UNO. En una acción inusitada, ágil y vertiginosa la Procuraduría General de la República, en estos días en que la ciudadanía se encuentra de asueto, retomaron las hipótesis que mencionan muchos y de las que ellos no saben nada y lograron hacer un gran trabajo de investigación policiaca y criminalístico que mucho nos enorgullece: resolvieron el misterio de Iguala, identificaron a los choferes de los autobuses secuestrados, a los policías que los detuvieron, a quienes los tenían en su poder y los llevaron a un cuartel y se resolvió este misterio que conmovió a la opinión pública nacional y mundial.
“No estamos cansados para hacer justicia y ejercer la ley”, manifestó el titular de la dependencia federal, ante el beneplácito de los padres de los jóvenes estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, Gro. La ciudadanía al unísono aplaudió ese trabajo certero y claro de investigación, la celeridad del mismo y el esfuerzo de los servidores públicos que se esforzaron por lograrlo, sobre todo en estos días que -como decía mi abuela- ni las gallinas ponen.
DOS. En estos últimos días de diciembre, aparte del fenómeno ovni de Texcoco, han pasado cosas que conmueven al grueso de la población: en un acto congruente con sus actos, los diputados y senadores de la República decidieron bajarse el sueldo y ganar el salario mínimo vigente. “Es justo que lo hagamos, somos representantes del pueblo y no puede haber políticos ricos en un país de pobres”, expresaron al unísono los dirigentes de todos los partidos ahí representados.
Entre abrazos por el fin de años y con lágrimas en los ojos, nuestros representantes señalaron que ya nunca más estarán de espaldas al pueblo, echarán abajo las reformas de EPN por ser antipopulares y lesivas al pueblo. La gente de manera espontánea se congregó ante el Pleno para vitorear a estos esforzados servidores públicos que ni siquiera fueron a sus lugares de origen por estar discutiendo esa baja sustancial en sus emolumentos.
TRES. Me consta que Margarita de Gortari era una distinguida maestra universitaria de la Facultad de Filosofía y Letras. Me consta que Eli de Gortari fue preso político en 1968 y que yo cuidé la edición de su Diccionario de palabrotas y palabrejas, publicado por Plaza y Valdés. Doy un voto de confianza a los magistrados de los tribunales de justicia de la nación, quienes quitaron de encima la horrible lápida que representaba para la honorabilidad del ingeniero Raúl, la leyenda de que se “enriqueció de manera inexplicable“. Hombre probo de manos limpias y uñas mansurreadas que de ninguna forma abusó del cargo de su hermano Carlos, a quien también se le achaca el robarse la partida secreta de la Presidencia. Nada más falso que eso: ¡denuncien con pruebas en las manos!
Ahí están nuestros inmaculados tribunales para hacer justicia y hacer prevalecer la ley. Si señor.
TRES (bis). En otro acto que nos llena de asombro, la primera dama y el Secretario de Hacienda decidieron donar sus humildes casas para que sirvan como hospital de zona para la gente más necesitada. “Esta es una decisión que hemos tomado, para que no sigan las sospechas sobre el dinero mal habido y otras tantas y graves patrañas que hieren nuestra moral y nuestra proba conducta como servidores públicos y como gente cercana al señor Presidente”. El pueblo de manera espontánea celebró en el Zócalo de la ciudad semejante decisión y el valor civil de ambos sujetos que, ante las múltiples sospechas, decidieron tomar una decisión extrema pero sana para la República.
CUATRO. ¡Feliz día de los Inocentes!
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* Profesor Investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, periodista, escritor y miembro del IISMEHER de la misma institución.
