UNO. A los faraones del antiguo Egipto nunca se les juzgó por sus grandes construcciones ni sus enormes tumbas, además de que ya estaban muertos y les daba lo mismo. Pero ¿cómo podemos juzgar a un gobierno en activo que realiza obras que no son necesarias ni urgentes, que gasta miles de millones de dólares en obras suntuosas y que no favorecen al grueso de la población, la cual se encuentra en extrema pobreza o casi?
Ese sería la situación del gobierno del que dice que nos gobierna y el caso del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), el cual desde hace dos sexenio, cuando Vicente Fox intentó su construcción y era gobernador del estado de México Peña Nieto, siempre ha sido cuestionado y satanizado por los pueblos de la zona oriente, por los vecinos de Texcoco y por muchos especialistas que ven en esta obra un despilfarro, un daño terrible a zona lacustre que, hasta hace unos meses, era Reserva Ecológica y, sencillamente, una obra faraónica en un país de una inmensa mayoría de pobres.
Debemos de decir que no tenemos ninguna confianza en que este tipo de construcciones beneficien al grueso de la población o que signifiquen una derrama económica para la zona. Lo cierto es que sin obras no hay sobras, y ésta en medio de la corrupción que rodea al gobierno actual, debe de ser considerada de esa manera, tácitamente.
Obvio que ignora el que dice que nos gobierna y sus asesores que hubo un ambicioso plan llamado Proyecto Lago de Texcoco, animado por el ingeniero Gerardo Cruickhank hace aproximadamente 25 años, el cual consideraba como punto fundamental crear una gran cuenca hidrológica y una reserva ecológica en esa zona, agrandar la zona lacustre y hacerla incluso recreativa, con lanchas, barcos de pequeño calado y hasta playas.
Este ambicioso proyecto fue determinante para que el Distrito Federal dejara de sufrir las terribles tolvaneras, sobre todo en estas épocas del año, causada por la desecación de los lagos y la deforestación de la zona. Éste, según el proyecto, sería un gran pulmón verde para la ciudad de México y frenaría la contaminación causada, sobre todo por las industrias -y diríamos que también por los aviones, los cuales contaminan más que los autos-.
Pero eso no es importante para quien dice que nos gobierna, no respetan nada, mucho menos a la fauna y flora del lugar -cientos de patos, garzas y otras aves que cada año llegan a pasar el invierno en esas partes-, ni mucho menos a los pobladores de la zona ribereña de lo que antes era un lago y ahora es una magna construcción faraónica que va en contraste con lo que es la estatura moral de quien dice que nos gobierna y ese Poder Ejecutivo que se sigue haciendo chiquito gracias a los disloques de su titular.
Por lo pronto la tranquilidad de esta zona del oriente de la ciudad de México, Texcoco y sus alrededores, ya ha sido alterada con camiones materialista ruidosos, contaminación producida por sus automotores, problemas de tránsito, accidentes y demás cuestiones y parafernalias que produce una obra que nunca presentó un estudio de impacto ecológico y que afectará a la Universidad Autónoma Chapingo, entre otras tantas escuelas que están a sus alrededores. Ya el Rector de la UACH hizo un posicionamiento al respecto, pero las autoridades ni nos ven, ni nos oyen y ni entienden el sentir de la población afectada.
El secretario de la SCT habla de que habrá un gran impacto social, la creación de fuentes de empleo, pero no señala la degradación de la vida social, del modo de vida de estas comunidades ferozmente agraviadas con esta faraónica construcción y, claro y de nuevo, el rompimiento del tejido social: donde hay mucha gente y movimiento invariablemente llega la delincuencia, la cual, por lo demás está desatada y por lo visto no hay ni a nivel municipal, estatal o federal quién la pare.
DOS. Y ahora resulta que el león cree que todos son de su condición; y el que dice que nos gobierna suelta de su ronco pecho un anatema -¿sabrá lo que es eso?- condenatorio y se solaza: todos los mexicanos -señala- somos corruptos y nadie puede lanzar la primera piedra.
Como por lo visto no leyó bien la "Biblia" y como no entiende que no entiende, confunde cosas y situaciones -la adultera no aparece ahí aunque sí las piedras- pero lo que sí es muy claro es que, según su muy pobre conocimiento del libro sagrado y su entender, todos los mexicanos somos corruptos, menos los que tienen casitas blancas mal habidas y otros tantos beneficios que se logran de dar a sus amigos contratistas chambas, chambitas y chambotas.
A él que se le acusa de tramposo -ah esa tesis como pesa- y corrupto, además de apoyar de todo corazón por lo visto a otros tramposos como Alfredo Castillo -con larga cola que le pisen- y a Tomás Zerón -pieza clave en la versión de la "Verdad Histórica" del ex procurador y fabulador Murillo Karam-, quien comenzó con una campaña moralina anticorrupción, ahora le da por darse golpes en el pecho y predicar en el desierto de su propio lodo, donde está profundamente embarrado: cada día se sabe una tontería más de su familia o de él -ahora ya llamado el "Presidente Viajero", quitándole el título a Adolfo López Mateos, porque no pierde oportunidad para salir del país y disfrutar de su nuevo juguetito aéreo-.
¿Tú le crees a Peña Nieto? Yo no, definitivamente. No tiene absolutamente ninguna autoridad moral para hablar en contra de la corrupción, ni mucho menos de señalar a los demás como corruptos y a él y su gabinete como impolutos. Ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el suyo.
TRES. Mientras tanto, nos distraen con muchos actos posibles de utilería como los dos departamentitos de López Obrador; con las amenazas a dos esforzados periodistas de "Milenio" -Héctor de Mauleón y Rafael Pérez Gay-; con la mano dura del PRI contra el aún gobernador de Veracruz -no tienen idea de cómo anda de espantado Duarte porque lo van a expulsar del partidote, es como si a mi me dijeran que me expulsan del catecismo-; y los bailes de Tomás Boy, entre otras tantas cuestiones que son parte del circo que nos ofrecen, gratis, para que no notemos y no veamos con claridad y críticamente cómo el peso se pierde, cae y cae, y este gobierno es un desastre en todas sus áreas, empezando por el que dice que nos gobierna. Uf, ni para dónde hacerse.
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Arturo Trejo
* Profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo y miembro del IISEHMER de la misma institución. Sus más recientes títulos publicados son: Donde la piel canta (poemas, Antología, 2011), Coyotes sin corazón (cuentos, Antología, 2011), Sombras de las letras (ensayos, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2012. 136 pp.) El tren de la ausencia (cuentos, antología, Cofradía de Coyotes, 2012), Perros melancólicos (cuentos policiacos, antología, Cofradía de Coyotes, 2012), Árbol afuera (poemas, antología, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2013. 124 pp.), Amar es perder la piel (Ed. Molino de Letras-UACH, México, 2013. 194 pp.), Lámpara sin luz (novela, Fondo Editorial Mexiquense, México, 2013. 267 pp.), Árbol afuera (poemas, antología, Cofradía de Coyotes, México, 2013. 108 pp), Abrevadero de Dinosaurios (antología de minicuentos, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2014. 110 pp.), Cartas marcadas (antología, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2014. 112 pp) y De Neza York a Nueva York. From Neza York to New York. Una antología de poesía de la Ciudad de México y la Ciudad de Nueva York. A bilingual anthology of the poetry of Mexico City and New York City (antología, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2015. 220 pp). Y colaborador asiduo de todotexcoco.com.
