A ver si ahora sí se pone orden en el DF y se impone la razón sobre la corrupción y el dinero. De otra forma, el valle de México está destinado a ser la región más cara del país, sino también a la inviabilidad no sólo por contaminación, arterioesclerosis de movilidad y, escasez de agua.

Por lo pronto y con la pompa que se debe, tuvo lugar una reunión de senadores azules, verdes y rojos (PT) para advertir que si no se asumen políticas integrales en torno al agua, el valle de México, el DF, entrará en crisis.

La miopía o ignorancia de los señores legisladores, (la mayoría son foráneos) les impide ver que esa crisis ya se vive desde hace años y a pesar de saberlo las autoridades capitalinas, les ha importado un bledo, tal vez porque también, salvo los dos recientes, han sido foráneos, mexiquenses, michoacanos o tabasqueños.

El golpe mayor a la crisis de agua lo aportó el señor Marcelo Ebrard con la ya tristemente célebre línea Dorada del Metro y la su carretera urbana, obras ambas que además de ser millonarios negocios y fraudes, profundizaron la crítica situación ecológica del valle y ciudad de México.

Con la ruta del Metro, disminuyeron la capacidad de absorción y recarga de los acuíferos ubicados en la sierra de Santa Catarina de Iztapalapa así como las tierras de Tláhuac donde en vez de milpas, se dieron edificios multifamiliares de “interés social” y casas “residenciales” por más de 200 mil millones de pesos, de los de hace cuatro años.

De hecho y contra toda lógica ambiental y urbanística, Marcelo Ebrard hizo la obra a pesar de la oposición de ejidatarios y pequeños propietarios, afectando áreas de recarga acuífera y de reserva ecológica, a sabiendas de que tarde o temprano se sentirían los efectos derivados de la vocación lacustre de los terrenos.

Le importó muy poco el anuncio de futuros hundimientos por la desecación de la zona, donde se anuncia que surgirán grietas incluso en áreas hechas residenciales a fuerza. Lo otro, lo de la carretera de cuota del Oriente, acabó con los manantiales de Tlalpan y Contreras, dejó sin vías fluviales a cielo abierto y hasta el río Magdalena pagó el precio de la ambición de Marcelo Ebrard a quien no se debe juzgar por las fallas y fraudes del Metro, sino por el atentado contra el valle de México que es irreversible.

Seguramente la hoy senadora Mariana Gómez del Campo, la única defeña está perfectamente enterada de esta situación, aunque Ninfa Salinas Sada por ser verde debe contar con antecedentes, no así el chihuahuense Javier Corral Jurado quien no obstante “vivir” políticamente en la capital del país desde hace varios años en que le ha hecho al trapecista ya que su vida transcurre rodeada de todas las comodidades, ajena a la miseria y falta de servicios de un capitalino común, lo mismo que el poblano Manuel Bartlett.

A estos últimos les queda irse a sus ranchos a disfrutar de su larga carrera política, pero a los capitalinos de a pie, sin opciones de empleo o vivienda en otra latitud, le cargarán la herencia de la corrupción que tiene al DF en crisis desde hace años a causa de las políticas de corruptos e ignorantes que privilegian el negocio al bienestar. Ahí está Miguel Hidalgo, delegación que se saturó de vivienda y coches al doble en sólo un trienio, “GRACIAS” al perredista Víctor Hugo Romo, que se hinchó con millones al autorizar licencias de construcción sin ton ni son, sobre todo en lo que se denomina “Nuevo Polanco”, corrupción vil.

Políticos y políticas equivocados tienen al DF en crisis. Veremos si estos senadores son capaces de hacer algo o sólo son una más de las expresiones demagógicas que se doblan bajo el signo de pesos o… dólares.