Lectura política
Noé Mondragón Norato
Generalmente, las intercepciones o el espionaje telefónico son maniobras operadas desde el poder. Ningún ciudadano común tiene acceso a esa costosa tecnología que permite rastrear con éxito las llamadas de quién o quiénes, se desea investigar. La puesta en marcha de esa infamante invasión a la privacidad, tiene una intención obvia: exhibir al político al que se quiere desplazar. O dañar su trayectoria en la prospectiva del poder. Ninguna acción —por deplorable que esta sea— es casual cuando se trata de entorpecer aparentes ventajas. Y de conservar y asegurar parcelas de poder. Hay que ir al asunto.
RUPTURAS ESTRATÉGICAS. – Inicialmente, el candidato de la alianza PRI-PRD a gobernador, Mario Moreno Arcos, se aceleró: el 8 de julio pasado, apresuró el paso en una sola dirección: propuso que la dirigencia estatal del PRI debía renovarse. O dicho partido seguiría acumulando derrotas. Pero fue frenado de inmediato por Héctor Apreza, el alfil político del gobernador Héctor Astudillo y eterno diputado local plurinominal. Y por el propio mandatario estatal: ’seré gobernador hasta el 14 de octubre’, sentenció. De ahí se abre lo demás: 1.- Ese mismo día, Moreno Arcos realizó un balance efímero de la elección del pasado 6 de junio: ’hubo ’mano negra’ dentro y fuera del partido y traiciones, porque hubo quienes participaron poco y otros de plano, no participaron en la campaña.’ La dedicatoria llevaba destinatarios precisos que eludió nombrar. Pero que evidentemente, lo traicionaron. Comenzando por el propio gobernador, el senador Manuel Añorve y hasta el ex gobernador Ángel Aguirre. En ese contexto, Mario buscaba sobrevivencia política ante los escenarios de desastre en su contra. Pero lo detuvieron en seco. 2.- A la par de la circulación en redes sociales del video en que el senador priista Manuel Añorve despotrica contra el gobernador, destacando la desatención que le mostró y que, con eso, ’se acabó la etapa de la amistad’; circuló también el pasado viernes una fotografía en la que se observa a Mario Moreno con el gobernador Héctor Astudillo en Casa Guerrero. Desde un día antes —el jueves—, el video de Añorve ya estaba en redes. ¿Por qué razón y si ya sabía de la circulación de ese video, el mandatario estatal citó a Mario Moreno un día después? La respuesta puede ser también, muy elocuente: Astudillo, en la recta final de su mandato, decidió cobijar a Mario Moreno y romper con Añorve, por una razón asociada justamente, a la prospectiva del poder: el senador tricolor ya no era rentable para sus proyectos de poder. 3.- El grupo político de Manuel Añorve, estaría buscando el control político de la dirigencia estatal del PRI, que se encargará de operar las designaciones de candidatos en la elección presidencial de 2024. Su ’carta fuerte’ es el candidato perdedor a la alcaldía de Acapulco, Ricardo Taja Ramírez. E incluso, su esposa Julieta Fernández Márquez, quien este lunes rendirá protesta como diputada local plurinominal. Y Astudillo entendió la maniobra: de ceder ese espacio al añorvismo, su hijo Ricardo Astudillo Calvo —quien también tomará protesta como diputado local—, peligra en su próxima parada de poder. Es decir, Añorve aspiraría a quedarse con la alcaldía de Acapulco. Y la mayoría de las diputaciones locales del puerto. Y no solo eso: también acabar con los reductos de poder y zonas de influencia de Mario Moreno, en la región centro. Pero, sobre todo, cerrarle el paso al propio Héctor Astudillo, en su probable pretensión de disputar la diputación federal por el distrito siete en la próxima elección, una curul que le hace falta a su expediente político. Manuel Añorve operaría hipotéticamente, además, su propia reelección como senador. Para quedar perfilado como aspirante a gobernador en la elección intermedia de gobernador de 2027. Sin presiones y con un PRI literalmente, descabezado, esos planes cuajarían. Por eso, el mensaje es diáfano: Mario Moreno estaría arribando en breve y ahora sí con el aval político de Astudillo, como dirigente estatal del PRI. Y si no, al tiempo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…La pestilente cloaca que se destapó en la comuna de Acapulco, doblegó y casi tiró al suelo a la alcaldesa morenista, Adela Román Ocampo. Con todas las revelaciones sobre desvíos millonarios de recursos, trasciende que a la edil ya se le cayó su pretensión —cedida por Félix Salgado y su hija Evelyn—, para ser nombrada como magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) en el próximo gobierno estatal. Sus acciones la estarían arrinconando. Y el mensaje en este sentido, sería pésimo.
