sin abordar el tema del héroe marginado.
Dado que todos conocemos lo que motivó al criollo oportunista para alzarse como el salvador de la patria, este escribidor, deseoso siempre de subsanar su ignorancia, buscó conocer cuál era la propuesta que Guerrero Saldaña planteaba para la nación. En ese contexto, nos encontramos el manifiesto que, el 1 de abril de 1829, el presentó a la nación y bajo cuyos lineamientos planteaba las directrices de lo que sería el gobierno de quien fuera el segundo presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Vayamos a dar un repaso por el documento en cuestión.
Tras de expresar agradecimientos acordes con su perspectiva religiosa, Guerrero reconocía que, cuando se incorporó al movimiento independentista, jamás imaginó que alguna vez alcanzaría ’por recompensa el sumo honor que las naciones libres dispensan a sus hijos privilegiados.’ Claro que hay otros que piensan a la inversa, pero ese es otro asunto. Posteriormente, señalaba algo que es una verdad que perdura hasta nuestros días, pero que pocos aceptan pues creen que con ellos llega la novedad. Al respecto Guerrero mencionaba que ’de todas las ciencias que han sido objeto de la especulación ó de la curiosidad, ninguna ha adelantado menos que la ciencia de gobierno. Aun aquellos descubrimientos que pasan por verdades no tienen aplicación en un pueblo nuevo que frustra y aun burla los cálculos mas profundos…’ Al respecto podrá quien nos refute y diga que estamos equivocados en nuestra afirmación, pero invitamos a quien así lo estime a realizar un análisis sobre como se gobierna y encontrara que, en esencia, en los asuntos del arte de gobernar muy poco se ha variado a lo largo de la historia para hacerlo se continúan utilizando los conceptos emanados de Sun Tzu, Aristóteles, Maquiavelo y varios más de tiempos lejanos. Pero dejemos estas disgregaciones y retornemos al consumador independentista relegado.
En un acto encomiable, Guerrero reconocía que ’esta ciencia del gobierno lo es de la experiencia y ninguna he adquirido, yo en los campos de batalla donde mi ocupación no por fue otra que procurar el vencimiento de los enemigos… después que ella terminó ha sido mi deber único, obedecer al gobierno, y empleado por él en continuas comisiones me faltó tiempo, el tiempo tan necesario para adelantar en conocimientos, que aseguren el acierto. La nación, sin embargo, me exige el sacrificio de que la gobiernes y como mis obligaciones no han cesado y mis juramentos nada han perdido de la firmeza que una vez quise, darles en las aras de la patria, me resigno ofreciendo lo que puede ofrecer un hombre de honor y de constancia, rectas intenciones y no vacilar, aun cuando los riesgos se multipliquen, o deba exponerse la misma vida.’ Nada de criticable tienen estas palabras, después de todo nadie en aquellos tiempos tenía la experiencia necesaria para considerarse apto de ocupar los altos cargos. Estábamos ante el nacimiento de una nación y todo era prueba y error, el problema es cuando otros, muchísimos años después, asumen que andamos en ese nivel y no reconocen el limite de sus capacidades y para cubrir sus carencias se embarcan en pleitos y vendettas, un asunto sobre el cual Guerrero, con todas las limitantes, que el mismo se reconocía, tenía una perspectiva propia.
Por ello, escribió: ’Lo primero que reclamo de mis amigos es la unión más íntima, más sincera y cordial entre todos los que por su fortuna nacieron en este suelo. En los choques que han ocurrido sobre negocios de política, las pasiones tomaron un carácter violento y se recrudecieron odios que nunca debieron existir. Más de una vez estas diferencias comprometieron la suerte de la República, y la estimaban como perdida…es indispensable destruir las causas del mal que en el orden natural de los acontecimientos pudieran hacerlo inevitable Será conveniente que el calor de las discusiones no produzca un incendio, Y que huyamos de la exageración de principios que constituye a las naciones en ese estado verdaderamente precario,’ Dos siglos después, el llamado vuelve a tomar vigencia cuando dia con dia la incitación al divisionismo es la constante.
