Texcoco, Edoméx.- El rostro de la pobreza, la huella indeleble del precarismo se palpa con la crudeza de un puñetazo en los cientos de personas (son en números redondos 1048 familias) pertenecientes al campamento Hidalgo Y Carrizo que fueron desalojados de manera violenta en abril del 2012 de los ejidos de Santa María Chimalhuacan que colindan con esta localidad.

De piel marchita por el sol y de vestir sencillo la mayoría de ellos; algunas mujeres hablan con la voz entrecortada y una de ellas, en compañía de sus hijos pequeños, derrama lágrimas al relatar brevemente las condiciones infrahumanas en que sobreviven en dicho campamento. Sus hijos en especial han padecido innumerables infecciones orgánicas y en la piel.

Ella y los suyos son parte de las 45 familias que no dan marcha atrás en su exigencia de que se les restituya el patrimonio que les fue arrancado por representantes de CONAGUA, quienes con el auxilio de maquinaria pesada y la fuerza pública les desalojaron de sus casas hace tres años.

Por su parte, Carlos Díaz relata cómo, en cosa de minutos, los desalojaron, les destruyeron sus casas, su patrimonio.

La mayoría de los integrantes de la Asociación Civil Hidalgo y Carrizo llevaban ocho años, aproximadamente, en el predio original.

Recuerda Carlos Díaz que CONAGUA nunca notificó. Jamás les avisó. Y ahora los han traído en un laberíntico mundo de tramitología y en términos reales no les resuelven nada de sus peticiones: que los reubiquen en una decorosa, urbanizada zona y les restituyan los daños del desalojo.

Otra mujer levanta la voz y advierte: “yo quiero dejar en claro una cosa: nosotros no somos antorchistas, ni tampoco pertenecemos a ningún partido político en especial. Somos ciudadanos que exigimos nuestros derechos”.

Anunciaron que para tales efectos han convocado a una marcha a la Secretaria de Gobernación el 17 de marzo y un eventual plantón indefinido en las oficinas de Conagua, ubicadas en la avenida Insurgentes, en el Distrito Federal.

“Hemos acreditado las propiedades que nos fueron destruidas. Estamos hartos de que nos traen a la vuelta y vuelta y no nos resuelven nada. Vamos con todo”, coincidieron los representantes vecinales.