El DEEFE, una ciudad insegura

Jorge Herrera Valenzuela

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El DEEFE, una ciudad insegura

El DEEFE, una ciudad insegura
Política
Agosto 19, 2014 19:44 hrs.
Política Nacional › México Ciudad de México
Jorge Herrera Valenzuela › diarioalmomento.com

Pese a todas las declaraciones que hacen diariamente tres funcionarios de Gobierno del Distrito Federal, la Ciudad de México en este 2014 no puede presumir de ser segura ni de estar exenta de la violencia delincuencial. La gente simplemente no confía en la policía uniformada y vive temerosa de los agentes judiciales; no acude a las agencias del Ministerio Público porque el mal trato, la desatención y la corrupción reinan en esas oficinas donde todos los hombres son “licenciados” y las mujeres son “señoritas”.

Aunque usted no lo crea, los delincuentes que operan en las colonias tienen perfectamente estudiado el terreno y conocen los horarios en que los policías azules, preventivos o como usted quiera llamarlos, cubren sus turnos “de vigilancia”. Por supuesto los hay de a pie, otros que usan como veloz vehículo la bicicleta y otros se distinguen por el ruido de las motocicletas que tripulan. Los patrulleros son ampliamente conocidos por el escándalo que hacen con sus sirenas para llamar a los policías que dócilmente entregan su libreta y así “pasan lista”. Sin desconocer que cuando un policía actúa en defensa de los ciudadanos o de su vida, termina en prisión y bajo proceso penal.

En las céntricas calles, en el Zócalo, en las avenidas Juárez y Reforma, en el Eje Central Lázaro Cárdenas, ciertamente hay hasta policías bilingües, pero nada garantiza seguridad para los viandantes. Tenemos buen número de visitantes nacionales y también el turismo norteamericano junto con el europeo que recorre nuestro Céntrico Histórico, bajo la advertencia, desde que salen de sus lugares de origen, para que tomen las medidas y no ser sorprendidos por audaces sujetos o por los rateros.

Un aspecto importante que descuidan tanto las autoridades que encabeza el doctor en Derecho Miguel Ángel Mancera Espinoza, en su calidad de jefe de Gobierno, como también los dueños y directores de los bancos, son los cajeros. Ahí diariamente son cometidos los asaltos, en especial en las primeras horas de la mañana y después de las nueve de la noche. No hay vigilancia alguna. La autoridad (entiéndase gobierno capitalino) se deslinda porque, afirma, quien debe mantener la vigilancia, las 24 horas del día, es la institución bancaria y de ahí salta la pelota para donde usted quiera. No hay vigilancia y punto.

Los tres funcionarios que gustan de aparecer en las pantallas de televisión, un día sí y otro también, son: en primerísimo lugar, Mancera Espinoza con la pretensión de que “las izquierdas” lo postulen para Presidente de la República y a través de sus apariciones la gente lo conozca a nivel nacional. El segundo, por el cargo que ocupa, es Rodolfo Ríos Garza; es procurador de justicia y no deja actuar a su jefe de prensa o director de comunicación social, todo lo informa a su manera y ya los televidentes prefieren cambiar el canal. Jesús Rodríguez Almeida, que tuvo una probadita de ser procurador de justicia y hoy cobra como secretario de Seguridad Pública, no se queda rezagado en hacer acto de presencia frente a los camarógrafos de la tele. Según los tres funcionarios, en la Ciudad de México hay total seguridad, no hay violencia y los narcotraficantes aún no operan en esta bella capital.

Con frecuencia nos enteramos, por los noticieros radiofónicos, de que los narcomenudistas están cerca de las puertas de escuelas públicas y privadas; también sabemos de los operativos que realizan, en las Delegaciones Políticas, las diferentes policías y encuentran droga. No es posible tapar el sol con un dedo, máxime que pocas son las ciudades en el país que están al margen de estos grupos delincuenciales. La ejecución de “operativos rastrillo” no es para prevenir delincuencia, es para cometer atracos y abusos de autoridad como lo demuestra el hecho de que detuvieron a 814 personas y las presentaron ante un juez cívico, quien impone multas a diestra y siniestra; otras 106 víctimas del “operativo” quedaron a disposición del Ministerio Público, ¿cuántas efectivamente cometieron un delito y se le consignó?, solamente Rodríguez Almeida lo sabe.

PREGUNTA PARA MEDITAR:

¿Por qué no hay una política definida y se establece vigilancia policíaca durante las 24 horas del día, en turnos de ocho horas, en todas las colonias?


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