Ante ello, Guerrero partía de advertir que sus llamados no estaban basados en considerarse el poseedor de la verdad eterna y mucho menos imponer un pensamiento único, indicaba que ’no se entienda que condeno la existencia de los partidos [políticos], o que es mi ánimo reducir a los mexicanos a una idea y a un solo sentimiento. Hay su modo para todas las cosas, y la razón busca siempre un medio. El calor es necesario para la vida, y el calor en demasía es bastante para destruirla. Odios eternos, no pueden concebirse ni tolerarse entre mexicanos. Los odios de nación á nación podrán a su vez ser conducentes para su felicidad y engrandecimiento; pero los odios entre los individuos de una sola nación, entre los miembros de una grande familia, tarde ó temprano la conducen a su último exterminio. El orden y la paz interior son bienes tan preciosos como la misma existencia de la sociedad, y cuando en ella ha establecido la discordia su funesto imperio, se aproxima de momento en momento a su disolución.’ Vaya palabras, si alguien las hubiera pronunciado en estos días habría sido aporreado en las redes sociales llenándolo de epítetos derogatorios, afortunadamente para el autor fueron escritas en 1829 cuando aun estaba convencido de que era factible lograr la armonía. En ese contexto, afirmaba que ’si logramos, como espero, que la tolerancia, la divina tolerancia, se consigne como un deber público, y que el diverso modo de opinar sobre cuestiones secundarias no sea un título o pretexto de acriminación y aborrecimiento, habremos adelantado mucho a beneficio de la paz y de nuestras liberales instituciones.’ ¿Conocerán algunos estas palabras intemporales? Pero los llamados no se quedaban en aspiraciones a la concordia, también, exponía su perspectiva respecto a la forma de gobierno.
Alejado de cualquier sentimiento centralista o imperialista, Guerrero se vanagloriaba de que desde hacia cuatro años y un poco más, se hubiera optado por una forma de gobierno federalista, mismo que algunos calificaban de imprudente. Sin embargo, el ensayo en proceso daba resultados ’conservando y desenvolviendo muchos de los bienes de que es susceptible en todos los Estados y puntos de la República. El interés de las localidades es el más adecuado para asegurar el interés de los individuos. Como las autoridades se multiplican, las necesidades son más encaminadas y conocidas, en cualquiera parte se encuentra un poder cercano para el bien, y que evita el mal. Las autoridades se encuentran todas las clases del pueblo, y donde quiera que aparezca el talento y la virtud, allí se descubren los verdaderos títulos de superioridad, y los únicos que causan distinción y preferencia.’ En aquellos tiempos, hasta aquel a quien consideraban el menos lucido de nuestros héroes independentistas tenía una perspectiva clara de que la mejor forma de gobierno era el federalismo como el vehículo para conformar una nación en donde los mas talentosos fueran reconocidos y no por ello objeto de persecución, lastima que, algunos a lo largo de la historia no hayan compartido esa perspectiva. Pero retomemos sus palabras.
Orgullosos afirmaba sentir ’un placer inexplicable al considerar los efectos del patriotismo ilustrado aun en medio de los días turbulentos que han precedido. ¡Qué no deberemos esperar cuando la paz pública se consolide! La novedad de las instituciones y la fuerza de los hábitos han opuesto embarazos al completo desenrollo del sistema, y él sin embargo es apetecido porque a los ojos de todos se ha demostrado su utilidad.’ Ello, no le impedía observar la conducta negativa adoptada en otros pueblos en los cuales apareció una ’la estrella maligna que ha guiado á algunos de los héroes de América separándolos de la senda de la libertad, no manifiesta su brillo en estos países en que tantas resistencias se han organizado contra la tiranía y el abuso del poder.’ Eso trataría de que no sucediera en México en donde, ’además de la soberanía colectiva de la nación, existe la soberanía de los estados, y ningún influjo prevalece contra el deseo de conservar una independencia que se perdería al tiempo mismo que la libertad .El sistema federal me es tan caro como la independencia de la nación á que ha dado complemento, y el voto de fidelidad a la patria que hoy he renovado, se dirige muy principalmente á sostener á todo trance las bases fundamentales de la Constitución de 1824.’ Ni duda cabe el hombre nativo del estado que hoy lleva su nombre, estaba convencido de que el absolutismo no era la vía para consolidar lo que entonces era una nación incipiente.
Si bien no negaba su perspectiva religiosa y de reconocer a los sacerdotes que aportaron su esfuerzo, y varios su vida, en pos de lograr la independencia, establecía que respetaría ’la santa religión de Jesucristo que la nación profesa, pero ’condenando a la par [tanto] el fanatismo [como] la incredulidad.
