Postigo
José García Sánchez
Resulta difícil saber cuánto tiempo durará el distanciamiento entre la comunidad judía en México y la postura del gobierno de Israel.
Esta vez los negocios hablaron, el dinero se impuso sobre la versión racista de Trump, secundada por quien ha tenido disposiciones contra la población palestina que supera con mucho las realizadas por Hitler y sus seguidores durante la segunda Guerra mundial.
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, aprovechó este efímero distanciamiento entre la comunidad y Benjamin Netanyahu, quien afirmó: ’El presidente Trump está en lo correcto. Yo construí un muro en la frontera sur de Israel. Paró toda la inmigración ilegal. Gran éxito. Gran idea’.
"No coincidimos con el Primer Ministro en este punto de vista y rechazamos contundentemente su postura" indicó un comunicado, firmado por Moises Romano, presidente del Comité.
A Netanyahu le urgía crear empatías con Trump, surgidos de la barbarie de su estirpe depredadora, se fijaron posturas en medio de un gobierno estadounidense que si bien inicia, no dice nada nuevo.
Su odio por los latinos, su alianza con Israel, su amenaza de exterminio, las cuales cumpla o no el Congreso del vecino país por iniciativa de Trump no modifica sustancialmente la política de la Casa Blanca hacia a México.
Pero el gran beneficiario de esta postura bravucona del hombrecillo tras el micrófono, es el gobierno de México ante quien convocan a cohesionarse a los mexicanos, pero cómo apoyar a un gobierno que no existe.
Trump dijo desde que vio llegar a Guajardo y a Videgaray a su país, que si peña Nieto no asistía a la Casa Blanca a declarar que nuestro país financiará la construcción del muro, mejor que ni fuera. Y fue lo que hizo el mandatario mexicano. No se debió a una decisión personal sino la única alternativa colocada en la mesa sin mayor posibilidad de diálogo por el hombre de los medios en Estados Unidos.
No platicar con Trump no fue una decisión propia de Peña Nieto, fue simplemente asumir la advertencia de un empresario exótico que por accidentes de la deficiente democracia estadounidense se convirtió en presidente.
Aquí es más peligrosa para el mundo y para México la alianza entre Natanyahu y Trump que la propia construcción del muro, porque le muro puede y podrá sortearse por los indocumentados; sin embargo, con la influencia del líder judío en Trump, que es un hombre sin criterios propios, corren peligro hasta los estadounidenses, que no querrán vivir en el estado de zozobra que viven los israelíes en cualquier parte de lo que aseguran es su territorio y del cual se adueñaron por la fuerza y contra la legalidad.
Netanyahu, asesinó a más de 610 niños en 50 días de invasión en sus hogares, el año pasado, sus escuelas y los lugares de exilio de la ONU y se atrevió con ironía a discursar ’a los terroristas, en todas partes dejen el uso de los niños como escudos humanos’. Porque Natanyahu y Trump son lo mismo, quieren el exterminio del enemigo, no se conforman con mantenerlo aislado y derrotado en su propio territorio, sino que luego del muro sigue el exterminio, de tal suerte que el muro sólo sería un punto de referencia donde Trump, de seguir los pasos de Netanyahu, asesinaría en su territorio a niños mexicanos, desarmaría a la policía, prohibiría la instrucción universitaria de los jóvenes mexicanos y crearía un ambiente de terror en caso de no seguir los lineamientos el ejército invasor, q ue es lo que hace exactamente Israel con el pueblo de Palestina en territorio árabe.
La resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas, votada el 29 de noviembre de 1947, recomienda la partición de Palestina en un Estado judío, un Estado árabe y una zona bajo régimen internacional particular.
Sin embargo, la política genocida israelí practica la tortura, el encarcelamiento y la muerte de menores de edad, mujeres, ancianos y adultos palestinos para crear un clima de terror en las calles de Palestina diariamente las 24 horas.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México manifestó al gobierno de Israel su ’profunda extrañeza, rechazo y decepción’ por la postura del primer ministro Netanyahu, respeto a la construcción de un muro fronterizo’.
México es amigo de Israel, y debe ser tratado como tal por su primer ministro’, destacó la SRE en un comunicado, eso es verdad, la sumisión de los gobiernos de México no sólo ante la comunidad judía sino ante el invasor estado de Israel debe cambiar, la justificación para esta decisión la puso el propio Netanyahu sobre la mesa.
