LA BELLA Y LA BESTIA

NADA PERSONAL

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Seguridad
Febrero 13, 2020 13:17 hrs.
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Kenia Guzmán Pérez › codice21.com.mx

Cuando vi la imagen del cuerpo desgarrado tirado en el piso, (por respeto no la voy a comentar), quedé traumatizada que casi no pude dormir esa noche. Me imaginé tantas cosas que se me fue el sueño. Tuve una pesadilla horrible. Pero cuando lo razoné, lo más próximo que logré fue remitirme a los feminicidios que dicen, llegó a cometer Jack El Destripador.

Según la historia, este asesino serial asesinaba a mujeres prostitutas por el cuello, les sacaba las vísceras y les mutilaba de sus genitales. A este feminicida inglés, desafortunadamente, nunca lograron atrapar porque emigró de su país a otros y burló la ley mil veces.

INGRID

No cabe duda que era bella. Ingrid Escamilla era muy bella. Era una mujer en la flor de su belleza. Todos comentan: ¿Qué hacía una mujer tan bonita y joven, con un hombre tan feo y viejo, que le doblaba la edad? Todos juzgan a priori. Pero no van al fondo. La joven fue víctima, igual que muchas, del sistema patriarcal, del machismo, de la pobreza, de la necesidad, de la dependencia económica, de la indiferencia, de la ignorancia, del valemadrismo mexicano, de tantas cosas. No sólo de una persona enferma, como quieren hacer creer las autoridades. Todo se conjuga aquí. Y así ha venido pasando en los últimos años. Los feminicidios contra mujeres en México cada vez son más crueles y sádicos.

Cada día que abro mi cuenta de Facebook personal me encuentro con noticias terribles que cuentan de mujeres asesinadas por sus esposos, parejas, novios o amantes, asesinadas de la peor saña: mujeres embarazadas asesinadas, descuartizadas, apuñaladas, quemadas, acribilladas a balazos delante de sus hijos. ¡Que no lo puedo creer!. Y veo a esos hombres agresores cínicos, que no se arrepienten. Que se burlan. Que buscan la manera de justificarse. Y esa sociedad de hombres y mujeres machistas que los defienden y no alcanzan a comprender el daño que hacen hasta que les toca.

Leo los antecedentes de Ingrid y su asesino, y pienso en la historia que debieron haber vivido: Una vida llena de violencia, discusiones, celos, depresiones, coraje, impotencias, agresiones, golpes, insultos, que no me caben en la cabeza.

En el cuento de hadas de La Bella y La Bestia, y por eso la titulé así, ella era una joven hermosa que se sacrificó a vivir con un hombre malo convertido en una bestia por una maldición, pero él nunca hizo daño a la Bella, a pesar de su poder y su fuerza, porque la amaba. Y muy por el contrario, la protegía. Ese es un verdadero amor, creo yo. No me quiero meter más allá y lo que comenten es muy respetable.

Pero en este caso es algo muy distinto, era un hombre ’normal’ pero que en su interior vivía una gran bestia sanguinaria, quien no dudó en hacerle daño al llegar a un límite. Que terrible episodio.

Hace dos años, en Taxco, Guerrero; vivimos un episodio similar al conocer el crimen de un esposo contra su mujer, una joven nutrióloga a quien destazó y cocinó en barbacoa. Es la hora que no han atrapado a ese sádico feminicida, quien sabe porqué, porque no creo que viva bajo de una piedra, y solamente está presa la suegra de la joven asesinada, pagando el crimen de su hijo. Eso no es lo correcto. El que debe la vida es el que la mató y no su madre, que se está haciendo la víctima.

Con esto quiero decirles que nunca debemos permitir la violencia de un hombre hacia una mujer. Sea el padre, el hermano, el hijo, el novio, el esposo o el amante. No. Mujeres nadie nos debe hacer daño. Tenemos derecho a vivir una vida libre de violencia y si te sientes violentada, busca ayuda. Hay gente que te puede ayudar. No soportes golpes, humillaciones, ni violencia que te hacen daño. Acude a las autoridades y exige tu derecho de ser escuchada. Y sino aquí estamos para servirte!

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