CIUDAD DE MÉXICO (Al Momento Noticias) .- Debido a la creciente violencia, inseguridad e impunidad que se vive en la zona oriente de la ciudad de México y el Estado de México, integrantes de la Alianza Mexicana de Organizaciones Sociales (AMOS) hicieron un llamado a la sociedad a hacer un frente unido en contra del “terrorismo de Estado” que por acción, u omisión, se padece todos los días.
En conferencia de prensa, Gildardo González Bautista, uno de los representantes de AMOS, afirmó que es necesario que los propios ciudadanos se organicen para que encuentren formas y mecanismos en defensa de su seguridad.
“Es importante crear una sola voz, un sólo frente”, señaló Bautista, quien recordó que en la zona oriente de la ciudad (que comprenden las delegaciones Iztapalapa e Iztacalco) y el Estado de México prevalecen delitos como robos, secuestros y homicidios, gracias a la colusión de las autoridades.
Con este propósito es que González Bautista y Nicolás Vázquez Figueroa, representantes de AMOS, convocaron a mil líderes de organizaciones sociales y público en general a reunirse el próximo martes 25 de noviembre en la Cabeza de Juárez, emblema del oriente de la ciudad. El objetivo: que los propios ciudadanos platiquen la problemática de la violencia, se organicen y dialoguen con el gobierno para resolver esta problemática.
La apuesta es por el diálogo, por eso hicieron un llamado a la sensibilidad de los gobiernos Federal, del Estado de México y del Distrito Federal, para que éstos conozcan los verdaderos problemas de cada una de las comunidades. Pero advirtieron: “No somos gente improvisada. Somos expertos en cerrar calles, hacer marchas y tomar edificios; pero ahora queremos dialogar y que nos escuchen”.
Entre los líderes convocados se encuentran, entre otros muchos sectores, transportistas, tianguistas, cooperativistas y escuelas, así como organizaciones religiosas que deseen abonar en contra de la violencia.
VIOLENCIA INCONTROLABLE
A decir de Bautista, “en los últimos años se generó un fenómeno que a todos nos agarró por sorpresa hasta convertirse en un mal social incontrolable, que poco a poco se asentó en nuestras comunidades y hoy nos ha convertido prácticamente en rehenes, ante la mirada pasiva, complaciente y cómplice de las propias autoridades”.
Ante todo esto, vale una pregunta: ¿Qué tan profundo es el problema? Imposible saberlo. “La opacidad en las cifras, la falta de datos estadísticos por parte de las autoridades, pero también la colusión con la delincuencia de aquellos quienes deberían cuidarnos, ha favorecido una cifra negra muy alta. Seguramente superior en gran medida a los datos oficiales”, indicó Bautista.
Para Valentín González, director nacional de la Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM), la prioridad es saber cómo se canalizan los reclamos y las exigencias de la sociedad.
“Es vital que los ciudadanos que quieran hacer algo en contra de la violencia, lo puedan hacer en un espacio donde sus esfuerzos no se diluyan, no se pierdan, para que no caigan en la desesperación ni en acciones irreflexivas, producto del miedo, o bien que se sientan impotentes para enfrentar una situación como individuos aislados por la peligrosidad que representa”.
Y fue claro: “El problema se va resolver hasta que la ciudadanía establezca nuevamente vínculos de ayuda mutua, de solidaridad.
Debemos dar de nuevo fuerza y consistencia a la formación, difusión y práctica de valores, el respeto a las personas, a la familia. Lamentablemente, en los últimos años hemos visto cómo ha crecido la violencia intrafamiliar”.
Respecto a las autoridades delegacionales y al gobierno del estado de México, encabezado por Eruviel Ávila, González mencionó que están totalmente rebasadas, y dio un dato estremecedor: en lo que va del año, se registraron 90 ejecuciones en Ciudad Nezahualcóyotl; “es algo inédito, nunca se habían registrado ese número”, aseguró.
Abundó: “Este no es un problema de más policías, es un problema de falta de políticas públicas, de proyectos, de programas y, claro, de corrupción. Todo está podrido. ¿Y quién lo va a sanear? Pues la ciudadanía. No va a ser un gobernante por excelente que sea.
Si no se recupera la confianza de los ciudadanos y si no se recupera la comunicación entre los propios ciudadanos, no vamos a encontrar la solución.
“No se trata de construir bardas más altas en las casas ni de poner más chapas y candados; es cómo nos ayudamos, cómo nos cuidamos mutuamente. Reconstruir el tejido de la familia y de la sociedad, eso es lo que se tiene que hacer. Y el gobierno lo que tiene que hacer es apoyarla, alentarla, promoverla. Sin embargo, en lugar de eso la corrompe, la inmoviliza, la copta a través de la compra de sus líderes, o la reprime. Eso es una estupidez”.
