Queridos lectores, no había escrito nada porque Tuno, mi perrito adorado estuvo pasando sus peores días, si se pueden llamar peores después de que sufrió la extirpación de un ojo sin anestesia y otras calamidades que afrontó con mucha valentía, pero en esta ocasión y agobiado por el grandísimo dolor y en medio de muchas lágrimas mías, le aplicaron la eutanasia y, por fin descanza en paz y me podrá acompañar a cualquier lugar sin sufrimiento.

En esta ocasión escribí mi epigrama sobre la filmación que, sin consulta alguna se realizó en el zócalo capitalino y algunas calles aledañas, claro que con la anuencia del inefable (por decirle de alguna forma) señor dueño, perdón jefe de gobierno de la ciudad, a quien no le importó el daño patrimonial millonario que sufrieron los comercios del rumbo aunado a las molestias de muchos capitalinos, pero tuvieron a James Bond en el zócalo.


¡ESTUVO JAMES BOND EN EL ZÓCALO!

FUÉ LA SANTA VOLUNTAD
DE ESTE TIRANO MODERNO
QUE PIENSA QUE ESTA CIUDAD
¡ES DEL JEFE DE GOBIERNO!

Salomón García Contreras
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