Dormir con el enemigo

Gregorio Ortega Molina/almomento.mx

Dormir con el enemigo


El agravio está en el comportamiento de los senadores que lo invistieron de la toga, lo obsequiaron con el inmenso poder de administrar justicia durante 15 años. Dieron la espalda a esa parte de la sociedad que, con el sufragio, los elevó a un escaño que ellos convirtieron en patente de corso

Dormir con el enemigo
Gobierno
Marzo 26, 2015 09:52 hrs.
Gobierno Estados › México Ciudad de México
Gregorio Ortega Molina/almomento.mx › todotexcoco.com

El procedimiento legislativo para nombrar a Eduardo Medina Mora fue puntual y apegado al procedimiento, allí no hay resquicio para el enojo.

El agravio está en el comportamiento de los senadores que lo invistieron de la toga, lo obsequiaron con el inmenso poder de administrar justicia durante 15 años, porque dieron la espalda a esa parte de la sociedad que, con su sufragio, los elevó al escaño que ellos convirtieron en patente de corso para, con dinero fiscal, vivir en la opulencia al menos seis años, si no es que la suerte política los maldice con otro cargo.

Los senadores están lejos de conducirse como representantes de los intereses de las entidades federativas, mucho menos como valedores de ese número de mexicanos que carece de voz, pero que sí tiene voto, y, precisamente por ese poder del sufragio, debieron proteger. A pesar de que el dinero y las sinecuras en metálico que reciben provienen del ISR, los que dieron el sí a Eduardo Medina Mora se condujeron como empleados del gobierno; dieron la espalda a la supuesta independencia entre los Poderes de la Unión.

El otro aspecto negativo y nugatorio del derecho, de la ética y de la justicia, reside en la manera en que el Poder Judicial de la Federación asume el golpe, dispuesto el Pleno de la SCJN a dormir con el enemigo, porque Medina Mora da directo en la línea de flotación de su reforma de 1995, y niega por anticipado los alcances de la reforma constitucional penal que, por razones políticas y administrativas, debe concluir durante 2016.

Medina Mora hizo amigos en el Poder Judicial Federal durante sus encargos relacionados con la seguridad pública, la seguridad nacional y la procuración de justicia, pero eso de ninguna manera significa que lo admitan como de la familia, porque lo conocen y porque durante muchos años fue el eslabón que unió las necesidades de gobierno para transformar la administración de justicia en aplicación de la ley, y ésta, a su vez, interpretada a través de las exigencias del momento político.

Los integrantes del Poder Judicial de la Federación que lo ven con desconfianza, son aquellos a los que convenció de doblarse, de dar la espalda a su conciencia jurisdiccional y su vocación por la administración de justicia, no por la aplicación de la ley a secas.

Con Eduardo Medina Mora en el seno mismo del Poder Judicial de la Federación, se puede anticipar una implosión del sistema de administración de justicia de insospechadas consecuencias. O como diría Francisco, Papa, un castigo de don diablo, del señor Mefistófeles.

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