En materia de las relaciones con el exterior, mencionaba que ’la nación está hoy relacionada con varias de las primeras potencias del globo, y en guerra solamente con la obstinada España.’ Recordemos que no fue sino hasta 1836 cuando esa nación reconoció la independencia de la nuestra. Eso, sin embargo, no significaba obstáculo alguno para que don Vicente Ramón estimara como prioritario que ’el nombre mexicano se conozca en todo el mundo por la Liberalidad de los principios que proclamamos, y por religiosidad con que cumplimos nuestros pactos. Amigos en la paz y enemigos en la guerra, nosotros no conocemos las rivalidades que deshonran y destrozan a otros pueblos.’ ¿Alguna duda de que ahí están los fundamentos de la política exterior mexicana que habrían de florecer años después? Pero eso no era todo, enfatizaba que ’las puertas de México estarán abiertas á todas las naciones, y ellas participarán de la riqueza de nuestros mercados mientras la franqueza y la más exacta reciprocidad arregle su conducta, Ni antipatías ni preferencias he de conocer mi gobierno, porque la suerte de un pueblo grande no se somete sin grave riesgo al capricho de afecciones infundadas.’ Nada de temer el intercambio o la participación de otros en las actividades económicas del país, todo podía hacerse bajo un esquema de orden y liderazgo real, algo que seguramente algunos temen por carecer de recursos para relacionarse con los provenientes de otras latitudes.
Bajo ese concepto, advertía ver ’con la mayor complacencia, que los dulces mexicanos admiten a su trato a todos los extranjeros indistintamente; que ellos van cimentando sus relaciones y aún contraen enlaces de familia. Leyes bien calculadas asegurarán la perpetuidad de este comercio social salvando a la industria mexicana de los astutos proyectos del monopolio. El bien para todo, todo el mayor bien para mi patria.’ Nada de encerrarse y satanizar a los foráneos, simplemente saber como relacionarse con ellos bajo el imperio de la ley, algo que para varios es sumamente difícil
Había dos asuntos que le preocupaban sobremanera. Uno era poder armar ’círculo diplomático para que mi administración un se rija tanto en el exterior como en el interior, por datos y no por cálculos, por noticias, no por conjeturas, por el conocimiento de los sucesos más que por el de las teorías.’ El otro estaba relacionado con la importancia que tenía contar con un ejercito preparado y organizado, así como sacar de la decadencia en que se encontraba la marina mexicana. Para poder concretar ambas situaciones era necesario que el erario contara con recursos monetarios suficientes de los cuales se carecía.
Dadas las condiciones de nación en proceso de formación, Guerrero reconocía: ’no tenemos hasta ahora un sistema de hacienda, y las rentas federales no bastan a cubrir las atenciones del estado. Diversos ramos fueron abolidos; la creación de rentas nuevas es delicada y difícil; algunas de las antiguas que existen, tocan en el extremo de la nulidad. No es posible gravar a los pueblos con nuevas contribuciones sin interesarse en el fomento de su riqueza. Es por otro parte necesario que contribuyan. ¿Cuáles serán en este caso doloroso los medios de que se valga el gobierno? Yo llamaré a la vista el estado de los ingresos actuales de la hacienda y de los gastos que se hacen para sostener nuestro rango entre las naciones. De la comparación resultarán las economías, y de las economías El que desaparezca nuestra presente situación aflictiva. Si me viere necesitado á opinar a favor de empréstitos en el extranjero para desestancar nuestras riquezas y salir de los apuros del momento, yo procuraré que sirvan, no solo para consumirse, sino que también pongan en movimiento nuestros recursos naturales. Hoy gravita sobre la nación un número excedente de empleados, y la economía de sueldos inútiles es indispensable que preceda a las aplicaciones de la ciencia económica.’ Ante el reconocimiento de la situación difícil de las finanzas públicas, no planteaba aumentar impuestos a rajatabla, lo cual era una muestra de raciocinio, algo que no siempre existe. Si se tenia que recurrir al crédito externo, los recursos habrían de utilizarse para inversión productiva. Los recortes presupuestarios no habrían de ser realizados en función de las secreciones estomacales, sino basados en la ciencia económica. Vaya, lección para varios del futuro.
