Postigo
José García Sánchez
El niño aprende desde que nace. Todo su entorno es un aula, para reducirlo a términos oficialistas. Su educación es el mundo.
Así, desde los primeros años el niño aprende con el ejemplo, más que con los consejos o los regaños. Aunque todavía hay padres que utilizan los golpes como medio educativo, cuando en realidad no son más que expresiones de impotencia por no saber educarlos.
Así, desde una perspectiva de enseñanza irrumpe en una realidad compleja de un país que los priístas se llevan el país al abismo, el senador del PRI Arturo Zamora Jiménez, convertido repentinamente en defensor de la infancia, a quienes es evidente, no les gustan las manifestaciones callejeras de inconformidad porque, la gran mayoría de éstas son contra las disposiciones de militantes de su partido, en todos los niveles de gobierno.
La criminalización de la protesta social llega a extremos medievales que sólo a los priístas se les puede ocurrir, y a los otros partidos obedecerá ante la sumisión que doblega el dinero y los presupuestos.
Así, tomando en cuenta que los niños aprenden con el ejemplo, quiere prevenir las marchas del futuro, donde cree que su partido seguirá gobernando y exige a través de la tribuna y en una propuesta para convertirse en ley, que se les prohíba a los padres llevar a los niños a las manifestaciones.
Hay niños con la décima parte de la edad del senador priísta que tienen más conciencia de la realidad que él. Los niños no son adultos chiquitos ni retrasados mentales, como seguramente intentó educar a los suyos.
Así, el Senado de la República analiza una iniciativa de reforma que sanciona la utilización de niñas y niños en bloqueos y motines que pongan en riesgo su integridad, así como establece sanciones de hasta 20 años de prisión a los adultos que fomenten este tipo de acciones.
Pero al señor no se le ocurrió prohibir la entrada de los niños a los estadios de futbol, que igualmente pone en peligro no sólo si integridad física sino mental; a las corridas de toros, a las celebraciones del 15 de septiembre en el zócalo capitalino, o maratones de ciclistas. Porque esos actos corresponden al orden que el PRI se preocupó por imponer y sostener. Son eventos que manipulan que enajenan, que incitan a la violencia y la división social. Esos actos no son malos para los niños. Los actos que deriven de la protesta son nocivos para la infancia mexicana.
No es nocivo que trabajen, sino que apoyen una protesta. No es malo que no vayan a la escuela por falta de recursos sino que griten consignas contra el gobierno al que Zamora pertenece. No es malo que estudien con el estómago vacío por las políticas de hambre de los priístas.
Una manifestación callejera es peligrosa desde el momento en que la represión del gobierno actúa contra los manifestantes, mientras esto no sucede es tan peligroso asistir a una manifestación como caminar por la calle. Entonces que de una vez les prohíba a los niños salir a la calle.
Así, con la visión de que los menores padecen de sus facultades mentales el señor este señala: ’Se deben establecer sanciones ejemplares para quienes se aprovechan de la inocencia de nuestros niños para convertirlos en rehenes de causas políticas ajenas a sus derechos fundamentales, valiéndose de ello para cometer delitos como el motín y los bloqueos a las vías de comunicación’, la sintaxis, desde luego, es de él.
Por si esto fuera poco el boletín emitido compara la participación de los niños en las manifestaciones de inconformidad con el reclutamiento de los menos al crimen organizado y se señala, con toda l mala intención del mundo, pensando que los electores son retrasados mentales: ’En México se tiene la experiencia del reclutamiento de niñas y jóvenes por parte de organizaciones criminales que los utilizan para cometer actos deleznables tales como trasiego de drogas, ejecuciones, secuestros y extorsiones. Sin embargo, el terrorismo y el crimen organizado no son las únicas amenazas para el desarrollo pleno de la niñez. En nuestro país, hemos sido testigos de otras formas de utilización y manipulación de mucha menor intensidad, pero que de igual forma ponen en entredicho los derechos de los niños’.
La inspirtación de Zamora Jiménez aclaró que ’esa iniciativa no tiene un destinatario específico ni busca ningún otro objetivo más que el de garantizar la protección de niñas, niños y adolescentes de situaciones que pudieran implicar un peligro para su integridad física’.
Hay tantos hechos y acciones donde el PRI expone a los niños esto y más que para el senadorcito la prioridad es la protesta social.
Si el papá de un niño mexicano se queda sin trabajo por el outsourcing que aprobó el gobierno federal, ese niño se quedará sin escuela, comerá menos y mal, tendrá tiempo libre para tener otras amistades. Ese niño tiene derecho a protestar, en su casa, en su escuela y en las calles. Pero eso no es dañino, es modernidad y el PRI es un partido moderno con vetustos como Zamora Jiménez como muestra.
