El rompimiento o alteración del statu quo en una sociedad, siempre provoca cambios en su comportamiento, reacciones en su actuar colectivo y desazón interna en cada individuo… pero cuando se trata de una comunidad pequeña y los afectados son adolescentes, el resultado pude ser desastroso.

‘Nada’, de la danesa Janne Teller, es un libro que lleva al lector a replantearse el sentido de la vida a través de una fábula en que la miseria filosófica de la existencia humana se manifiesta de la manera más descarnada, pero a la vez honesta, a través de Pierre Anthon, un adolescente que decide abandonar la escuela cuando descubre que nada importa en la vida.

Sus dudas existenciales lo llevan a reflexiones desmoralizadoras para llegar a la conclusión de que no merece la pena hacer nada, así que se encarama en un ciruelo y se dedica a filosofar al paso de sus compañeros de clase, quienes se sienten desconcertados ante la crudeza de los conceptos que les plantea Anthon, los cuales les hacen dudar de los paradigmas que daban como ciertos hasta ese momento.

Para esos púberes esta situación resulta incómoda y con el paso de los días se vuelve intolerable, hasta el punto que el grupo intenta descubrir la manera de convencer a Pierre que cambie de opinión y baje del árbol.

Así, empeñados en demostrarle a su condiscípulo que la vida tiene sentido, esta veintena de chicos de entre 13 y 14 años emprende un juego de pruebas y sacrificios para apilar un montón de cosas que signifiquen mucho para ellos -y mostrárselas a Pierre Anthon, a fin de que se dé cuenta de la existencia de cosas que sí importan por las cuales merece la pena hacer algo en la vida-, sin embargo esta decisión les irá precipitando en una espiral demoledora.

Como ninguno de ellos tiene una idea precisa de qué tipo de aportaciones deben hacer, se les ocurre plantear la colecta de la manera más simple, cada miembro del grupo pedirá al siguiente algo de valor, importante, significativo; es cuando la barbarie se incorpora al juego.

En esta narración -que no novela- los personajes de Teller resultan bastante huecos, a veces hasta acartonados, y la secuencia de los hechos es inverosímil en la mayor parte del relato, cuyo valor literario es escaso, pero ‘Nada’ (Editorial Seix Barral, colección Biblioteca furtiva, 154 páginas, primera edición en México: marzo de 2011) consigue despertar en el lector una actitud meditativa ante la violencia y la intolerancia.

Se trata de un libro intenso que plantea interesantes dilemas psicológicos y existenciales sobre el sentido de la vida, aunque también subyacen asuntos como el origen de los dogmatismos y el odio que puede surgir en un grupo cuando la forma de pensar de alguno choca con la de otro.

Los hechos que va narrando la autora, a través de la voz inocente de Agnes, dan cuenta de la crueldad de que puede ser capaz el ser humano, de la venganza, de la ausencia de moralidad de estos jóvenes, que pasan por encima de los valores o principios que les fueron inculcados desde pequeños, hasta transformarse en seres duros y fríos con las miserias, vergüenzas, envidias y codicias de los adultos.

Teller expone que las criaturas son potencialmente explosivas, desde su más tierna edad, no tanto como individuos, sino como miembros de la tribu; revela el poder del grupo sobre la voluntad individual, hasta el punto de eclipsar esta.

Y cuando los chicos se obstinan en oponer el todo a la nada de Pierre Anthon, se manifiesta el sinsentido que algunas veces puede provocar la exagerada búsqueda de sentido, la cual conduce a la pérdida de la razón, al odio colectivo y hasta a la muerte cuando se despierta esa parte obscura que existe en el interior de cada personaje ante la incógnita planteada: ¿cuál es el significado?

En ‘Nada’, la autora hace un planteamiento esquemático propio de esa llamada ‘novela de ideas’, concebida por Voltaire, en la que los personajes encarnan actitudes y la acción sirve de cauce para un proceso inteligente que saca a la luz cuestiones filosóficas trascendentales para el ser humano.

Post Scriptum

Janne Teller (Copenhague, Dinamarca, abril 1964) se define como una nómada moderna. Su libro más reciente lo escribió en Berlín, el anterior en París y actualmente vive en Nueva York; se considera una mezcla de culturas: "Mi madre, austríaca; mi padre, medio alemán. Y yo nací y crecí en Dinamarca, pero desde los 23 años, terminados mis estudios en Economía, no he hecho más que moverme por el mundo".

Primero vivió en Bruselas, luego en Tanzania, después en Nueva York, Bangladesh y Mozambique, cuando trabajó como negociadora de paz de las Naciones Unidas, colaborando en la resolución de conflictos humanitarios durante varios años. Abandonó esta profesión en 1995 para poder dedicarse a la escritura.

Desde su primera novela de 1999, la aclamada saga nórdica contemporánea "La isla de Odín", sobre el fanatismo político y religioso, ha publicado varios ‘best-sellers’; es autora de historias cortas, ensayos y novelas en las cuales plantea reflexiones filosóficas sobre la vida y la civilización moderna.

Ha obtenido varios premios: Mejor libro para niños, Premio del Ministerio de Cultura danés; Le Prix Libbylit 2008 a la mejor novela para niños en el mundo de habla francesa; en Estados Unidos el Michael L. Printz 2011 y el Premio de Honor del Mildred Batchelder. Su literatura ha sido traducida a catorce lenguas.