CIUDAD DE MÉXICO, (Al Momento Noticias).- El círculo se estrecha cada vez más en torno a Servando Gómez Martínez, “El Profe” o “La Tuta”; en una cueva de la sierra michoacana, lugar de su más reciente escapatoria, se encontró un comal y víveres.

Fue cuestión de minutos, estima la policía, que el capo volvió a huir, pero cada día sus captores están más cerca y consideran que en breve será detenido.

De acuerdo con reportes de inteligencia de la Subprocuraduría Especial de Investigaciones en Delincuencia Organizada (SEIDO), a Gómez Martínez se le ha visto huir a la sierra, en Tancítaro, y ocultarse en cuevas, donde ni siquiera hay señal para teléfono celular.

Esta última vez, tras una caminata de más de ocho horas, agentes ministerales de la PGJEM y miembros de los grupos de autodefensa, ahora convertidos en Fuerzas Rurales, llegaron hasta una cueva ubicada en la zona conocida como La Punta, en la parte alta de la sierra de Tancítaro, en Michoacán.

Los informes con los que contaba la policía era que en ese mismo sitio, se había escondido Nazario Moreno González, “El Chayo”, antes de que fuera abatido por miembros de las Fuerzas Armadas en el mes de marzo de este año y ese mismo escondrijo había sido utilizado por “La Tuta”.

Según la investigación, “El Chayo” y “La Tuta” conocían el lugar, pues los dos se habían ocultado ahí e incluso abandonaron en la cueva un par de cadáveres.

Cuando los investigadores arribaron al escondite, vieron que la entrada medía menos de un metro de altura por lo que para poder ingresar tuvieron que agacharse y entrar en cuclillas. Una vez en el interior la entrada se enchanchó y pudieron ponerse de pie sin problema.

En el escondrijo, al que no hay forma de que llegue algún vehículo y los teléfonos celulares no funcionan, ni tampoco los radios de comunicación de la policía, al que sólo es posible llegar a pie, había una cajita de sal, La Fina, una botella de plástico casi llena con aceite de maíz, un comal acomodado sobre maderos, que sirvieron como base para una fogata y un par de latas de atún sin abrir.

El paquete de sal abierto, la botella con aceite tirada encima de una piedra y el comal acomodado sobre los restos de una fogata, así un plato de plástico, un vaso de unicel y algunos pedazos de papel higiénico eran muestras evidentes de que habían preparado algo en ese lugar horas antes.

También había un par de osamentas semienterradas y envueltas en costales de yute. Una de ellas llevaba puesta una bota similar a las que usa la policía y junto a los restos se observó una gorra negra con las siglas de la PGJM y bordada con la leyenda: “1er Comandante”.

Además se encontraron varias de las calcomanías que la procuraduría estatal utiliza para sellar las puertas de autos o inmuebles asegurados.


De “La Tuta”, nacido hace 48 años, en 1966 en el municipio de Arteaga, no se encontró ningún otro rastro, pero los federales, militares y marinos que le siguen los pasos, están seguros que sólo cambió de escondrijo en la misma zona, dado lo inaccesible del terreno que el capo conoce a la perfección.


La zona escarpada y lo agreste del terreno, hacen la guarida perfecta para Servando Gómez, pero las Fuerzas Armadas ya preparan un grupo especial, con rastreadores y guías de los municipios de Lázaro Cárdenas y Tumbiscatío, que conocen el terreno y colaboran con la policía.

De esa manera, el cerco se estrecha más y más en derredor del maestro venido a capo, que en este momento es el principal objetivo de las autoridades y a quien de nada le sirven los millones obtenidos ilícitamente y tiene que huir como una fiera acorralada y refugiarse precisamente en guaridas donde viven solamente animales salvajes.

Servando Gómez Martínez, es el último líder de “Los Caballeros Templarios” ya que Nazario Moreno, quien fue dado por muerto por el gobierno de Felipe Calderón en 2010, fue realmente abatido por fuerzas federales el pasado 9 de marzo, al igual que Enrique Plancarte Solís, “El Kike”, tan sólo un mes y antes, el 27 de enero, quien era el tercero del grupo, Dionisio Loya Plancarte, “El Tío”, fue detenido por la policía.

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