Texcoco de Mora.- De los grandiosos lugares con los que cuenta el municipio para visitar en este periodo vacacional, y que puedes disfrutar junto con tu familia, es el Parque Nacional Molino de Flores.
Sin duda, un lugar mágico, místico y misterioso, donde puedes regresar al México antiguo mientras admiras el pasado que nos da alma, vida y razón de ser... historia.
La realidad es que cuando caminas en las ruinas de esta hacienda se percibe que el tiempo se detiene, paredes antiguas que se desdibujan y adobes contraídos por el tiempo como si Don Antonio Urrutia de Vergara, quien le regaló la hacienda a su yerno Antonio Flores de Valdés por casarse con su hija, siguiera ahí tratando de mantener lo poco que queda en pie de ese conglomerado de edificios llenos de recuerdos.
Actualmente, es un parque recreativo para chicos y grandes; un lugar en donde puedes degustar platillos tradicionales de la zona, acompañado de pulque y dulces tradicionales; además de aprender un poco más con sus exposiciones y montajes de objetos viejos, pero que le caracterizan como el sitio donde el tiempo se convierte en dialéctico.
Conforme te adentras y conoces lo que queda de este lugar, puedes visitar el aviario, adquirir productos naturales que las hierberas ofrecen o incluso tomarte una fotografía del recuerdo ambientada con ropa de la época; sin duda, el mejor recuerdo que puedes llevarte a casa.
Todo lo que rodea a este emblemático sitio lo hace especial, también podrás recorrer la capilla del Señor de la Presa, construida sobre la misma roca y donde, según la tradición, ocurrió una aparición milagrosa.
Las esquirlas del pasado están al paso. Molino de Flores es más que un paseo bonito... es el umbral de otra dimensión, de aquella donde te reencuentras con fantasmas aleccionadores.