En materia de la instrucción de la población, estaba ’convencido de que las luces preparan y hacen triunfar el imperio de las libertades, [por lo que] abriré todas las fuentes de instrucción pública.’ A la par de ello, reconocía que ’para que la nación prospere es preciso repartir sus manos laboriosas en todos los ramos de industria, y particularmente que las manufacturas sean protegidas por prohibiciones sabiamente calculadas. La cantidad de empleos u ocupaciones no disminuirá entonces ni existirán pobres necesarios que no trabajan porque el trabajo se escasea. Cambiaron por una conducta tan imprudente los empleos ya que estaban dedicados los capitales y los brazos en nuestro país, y no pudiendo colocarse de nuevo de una manera provechosa, una gran parte de trabajadores carecen hoy de obra y gimen en la miseria. Oportunamente dirigiré iniciativas al congreso soberano de la unión, para que la libertad favorezca al comercio sin menos cabo de la industria, y para que nuestros brazos no se debiliten en el seno de la ociosidad.’ Es importante destacar la preocupación que Guerrero tenía por resolver los problemas de la población mediante la creación de empleos y no de plantear como alternativa la dadiva, cualquiera que fuera su origen. Identificaba que la reconversión en el empleo no era un acto de magia, pero era necesario dar los pasos necesarios para lograrla y eso pasaba por apoyar al comercio y la industria. Nada de armar un pleito entre el gobierno y el capital, cada uno debería de operar en su esfera de acción. Lo que a continuación planteaba el consumador de la independencia poco alabado es algo para leerse y analizarse con calma. Tal vez Guerrero Saldaña no podría presumir de luces intelectuales altas, pero al citar lo que a continuación reproduciremos, tal cual, daba un ejemplo de que su postura superaba por mucho a otros.
’El poder en mis manos jamás manifestará debilidad, ni cederá a la influencia de partidos opuestos, viviendo para salir del dia sin plan ni seguridad en la marcha. Napoleón Buonaparte, no menos consumado político que diestro general , escribía que cuando los ciudadanos más moderados por sus opiniones , se ven precisados a confesar que el gobierno camina sin timón ; cuando reúne a su nulidad interior el defecto que más hiere el orgullo de un pueblo altivo, a saber: el verse envilecido a los ojos del mundo, la sociedad comienza a resentir cierta desazón interior, el deseo de su conservación la pone en movimiento, y tendiendo la vista sobre sí misma , busca al parecer al hombre ,capaz de empuñar el timón del estado, y de dirigir la nave a puerto de salvamento . Una nación numerosa, en sentir del ilustre prisionero de Santa Elena, tiene siempre dentro de sí misma este genio tutelar; pero hay ocasiones que tarda en presentarse en la escena. No es suficiente que exista; es preciso que sea conocido , es indispensable que se conozca a sí mismo, y hasta que esto se verifica, toda tentativa es vana , todo intento inútil , porque la inercia de la gran masa protege la existencia de un gobierno : que solo lo es en el nombre , y a pesar de su impericia, a pesar de su debilidad, nada son contra él los esfuerzos de todos sus enemigos . Pero indique este ansiado libertador su existencia de cualquiera manera que sea; el instinto nacional le señalará con el dedo; le llamará en socorro suyo, y todo un pueblo saliéndole al encuentro exclamará al parecer: ¡Este es!!!!!!’
Pareciera que este manifiesto del anteayer elaborado por el héroe marginado de las celebraciones bicentenarias, Vicente Ramón Guerrero Saldaña, fue escrito ayer por la mañana. ¿Coincide usted, lector amable, con nuestra perspectiva? vimarisch53@hotmail.com
Añadido (21.39.135) Noventa y ocho años cumplirías este martes 5, doña Estela.
Añadido (21.39.136) Para la foto, lucen muy sonrientes tras prometerse portar bien. ¿Cuánto tiempo tardaran antes de soltar a sus huestes, laptops, tablets y teléfonos en mano, con la instrucción de destazar al rival?
Añadido (21.39.137) Si la dama no quiere exponerse a un desaguisado mayor, muy recomendable sería que, aprovechando ’el mantenimiento,’ dejara en paz su juguetito volador.
Añadido (21.39.138) ¿En verdad creen que hoy la voz de México se escucha con respeto en el concierto internacional? Por favor, ya no hagan caso a las narraciones del siquiatra.
Añadido (21.39.139) Si el litio lo van a manejar como el petróleo, pues ya sabemos lo que sucederá.

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