Las “ignorantas”

Carlos Ravelo Galindo

En las Nubes

Las “ignorantas”

Las  “ignorantas”
Política
Julio 24, 2014 12:51 hrs.
Política Nacional › México Ciudad de México
Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

La Tierra no pertenece al hombre, es el hombre quien pertenece a la Tierra. Así de sencillo. “Como no es lo mismo tener un cargo público, que ser una carga pública”. Con este “cacho” de cultura, la profesora Claudia Marina ha ganado el aplauso. Nos ha dado alegría, nos recordó el sentido de las palabras, justo cuando creíamos que estaba todo perdido. Recordamos con ella nuestros estudios. Aquellos, en donde sí se aprendía. Esta reflexión, que nosotros compartimos, escrita por esta profesora de un instituto público, de Chalma, México, tiene al final acertadísima y lapidaria frase, con la que nosotros entrecomillamos al inicio del comentario: Las “ignorantas”, en femenino. Ella, la maestra “Chápis”, como le dicen con afecto sus pupilos, asevera que “Yo no soy víctima de la Ley Nacional de Educación. He tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la propaganda política. En jardín (así se llamaba entonces lo que hoy es "educación infantil"), mire usted empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente: la A de "araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña". Luego, cuando eras un poco mayor, llegaba "Semillitas", un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en el Semillitas, no tenía que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos. En Primaria se enseñaba Lengua, Matemáticas, Ciencias. No teníamos Educación Física. En 6º de Primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de acentos, te bajaban y bien bajada la nota. En Bachillerato, estudié Historia de España. Latín, Literatura y Filosofía. Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique; a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda...Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura. Pero, vayamos con la Gramática: En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar es "atacante"; el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir, "existente". ¿Cuál es el del verbo ser? Es "ente", que significa "el que tiene identidad", en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación "ente". Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta", independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción. De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice "estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no "independienta"; "paciente", no “pacienta"; "dirigente", no dirigenta"; "residente", no "residenta”. Y ahora, la pregunta: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española? Creemos que por las dos razones. Es más, creemos que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones imaginativos los hace más ignaros (a ellos y a sus seguidores, les propongo que pasen el mensaje a sus amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes -no "ignorantas semovientas"-, aunque ocupen carteras ministeriales).
Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto. Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto. Claro que fue una lección, creemos, para los que incurren en la torpeza, los yerros, la pifia, los desatinos, pero sobre todo en el descuido. Ah y la falta gramatical, tan simple. Claro, si te empeñas en el estudio de ella, en ella y con ella. Es lo más fácil. No lo crees.
craveloygalindo@yahoo.com.mx

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